5

2057 Words
Alfa Rey Nicholas Nick estaba sentado observando a sus ministros discutir entre ellos. — ¡Es él! —gritó Sean enojado, señalando a un joven de tono oliva con rastas—. Walid es el único que pudo haber filtrado la información. Todos sabemos que nos odias. Nick miró a Walid. El hombre al que personalmente había nombrado como asistente del Tesorero. El Tesorero, William, era m*****o de su gabinete pero no pudo asistir y envió a su asistente en su lugar. Palloc Woodsworth, su Director de Comunicaciones, también expresó su acuerdo, señalando con el dedo a Walid acusándolo. Nick sospechaba que Seamus y Palloc habían conspirado para poner a Walid en aprietos de esta manera. Probablemente habían involucrado a William también y los tres habían planeado poner a Walid en el punto de mira hoy. Walid no respondió, apretando su mandíbula y simplemente apartando la mirada con los brazos cruzados. Una vena latía en la sien de Walid. Estaba enojado pero no les daría el gusto de verlo perder el control. Nick sonrió interiormente, bien. Había enseñado bien a Walid. —Ahora, ahora —dijo su Vicejefe de Gabinete, quien lo asesoraba en todos los asuntos relacionados con Relaciones Internacionales. Sus dientes blancos y brillantes se veían tras su sonrisa. Jerrod Clayton, su medio hermano, claramente estaba disfrutando de esto. Nick resistió las ganas de golpear su pálido rostro contra la mesa. Jerrod y su madrastra Una, adoraban cuando las cosas eran caóticas. Siempre querían enfatizar el hecho de que Nick no era apto para ser rey—. No hay razón para lanzar acusaciones sin pruebas. —Por supuesto que tú vendrías en su defensa, ¡tú eres el responsable de esta vendetta contra el rey! —gritó Sean enojado, con saliva formándose en las comisuras de su boca. Jerrod permaneció en silencio, con una sonrisa misteriosa en su rostro. —Toma cuidado —dijo finalmente Jerrod en tono de advertencia—. O podría ser que la gente se entere de quién es el dueño de la empresa a la que acabamos de contratar para desarrollar nuevas escuelas y territorios para la manada que reside en Balmoral. Oh, y escuché que alguien obtendrá un castillo recién renovado incluido en el precio —Jerrod se levantó, lanzando a la habitación una mirada despectiva y desafiante. —Si hubiera querido filtrar algo, habría filtrado lo corruptos que son los miembros del gabinete. No este insignificante papel que no tiene ninguna relevancia —concluyó. —Ya no importa quién hizo qué —dijo Johnathon Clayton. Johnathon era el padre de Nick y probablemente la única persona aquí en la que Nick confiaba ciegamente. El antiguo Alfa también se levantó e intentó calmar a todos. —Necesitamos controlar los daños. Walid, tu jefe no está aquí hoy. ¿Tal vez puedes encargarte de la relación con los medios? Hagamos una conferencia de prensa. Nick escaneó perezosamente la habitación, buscando cualquier indicio... cualquier nerviosismo. Cualquier señal de quién era el verdadero perpetrador. Pero todos ellos eran políticos experimentados. El único que parecía estar nervioso era Ferguson, su asesor legal. Nick sabía por qué Ferguson estaba agitado. Se levantó de manera depredadora, con los ojos fijos en Ferguson. —Más te vale ocuparte de redactar tu declaración para la prensa —dijo Nick en voz alta y clara, antes de darse la vuelta para salir. —Nick —advirtió su padre—. No puedes seguir haciendo esto. El público tiene derecho a escucharte de primera mano también. La declaración de Ferguson no tendría ni de cerca el mismo impacto que la tuya. Nick resopló, saliendo de la habitación con desprecio. —La próxima vez —murmuró despectivamente, lo suficientemente alto para que todos lo escucharan, aun dándoles la espalda, antes de salir de la sala de conferencias. Nick escuchó los fuertes gritos, las exclamaciones indignadas y la audaz afirmación de Jerrod: —Si yo fuera el rey- —Bueno, no lo eres —replicó Sean—. Así que averigüemos cómo arreglar este lío. Nick ocultó una sonrisa. Amateurs. Había tenido diez buenos años para entender la política que venía con su