2–Doncella en apuros

1836 Words
Gabriela Sentía que estaba en problemas, mi cuerpo no reaccionaba de una manera adecuada a esta situación. ¡Oh, por Dios! Este hombre me había drogado. Sus manos estaban por todo mi cuerpo y no parecía incomodarme, era por esta maldita cosa que me había dado a tomar. La música estaba muy alta y, lo que antes pareció divertido, ahora me parecía una completa pesadilla. El lugar, mi noche perfecta para perder la virginidad, ¿sería con un hombre que me vio como presa fácil? ¡No me lo creo! Sujetó mi rostro e intentó besarme, pero a esto sí me resistí. Mis manos se posaron en su pecho, intentando alejarlo de mí, tenía que controlar mis sentidos, ser quien tomara mis decisiones, pero no esta maldita droga que circulaba por mi sistema y descontrolaba mis deseos. ¡Maldición! No podía dejar que este hombre abusara de mí y convirtiera mi virginidad en un recuerdo horrendo. Me negaba. Fui yendo hacia atrás, pero él se acercaba con rapidez, me di la vuelta y miré entre la gente, todo el mundo iba a lo suya, mis piernas no parecían cooperar y el caliente por todo mi cuerpo solo aumentaba, mis labios secos, mis latidos tan deprisa que me sentía sofocada, quería salir de aquí. ¡Oh, demonios! Intentaba pasar en medio de un grupo de chicas, pero estas se negaban a darme paso, si las rodeaba ya no podría escapar, él me alcanzaría. Empujé a una para hacerme espacio, pero luego de esta mi cuerpo chocó con algo muy duro que no pude mover. Levanté mis ojos para ver la muralla de carne que había frente a mí. Esos ojos… Sonrió despacio al verme. Misma sonrisa que me dio en la entrada. Era Oliver, el hombre guapo que me dejó pasar con él. Miré hacia atrás, ese otro hombre ya estaba aquí, procedí a ocultarme detrás de Oliver. Él vino, mi rostro oculto en la espalda de Oliver para ni siquiera verlo. ⏤Nos vamos⏤ Me ordenó, mis ojos estaban cerrados, pero yo sentí su mano aprisionar la mía. Tiró de mí hasta sacarme de detrás de Oliver, mi cuerpo cayó sobre el suyo y de inmediato mis manos lo empujaron, él sujetó mi rostro, queriendo besarme otra vez. Moví mi cara y su beso cayó en mi mejilla, comenzó a tirar de mí, alejándome de allí, miré hacia atrás, dando con la mirada de Oliver, este comenzó a venir tras de mí y pronto sujetó mi mano. ⏤Suéltala⏤ dijo, lo suficientemente alto como para que se escuchara con claridad por encima de la música. Su voz era áspera, firme y muy varonil. Eso me causó un cosquilleo entre mis piernas, una sutil incomodidad placentera. Me daba curiosidad lo que esta maldita droga hacía en mi cuerpo que tan solo con su voz, su firme voz, parecía excitarme. ⏤¿Qué dijiste? ⏤Que la sueltes. Y no lo diré otra vez. ⏤Está conmigo, búscate la tuya, idiota. ⏤No estoy con él. Yo… Yo…⏤Mis ojos se aguaron al encontrarme con los de Oliver. Y toda esta situación me hizo ver la seriedad del asunto. Había caído en manos de un hombre que quería aprovecharse de mí, pero Oliver pareció reconocer el peligro en el que me encontraba y estaba aquí. Tenía que aferrarme con todas y cada una de mis fuerzas a esta salida que aparecía ante mí⏤ ¡Me ha drogado! ⏤ exclamé, las lágrimas bajando a borbotones por mi cara⏤. Este hombre me ha drogado. La expresión de Oliver la vi endurecerse, soltó mi mano y se acercó al desconocido, tan solo pestañeé una vez y bastó para perderme el momento en