5–Un coche blanco.

1356 Words
Gabriela Jackie me ha llamado ya, ha salido para el restaurante, nos vemos en menos de media hora. He tomado una ducha rápida, me puse ropa cómoda, unos jeans con una sudadera, recogí mi escaso cabello, al mirarme al espejo noto mi piel… así, no me gusta verla, no me gusta ver mi rostro, solo me recuerda que mi tiempo es corto, que pronto todo acabará. Una oleada de tristeza me invade, pero yo intento evitarla, para eso recurro al recuerdo de Oliver. Me gusta su nombre, me gusta él. Me gusta mucho luego de esa noche, la manera en la que se portó conmigo y luego, esa mañana, creí que me seguiría, ¿para qué? ¿para darse cuenta de que estuvo con una moribunda? Seguro que eso le daría asco. Mi taxi espera en la puerta, no tardo en salir. Lo primero que hago al cruzar el portal es mirar a ambas direcciones. El coche no está, todo debió ser una coincidencia, no creo que me haya seguido hasta aquí. Entro al taxi y le doy la dirección, se me queda mirando, ya sé que luzco fatal, pero sus ojos me lo confirman. Saco el maquillaje de mi bolso y todo el camino voy intentando hacer algo con mi rostro. No puedo hacer mucho. Cuando llegamos, p**o y salgo muy deprisa, él se me queda viendo, como si tuviera miedo de que me cayera al salir o algo de ese estilo, juro que casi sale a abrirme la puerta, menos mal que no lo hizo, porque eso solo me haría sentir peor. Jackie me espera en la puerta, abriendo sus brazos para abrazarme. ⏤¿Cómo estás, conejita? ⏤Cansada, frustrada, desanimada y…. muriendo. ⏤ Mis palabras hicieron que Jackie rompiera en llanto y yo me arrepentí de decirlas⏤. ¿No se supone que tú eres la fuerte de las dos? ¡Y me has preguntado cómo me siento! Si con alguien puedo ser sincera, es contigo. ⏤Vamos dentro, antes de que me vuelva un mar de lágrimas. Sé que te pregunté. Pero la realidad es más dura de ver y… ⏤No luzco bien, eso ya lo sé. No vieras la cara que puso el chofer al traerme. Iba pendiente todo el camino, como si fuera a morir en su taxi. Admito que me siento mejor de lo que me veo y eso que me veo fatal. ⏤¿Cómo puedes… tener tantas fuerzas? ⏤Porque a veces imagino que aún me quedan cosas por vivir y eso me anima. Lo que me da miedo es cuando ya no pueda ser yo misma, cuando todo de mí cambie, empezando por mi espíritu y mis fuerzas se agoten. ⏤Sequé las lágrimas de mis ojos antes de que Jackie las viera⏤. Dejémonos de temas tristes, que para eso tengo toda la noche, me quedo pensando en lo mismo, como si no existiera otra cosa. ¡Hablemos de Oliver! Ella sujetó mi mano, fingiendo estar emocionada, ya me había cargado el ambiente al hablar de cómo me sentía. Pero si con alguna persona siempre pude ser yo misma, era con Jackie, aunque también tenía que entenderla, no es como si me fuera me sacara una muela o me doliera la cabeza. Estaba muriendo. No tenía dinero para un trasplante. Tan solo iba a morir. ⏤¿Cómo fue? Dame todos los detalles. ⏤¿Los buenos y los malos, o solo los buenos? ⏤Porque detalles era lo que más sobraba. ⏤Todo, desde el taxi que tomaste, hasta el lugar al que fuiste. Cuéntame todo. Empecé a contarle mi travesura de aquella noche, la persona que me drogó, el flechazo que tuve con Oliver desde que lo vi en la puerta, hasta llegar al caballero que me rescató. ⏤Fue maravilloso, dolió como el demonio, pero eso no fue por mucho tiempo. Era… ¡enorme! ¡Tenía un tremendo pene! ⏤¡Ssh! No lo grites. ⏤¡Me estoy muriendo! Lo menos que puedo hacer es hablar de un buen pene. ¡Era el Kraken! Por Dios, no exagero. ⏤¿De verdad era tan grande? ¿Cómo cuantos centímetros? ¿Podrías decirlo? ⏤Estoy bastante segura