posición. Había sido apuñalado por la espalda (literalmente en un momento dado), engañado y cometido muchos errores. Pero había aprendido de todos ellos y había salido más fuerte. Lo más importante que había aprendido era: nunca reveles tus verdaderas intenciones. A Nick no le preocupaba la filtración. Era solo un documento insignificante en el que su Tesorero había recibido una considerable suma de dinero de una de las propiedades reales. El dinero fue recibido y transferido a la tesorería real. Todo se había hecho de acuerdo con las reglas y regulaciones. Pero de alguna manera, alguien había obtenido una foto borrosa (probablemente tomada apresuradamente), y ahora estaba en todas las r************* que el Tesorero estaba aceptando sobornos del público. Un montón de tonterías. Él había aceptado el cheque como Tesorero de la monarquía y el cheque estaba a nombre de la Monarquía. No de ninguna persona en particular. William Crane, su Tesorero, simplemente había autorizado la recepción del cheque en nombre de la monarquía. No se había embolsado el dinero. Ni siquiera podría haberlo hecho, ya que era un cheque cruzado. Nick no pudo evitar soltar una risa oscura ante las absurdas acusaciones. William Crane era lo opuesto a corrupto. Por eso Nick lo había mantenido en su posición. Walid, sin embargo, era alguien que Nick conocía a través de su abuela paterna. Ella era de una de las tribus en África. Su abuelo encontró a su pareja en ella cuando la visitó y regresó a casa para celebrar una gran ceremonia de apareamiento. Johnathon Clayton era un hombre empeñado en negar su herencia, queriendo mantenerse estrictamente británico. Nick... era diferente. Y abiertamente invitó a Walid a unirse a su equipo para ayudar a William Crane a mantener las cosas a flote. Pero la tentación de obtener más poder podría corromper incluso al amigo más leal. Era posible que a Walid le hubieran ofrecido algo... más. Con toda probabilidad, Walid era la única persona que podría haber filtrado el documento por un buen precio. Pero también cualquiera de los demás en su Gabinete. Lo único condenatorio era que la foto filtrada era original. El formulario original que se había depositado en la oficina del Secretario del Tesorero. Lo que significaba que uno de los suyos estaba haciendo esto. Una foto de una copia podría haber sido recuperada de cualquier lugar, pero no la original. Nick había llegado al recinto en este momento, y sus ojos agudos se centraron en Hana, la hija del príncipe japonés que también era un hombre lobo. Ella pertenecía a una de las líneas reales de hombres lobo más antiguas del mundo. —Buenas tardes —dijo Hana amistosamente mientras se acercaba a él, sosteniendo un ramo de flores en sus manos—. Es agradable verte salir en lugar de encerrado con tu gabinete. —Veo que tienes un regalo de uno de tus admiradores —comentó Nick irónicamente, con los ojos en las hermosas flores que ella sostenía en sus manos. Hana rio, su pelo liso y recto cortando su rostro mientras lo hacía. —Sabes que el único admirador que quiero eres tú —respondió tímidamente, apartando la mirada. Nick esbozó una sonrisa medio irónica. Hana estaba aquí porque su padre quería unir a su hija en matrimonio con Nick. El compañero de Hana había sido un fuerte guerrero de la manada de su padre. Estaba destinado a ser el próximo beta. Pero murió en una batalla contra otra manada. Ella estaba sin compañero y Nick tampoco... técnicamente no tenía compañera todavía. Nick aceptó conocer a Hana. Ella era una chica maravillosa, hermosa y versada en la política de las cortes reales. Algo que su compañera no era. Pero la sonrisa de Nick desapareció y su rostro se volvió sombrío mientras sus pensamientos inconscientemente vagaban hacia Janet. Janet... su pequeña compañera. Era apenas una niña. Cuando la vio por primera vez, estaba emocionado. Ella era el centro de su universo. Por supuesto, era demasiado joven para despertar en él cualquier tipo de atracción física. Pero incluso su sonrisa lo tranquilizaba. Su risa aún llegaba a él