Gabriela
El coche se detuvo, solo por unos segundos, una puerta se abrió frente a nosotros y él continuó hacia el interior.
Al bajar, la mano de Oliver me esperaba, me pegó a su cuerpo y tomó mi rostro con una mano. Mis ojos ardían al mirarlo, pero eso no era lo único.
Estaba en su casa, estaba aquí.
Perdería la virginidad esta noche.
Me sentía feliz, sé que no era la gran cosa, pero para cuando estuviera postrada en una cama, sin esperanzas de vida, este recuerdo podría ser agradable, un poco de vida para mi miserable existencia.
Entramos a su casa, él fue encendiendo las luces, pasamos directamente por el salón, un pequeño pasillo, una ventana enorme de cristal que dejaba ver las luces de la ciudad y luego… su habitación.
Se colocó detrás de mí y bajó la cremallera de mi vestido, sin perder tiempo. Comenzó a besar mi espalda, apartando mi cabello de ella. Sus manos se deshicieron de mi sostén, liberando mis pechos. Ahora… cuando tocó mis bragas, mi cuerpo se estremeció.
La deslizó con tal lentitud que comencé a desesperarme, quedando nerviosa, ansiosa.
Lo deseaba, lo necesitaba.
Levanté mi pierna para dejar mis bragas en el suelo, él vino frente a mí, sin mirar mis ojos, observando mis pechos.
Yo había bajado muchísimo de peso, pero… creo que no me veía tan mal por la forma de su mirada. Dio un paso hacia atrás, mordió su labio luego de hacer con su mirada un recorrido por mi cuerpo, parecía gustarle lo que veía. Comenzó a desnudarse y yo me quedé muy quieta, demasiado tranquila mientras aguantaba la respiración, ansiando ver a un hombre desnudo por primera vez.
Completamente desnudo.
Su pecho era fuerte, esos brazos parecían poder sostener al mundo, y aquel abdomen me hacía querer besarlo.
Al abrir su pantalón, tragué sonoramente, todavía estaba oculto entre sus calzoncillos, pero el bulto era tan grande como para hacerme abrir la boca. Me acerqué, queriendo ser la que lo dejara libre.
¡Liberen al Kraken!
Y lo liberé…
⏤¡Dios! ⏤ me dio algo de miedo, pensar que eso entraría dentro de mí.
⏤¿Asustada?
⏤N-No…⏤ me había impresionado muchísimo⏤. Claro que no⏤ intenté parecer segura, pero me quedé impresionada, era el primer pene que veía pero… ¿todos eran así de grandes? Quizás era normal, no lo sé, pero no me lo parecía. Para que no viera mi asombro, me tendí en la cama, boca arriba.
Él vino sobre mí, separando mis piernas con las suyas, extendió su mano hacia la mesa de noche y sostuvo entre sus dedos lo que parecía en un preservativo, lo abrió cuidadosamente y yo miré como se lo colocaba, hasta cubrir todo su pene.
Volvió a mí, asaltando mis labios con furia, mis manos lo tocaban por todos lados y mis piernas se abrían más ante él, necesitando que calmara esta necesidad que iba en aumento.
¡Por Dios! ¡De verdad lo necesitaba!
¿Quién iba a pensar que esta noche conseguiría un adonis para que se llevara mi virginidad y dejara en mi mente un recuerdo agradable que usaría para los momentos oscuros?
Entre sus brazos me sentía muy deseada, soltaba susurros en mi oído y sus manos me tocaban con delicadeza, pero también con urgencia.
Cerré mis ojos cuando lo sentí en mi entrada, mordí mis labios por la presión que había allí, él empujaba, pero no pasaba nada, salvo el dolor.
⏤Eres muy estrecha, preciosa parece que no me dejas entrar. Tendré que estimularte un poco más antes de penetrarte⏤ sin dejar de besar mis labios, sus dedos bajaron hacia mi humedad⏤ Pero si estás perfectamente mojada, aquí parece que hay un diluvio⏤ dijo con orgullo, retirando su mano para que diera paso a su pene, otra vez. Cerré mis ojos de nuevo, mordí mis labios, pero solté un gemido de dolor cuando la presión aumentó, él se detuvo, parecía no querer forzar⏤ Mi pene es grande, lo reconozco, pero no puedes ser tan estrecha como para no dejarme entrar⏤ sujetó mi rostro con una mano, mis mejillas ardían al mirarlo⏤. Dime una cosa preciosa. ¿Esta es tu primera vez?
¡Bingo! Había acertado.
⏤¿Hay…? ¿Hay algún inconveniente con eso?
⏤No lo sé, supongo. Nunca he estado con una mujer virgen.
⏤Entonces será la primera vez para los dos⏤dije, él iba a decir algo, pero mis labios silenciaron los suyos⏤. Vamos, Oliver. Tengamos nuestra primera vez.
⏤No sé si puedo ser tan gentil o paciente.
⏤Podrás, claro que sí. Me trajiste hasta tu casa, tu cama, para follarme, no para quejarte, no justo ahora⏤ Su sonrisa fue muy coqueta ante mi desafío⏤. No me vas a romper, solo meter tu pene en mi v****a, es tu trabajo esta noche. Y te necesito.
⏤Ya lo creo, yo también te necesito a ti. Mi pene va a reventar si no te poseo ahora mismo⏤ Su voz era un ronroneo firme, que me electrizaba cada vez que su aliento acariciaba mi piel.
⏤No te detengas, por favor⏤ supliqué, rogando para que no se arrepintiera.
Volvió a intentarlo, pero yo volví a jadear, la presión era muy fuerte, hasta convertirse en dolor, respiré profundo y me abracé a él.
⏤¿Te duele mucho?
⏤No⏤ intenté ocultarlo en mi voz⏤, sigue, por favor.
⏤Sujétate a mí, esta vez voy a entrar, pero si quieres que pare, solo dilo.
Mis manos se aferraron a su espalda y Oliver lo intentó otra vez, solté un fuerte jadeo y mis uñas se clavaron en su piel por el dolor que había allí abajo mientras su pene me invadía, controlé mi respiración, intentando no gritar, pero mis mejillas se humedecieron por las lágrimas.
⏤Ahh…
⏤Te estoy haciendo daño.
⏤¡No! Te juro que estoy bien⏤ pero él sabía que no, era muy grande para mi primera, pero lo estábamos haciendo, era solo su punta, solo era un poco, pero ya estaba allí, entrando en mis paredes estrechas. Cerré mis ojos, mordí mis labios, moví mis piernas y entonces grité, grité muy fuerte cuando su pene logró invadir completamente mi interior, ya estaba allí.
⏤Lo siento, preciosa. He sido lo más gentil que he podido. ¿Te he lastimado mucho?
⏤No⏤ volví a mentir, apenas respirando. Miró mi rostro y sonrió, era como un ángel, su rostro era perfecto, increíblemente apuesto. Besó toda mi cara, soplando delicadamente mi frente sudada por el dolor que había sentido hace solo unos segundos. Era delicado, quizás dulce, considerado. Intentaba ser cuidado, lo sabía, sus brazos habían temblado varias veces a cada lado de mi cara mientras se contenía al entrar en mi v****a, temeroso de romperme. Mis ojos capturaron cada aspecto de su cara para más adelante no permitirme olvidarlo, junto a su labio superior tenía un lunar, en la esquina derecha, sus cejas eran gruesas, pero iban muy bien con la intensidad de su mirada, su nariz, alargada y perfecta, permitía un buen balance en su rostro, cada cosa que veía solo confirmaba la belleza de este hombre. Sí, era todo un dios griego y se acababa de llevar mi virginidad⏤. ¿Ahora qué sigue?
⏤La parte placentera⏤ dijo⏤. Voy a moverme, lo haré con cuidado, de verdad no quiero hacerte daño⏤ sé que estaba siendo gentil, de eso no me cabía la menor duda y yo se lo agradecía. Era imposible no notar su m*****o dentro de mí. Me besó y mientras lo hacía comenzó a moverse, fue incómodo durante los cinco primeros minutos, pero luego… las ansias volvieron, el placer dio inicio y yo me vi disfrutando, mi vientre quería explotar, sentía cosas que jamás había experimentado, mi interior se cerraba a su alrededor, pero él volvía a abrirse paso, proclamándose dentro de mí, comencé a gemir, el placer se deslizaba desde mi cabeza, hasta mis pies⏤. Parece que estás disfrutando. ⏤¿Y cómo no hacerlo? ¡Esto era increíble! La presión que antes era dolorosa ahora era placentera.
Unió su frente a la mía, ambos gemíamos, pero los míos eran más fuerte, más intensos, mis uñas volvieron a clavarse en su espalda y él sonrió.
⏤Oh… ¡Ahh! ¡Oh, por Dios! ¡Oliver! ⏤ en mi boca se acumulaban las palabras y quería soltarlas, expresarme, pero mis gemidos eran más insistentes y me hacían sentir desorientada, me gustaba, era tan rico que resultaba aditivo, no quería que se detuviese, no deseaba que esto acabase jamás.
Me olvidé de todo, incluso de mí.
El placer se apoderó de todo mi cuerpo y ese clímax penetró en lo más profundo de mí, haciéndome sentir liviana, que flotaba, pero sus brazos me acogían y no me dejaban llegar hasta el techo.
Una presión diferente se arremolinó en mi vientre y luego… fue como si todo explotara, todo, en cientos de colores tan agradables y mágicos, alumbrando todo, haciendo que las cosas fueran perfectas, tal como este momento.
Me abracé a él, cerré los ojos.
Tenía ganas de llorar porque sabía que esto no lo repetiría con nadie más, pero no quería hacer de este momento uno triste, porque lo iba a arruinar.
Esta seguía siendo mi noche. Pese a todo, seguía siendo mi noche, tan perfecta como imaginé.
Oliver fue perfecto.
Sería el mejor recuerdo de estos últimos dos años.
(···)
Mis ojos se abrieron, era de día, entraba una claridad que daba justo en mi cara. A mi lado estaba él, tenía una mano en mi vientre.
Oh… Llegaba de nuevo mi realidad.
Mi noche ya había acabado y debía regresar al mundo real, mi mundo.
Él estaba desarropado, miré su lindo trasero por unos segundos, bajé su mano de mi cuerpo y me puse de pie lentamente.
Había una mancha de sangre debajo de mí, eso me hizo avergonzarme. Recogí mi vestido y entré al baño, tomé una ducha rápida, al salir, ya vestida, él estaba despierto, sentado en la cama frotando sus ojos.
⏤Buenos días⏤ me dijo, luego bostezó.
⏤H-Hola⏤ No sabía cómo comportarme, se veía muy sexi recién levantado, en cambio yo… ya sin maquillaje, mi rostro era… se notaba enfermo, casi moribunda. Él podría pensar que era por la resaca, pero que va. Este era mi aspecto habitual. Intenté no mirarlo para que no se fijara en mi cara, y me dirigí directamente hasta la puerta.
⏤¿No quieres desayunar?
⏤No, tengo algunas cosas que hacer. Gracias por lo de anoche.
⏤¿Gracias? ¿Eso puede decirlo una mujer? ⏤ miré hacia atrás, sin comprender lo que quiso decir⏤. Soy yo quien debo agradecerte a ti, me dejaste ser tu primera vez.
⏤No fue nada⏤ ¡Lo era todo! Pero yo era la que estaba agradecida con él, completamente agradecida, solo había que mirar a ese hombre en la cama, era todo un dios. ⏤Ya me marcho.
⏤Oye, ¿no piensas decirme tu nombre? Es decir… ¿Te vas así? ¿Solo así?
⏤¿Para qué? ¿Qué más quieres? No vivimos en el mismo mundo, un nombre no sirve de nada. Estás en otra liga, Oliver⏤ y yo pronto dejaría de existir.
Salí de la habitación y miré lo que había frente a mis ojos, su casa era estupenda, no solo era muy guapo, sino que era rico.
Me dirigí hacia la puerta y antes de abrir escuché unas pisadas detrás.
Era él. Todavía desnudo.
⏤¿Y si quiero pertenecer a tu mundo? Al menos dame tu nombre.
⏤Pronto yo no estaré en este mundo, ni en el tuyo, ni en el mío⏤ dije, mis ojos aguándose.
Salí corriendo de allí para no dar paso a más preguntas.
⏤¡Espera! ¡No te vayas así! ⏤ Lo escuché gritar, miré hacia atrás mientras corría, él salió desnudo, queriendo venir tras de mí, pero luego se dio cuenta de su desnudez y regresó a su casa, me sentí aliviada de que no me siguiera.
No quería sentirme triste, pero la realidad se hacía presente y mi mundo otra vez se veía gris, sin futuro.
¿Para qué decir un nombre? Aquello ya no tendría importancia, era mejor dejar un recuerdo.