de que no me la metió completa. Me habría roto toda, es… ¡un Kraken! Cuando lo liberó pensé… ¡Qué es esto! No he dejado de pensar en ese pene desde el otro día. ⏤Me dejas con la boca abierta, Gabi. Ahora necesito saber si ese tamaño era cierto. ⏤Te lo juro. ⏤Era la primera vez, seguro por eso te sorprendió el tamaño. ⏤Puede ser, no lo descarto. ⏤Según dices pasaron una noche grandiosa. ¿Has quedado con él otra vez? ¿Te dio su número o algo? ⏤¡Que va! Ni loca, no. Salí casi corriendo de su casa. No le di ni mi nombre. Solo mírame. ¿Te parece que estoy para citas? Ese día me maquillé muy bien, lucía decente, pero ya en la mañana solo quería escapar. ⏤¿Solo se llama Oliver? ¿Qué hay del apellido? Todo fue muy rápido, tenías que haber interactuado más con él. ⏤Si me lo dijo, no lo recuerdo. Solo Oliver. Y solo fue sexo. ⏤¿Sexo? No, lo que describes fue hacer el amor en toda la regla. Sí, señor. ⏤Yo fruncí el ceño, no considerándolo así, pero sí daba una puntuación excelente a todo lo que hizo Oliver. Fue perfecto⏤. Bueno, fue una buena noche. Y eso es lo que importa. ¿Has hablado… con tu padre? ⏤Por favor, no lo menciones. Si no ha visto a su hija en más de diez años, ¿quién te dice que ahora querrá verme cuando solo soy una carga? Jackie, no lo vuelvas a mencionar, por favor. ⏤Está bien. Mejor cambiemos de tema. Fue un almuerzo agradable, deseaba verla, necesitaba de sus abrazos, sus besos y todos los mimos que ella me daba. Al despedirnos, le pedí que me llamara en la noche para hablar un poco más. Ella dijo que me acompañaría al siguiente chequeo médico, pero yo me negué. Al subir al taxi, Jackie agitaba su mano en despedida, una lágrima rodando por su mejilla. ⏤A esta dirección, por favor⏤pedí al chofer. Me hundí en el asiento, mis ojos cerrados, apenas salíamos y ya me sentía mareada. ⏤¿Se siente bien? ⏤Escuché su tono alarmado. ⏤Sí, descuide. Solo estoy un poco mareada. ⏤Bajaré la ventanilla, eso le sentará bien. Evite vomitar en el asiento, por favor. ⏤Descuide, no soy de las que vomita con facilidad. Me senté bien, ya para no alarmar al pobre hombre. Miraba por la ventanilla. Luego, casualmente, observé hacia atrás, dándome cuenta de la presencia de aquel coche blanco. Era el mismo, podría jurar que sí. ⏤Creo que ese coche nos viene siguiendo, el blanco de atrás⏤dije al chofer, intentando no sonar alarmada. Encima de enferma, loca. ⏤¿El Bentley blanco? ⏤me pregunta. ⏤No sé la marca, nombre del coche, pero nos vienen siguiendo. ⏤No, apenas llevan unos minutos detrás de nosotros. Puede ser causalidad. Relájese. Casualidad. Tenía que ser eso. Nada estaba pasando, solo era paranoia mía, una sin sentido. Intenté relajarme, olvidándome del supuesto coche. El taxi se detuvo, intenté pagarle muy deprisa sujetando mi bolso y la llave de mi casa. Alguien abrió la puerta del taxi y yo salí, creyendo que se trataba de un cliente que quería entrar luego de mí. Era un hombre muy alto, tanto que tenía que mirar muy arriba para poder verle, llevaba unos guantes negros, igual que toda su ropa, solo me abrió la puerta y se hizo a un lado, cerró y el taxi se marchó. ⏤Venga conmigo⏤su voz tenebrosa se dirigió a mí, el maldito Bentley blanco aparcado a un lado de la acera, me sujeta del brazo sin tiempo a decir o hacer nada, este hombre casi me levanta, obligándome ir a donde sea que me dice que vaya. Las lágrimas van cayendo de mis ojos cuando mi cuerpo menudo es obligado a entrar al coche blanco, mientras algo cierra mi garganta, con un grito ahogado y un “auxilio” que jamás sale de mi boca. Estoy jodida.
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