en sus sueños. Todo lo que quería era protegerla y mantenerla a salvo. Y luego... luego se convirtió en Rey y cualquier sueño de un futuro con ella se desvaneció. Porque la Reina Luna Real estaría lejos de estar a salvo. Janet era un alma libre y salvaje, y eventualmente lo odiaría por confinarla en la jaula dorada que ahora era su corte real. Nunca pensó que llegaría a ser rey. Pero cuando el hermano de su difunta madre murió sin un heredero legítimo, la corona real pasó a él. Una, su madrastra, inicialmente estaba emocionada por la oportunidad de vivir en el palacio y vivir como una reina. Pero Una se volvió codiciosa. Quería más, molestando continuamente a Nick para darle a su medio hermano un título real. Eso Nick no podía hacerlo. Porque Jerrod no tenía ni una pizca de sangre real en él. Una y su padre no venían de una línea real. Nick era real, gracias a su madre. Su padre había sido un alfa de una de las principales manadas dentro del reinado de la monarquía. Ahora Nick era el alfa de la manada de su padre y también de la manada que residía aquí, donde estaba su palacio. Además, era el Alfa Rey de múltiples manadas gobernadas por un alfa que se sometía a él. Cada m*****o de su gabinete había sido asignado para trabajar con él de una de las 8 manadas que estaban bajo el gobierno de Nick. Juntas, estas manadas formaban la Monarquía, pagando impuestos a cambio de servicios prestados por la corona. Pero últimamente, había un levantamiento. Algunas de las manadas amenazaban con rebelarse. Nick sabía por qué. Porque no estaba permitiendo más favores indebidos. Su error fue que, al principio, permitió que el statu quo continuara. Los ricos se volvieron más ricos y los pobres se volvieron más pobres. Siempre fue tradición dejar que los alfas que lo apoyaban obtuvieran los grandes contratos de desarrollo u otros favores financieros en términos de tierras personales. Pero en los últimos cinco años había llevado a cabo reformas profundas. Reformas de las que las personas adineradas que afirmaban estar ayudando a la monarquía ya no se beneficiaban. Los contratos se otorgaban únicamente en función del mérito, no por favores. Se construyeron orfanatos, se destinó dinero a las escuelas de las manadas. Se ofrecían almuerzos gratuitos en esas escuelas para los niños de los miembros de la manada. Los aristócratas estaban firmes en que él era corrupto. No lo era. Ellos eran corruptos. Además, recientemente habían recurrido a otros medios para desacreditarlo. Lo relacionaban con chicas que nunca había visto, historias sobre sus aventuras de una noche estaban en todas partes. Historias en su mayoría falsas. Y probablemente propagadas por su propia madrastra. — ¿Me estás escuchando? —preguntó Hana suavemente, sus ojos tímidamente buscando los suyos, mientras antes habían estado bajos mirando las flores en sus manos. —Sí —mintió Nick sin dudar. Hana empezó a hablar de nuevo, sobre cuánto estaba disfrutando su visita. Nick la dejó hablar sin prestarle mucha atención. Hana era de voz suave, recatada y todo lo que un hombre requeriría de su futura reina. Pero ¿por qué su mente aún se centraba en Janet, curioso acerca de lo que estaría haciendo ahora? Se sacudió mentalmente, haciendo todo lo posible por concentrarse en Hana, quien ahora le estaba pidiendo que diera un paseo tranquilo con ella por los jardines. Nick aceptó, enviando un mensaje mental a su beta para que fuera a buscarlo lo antes posible. Hana era perfecta en todos los sentidos, excepto uno: no despertaba ningún interés en Nick. Sin embargo, Nick se sorprendió cuando su beta le envió un mensaje mental diciéndole que estaba en una misión importante enviada por Johnathon. Nick lo presionó para obtener más detalles porque no lo habían informado de ninguna misión así. Su beta le aseguró que le informaría cuando regresara. Perplejo, pero confiando en su beta, Nick decidió no insistir más en el asunto. Tendría que encontrar a alguien más que viniera a ayudarlo a escapar de Hana.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD