Punto de vista de Axel Cinco años de sobriedad se habían ido por el desagüe. Todo lo que tomó fue una mirada y Drew le había servido el líquido amargo que detestaba. El sabor era tan horrible como lo recordaba, pero ayudó a adormecer el dolor. Era casi tóxico, incluso venenoso frotar alcohol y muerte. —Bueno, doctor... yo no fui el que murió joven— se susurró, repitiendo las palabras una vez más mientras terminaba otro vaso de alcohol color ámbar, del tipo que Mick adoraba. Drew se quedó mirándolo desde detrás de la barra, pero nunca dijo una sola palabra. No necesitaba hacerlo. Sabía que Mick no iba a volver. Se había vertido sal sobre las heridas de Axel y finalmente entendió cuál era el verdadero dolor... Se había vertido sal sobre las heridas y se había resuelto un misterio ete