el que Oliver le pegaba, ambos se pegaban, todo pasaba muy deprisa, la gente se hacía a un lado, Oliver era fuerte, alto, muy alto, hombros anchos y brazos fuertes, gruesos, lo suficiente como para que cada puñetazo que soltara en la cara del hombre lo dejaran muy noqueado. No se detenía, lo retenía debajo suyo, su mano en su cuello y la otra soltando puñetazos. La magnifica visión de aquel hombre peleando con el otro hacía que mi excitación creciera. Debía tener miedo, no excitarme, pero mi cuerpo no estaba teniendo reacciones normales esta noche. Era tan sexi, que cada vez que levantaba su brazo para pegarle yo contenía el aliento. Pero pronto el espectáculo acabó, porque llegaron los de seguridad. La cabeza comenzó a darme vueltas, como si todo me pesara, me sentí más sofocada que antes, la gente empezaba a amontonarse alrededor de Oliver y los de seguridad, lo perdí de vista, por un segundo me sentía desorientada, con mucho calor. Llevé mis manos a mi pecho, todo me quemaba. Mis ojos se cerraron, sentía que caía, pero no tenía miedo, solo quería salir de aquí, aunque no sabía de qué modo podría lograrlo. ⏤Te tengo, preciosa⏤ mi cuerpo esperaba caer al suelo, en el peor de los casos ser pisada por los demás y acabar con mi miseria, pues esta noche no parecía ser mi noche, pero caí en sus brazos. Cuando abrí mis ojos, me topé con su mirada, sus brazos fuertes y protectores, su mirada… ¿qué veía en su mirada? No estaba segura, pero me gustaba y mucho, aunque este hombre era inalcanzable para mí, ¿entonces por qué era la segunda vez que me tendía la mano? ¿Solo porque era una doncella en apuros? ⏤. Salgamos de aquí. ⏤No sé si pueda caminar⏤ mascullé. ⏤Eso no será problema. ⏤ sin nada de esfuerzos, me sostuvo sobre sus brazos, mis manos débiles se aferraban a su pecho, mi cabeza reposaba en él y podía absorber su olor, todo su olor. Era evidente que la droga seguía en mí, porque, aprovechando su cercanía, comencé a besar su cuello, recibiendo unos ronroneos de su parte, ¿le gustaba o era lo contrario? No lo sabía, pero tenía que hacerlo mejor. Mis manos dejaron de sujetarse, sabía que él me sostenía y no me dejaría caer. Empleé mis manos para otras cosas, acariciando su cabello, su cuello, sin dejar de besarlo⏤. Eres traviesa⏤ dijo con una voz ronca, como si también estuviera cargado de deseo. ⏤Y tú hueles muy bien. ¿Quieres que pare? ⏤¿Quieres parar? ⏤ No, no deseaba parar. Seguí besando su cuello hasta que él se detuvo, habíamos salido al fin del club y había poca luz, no tenía idea donde estábamos, pero parecía una especie de garaje. Me puso de pie, sin soltar mi cintura⏤. Es hora de que te lleve a tu casa, ¿dónde vives? ¿Lo recuerdas? ⏤No⏤ mentí. No quería ir a mi casa y no se debía a la droga, sino al motivo inicial de mi salida, no regresaría a casa con mi virginidad intacta, porque en poco tiempo entraría al hospital y estaba muy segura de que no podría salir otra vez de allí⏤. No lo recuerdo. ⏤Eso es un problema. ⏤¿Por qué? ⏤Porque no quiero llevarte a mi casa. ⏤¿Me devolverás al club? ⏤ sonrió, pero su ceño estaba fruncido. ⏤No puedo dejarte allí con todos esos lobos, eres una presa fácil y no estás en todos tus sentidos, logré sacarle el nombre de la droga que puso en tu bebida y esta noche puede ser difícil para ti. ⏤¿Difícil? ⏤ Me acerqué a él y Oliver a mí, su presencia fue más fuerte, haciendo que mi espalda quedara contra un coche, sus manos se levantaron, apoyadas en el coche de atrás, dejándome en medio de ellas. ⏤Excitada…⏤ dijo. No sé si era por la poca luz, pero sus ojos parecían ahora oscurecerse. Mordí mis labios cuando mi cuerpo reaccionó a su cercanía. El calor de mi cuerpo empezaba a volverse más intenso y el cosquilleo en medio de mis piernas ahora molestaba, clamando por ser calmado⏤. ¿Lo estás? Me sentía repentinamente avergonzada, puede que por el tono de su voz que hicieron que mis pechos, mis pezones, pusieran atención a él, los sentí ponerse duros, puede que, necesitando de sus labios, de su lengua, de su boca. Todo mi cuerpo lo necesitaba. Bajé la mirada, aún aprisionada ante él. ⏤Llévame a tu casa⏤ Pedí, intentando no responder a la otra pregunta que él me hizo, porque eso era más que evidente, estaba muy excitada. La humedad en mis bragas no me dejaba mentir. ⏤No. ⏤ No dudó en responder⏤. Sería mejor que te lleve a un hospital, no sabemos qué más puede hacer esa droga en tu sistema, incluso podría ser peligroso ⏤¡No! ⏤ pedí, alarmada⏤. A un hospital no, por favor⏤ Llevaba mucho tiempo allí como para volver otra vez, no esta noche. ⏤Si quieres vete, ya me las arreglo yo sola⏤ Ahora me quedaba claro, de nuevo, que Oliver era inalcanzable para mí. Me agaché un poco para poder salir de la prisión de sus brazos, pero él no me dejó, me sujetó por los hombros, devolviéndome a la posición anterior, prisionera de sus brazos, de su cuerpo, de su olor. ⏤No puedo llevarte a mi casa⏤ Su voz se sintió muy cargada, sus labios entreabiertos y la forma de mirarme, solo contribuía a que el calor de mi cuerpo se hiciera más ardiente, mis ojos se perdían en sus labios y deseaba besarlo. Acerqué mi rostro más, dispuesta a besarlo⏤. No llevo a nadie a mi casa, a menos que sea para follarla toda la maldita noche. ⏤¿Y quién dice que eso no es lo que quiero? Llévame a tu casa, así me ayudas con esta excitación que hace que todo mi cuerpo palpite, Oliver. Estoy segura de que eres el alivio que necesito⏤ Me permitía ser atrevido, ¿sino cuándo lo haría? ⏤Es la droga lo que habla⏤ se quejó, entrecerrando los ojos. ⏤Antes de entrar al club no estaba drogada y ya te deseaba. La droga no habla por mí, pero admito que influye bastante, solo para que no me sienta tímida. ⏤¿Sueles ser tímida? ⏤No me reconocerías el día de mañana⏤ él sonrió, haciéndole gracia mi comentario. ⏤Sube al coche antes de que me arrepienta. Abrió la puerta y yo entré, observando rápidamente el interior de este, se notaba que era de alto lujo, pequeño, con los asientos pegados, pero sumamente cómodos. El coche que más costoso que me había subido era un autobús recién comprado en la parada 4, pero ¿esto? Me dejaba con la boca abierta. Me coloqué el cinturón, Oliver entró, encendió el coche, el ruido del motor pareciendo un monstruo detrás de nosotros dispuesto a devorarnos o devorarme a mí. Durante el camino, me sentí realmente inquieta, no pude detener mis manos que fueron hacia sus piernas, tocándolo con algo de torpeza. ⏤Tranquila, belleza. No tardaremos en llegar. ⏤ No me detuve, continué haciendo eso durante todo el camino, sobre todo cuando él guió mi mano hacia el lugar correcto y mis ojos se abrieron al sentir lo que ocultaba aquel pantalón.
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