Punto de vista de Celia Todo lo que pudo hacer después de que Axel se marchó, fue mirar uno de los carteles que decoraban las paredes beige de su dormitorio. La imagen parecía estar burlándose de ella. Era una pintura de una mujer joven. Sus ojos estaban cerrados en éxtasis mientras su boca estaba completamente abierta aceptando los dedos de un hombre invisible. Observó el cartel sin prestarle verdadera atención, su mente estaba demasiado concentrada en tratar de olvidar las espantosas palabras que él había pronunciado momentos antes de que lo despidiera. Si sólo fuera así de simple. Ojalá sus palabras no llenaran sus oídos incluso minutos después de que él se las hubiera arrojado. Cada palabra que le había escupido la estaba destrozando, pero no quería nada más que su presencia. Se m