Nicole.
- Como esta todo en orden, los invito a firmar las actas para finalizar el proceso. - esas palabras de la juez y en conjunto con su sonrisa, me Dan tanta paz que aún no sabía que necesitaba.
Anthony firma primero después de revisar sus datos y yo leo los míos antes de estampar mi firma.
-Felicitaciones, señorita Marín. Legalmente Ezequiel Urquiza Marín es su hijo- nos extiende la mano y la estrechó justo en el momento en que suena el flash de una cámara de fotos. - Esa va de obsequio por parte de la corte por ser tan valiente.
-Oh. Gracias. No lo sabia- extiende un pañuelo y la miro confusa hasta que siento la lágrima bajar por mi menton- disculpe.
Anthony me abraza fuerte y yo aún con Ezequiel en brazos, me aferro a él.
-Tu tenías miedo de que no te la dieran y yo no puedo estar más agradecido por lo valiente que eres. Te quiero Nic- y estampa un beso en mi frente. - vamos a casa.
Cuando tenemos el okey nos vamos rubor al auto y yo le paso a mi ángel para poder calmar mis emociones.
Me concentro en respirar profundo y levantar los brazos al cielo, donde mi amiga seguramente me está mirando ser la segunda mamá de su hijo. El torrente de lágrimas de felicidad cae por mi rostro. Es todo junto. Emoción, alegría, ansiedad, agradecimiento y muchísimas ganas de vivir esto tan hermoso.
-Vamos Nic. Tus padres ya me llamaron y nos quieren en tu casa para ayer- me grita Anthony junto al auto.
Me quedé muy atrás, pero estoy tan emocionada que necesitaba respirar un poco.
-¿Estas contenta o triste? No puedo leerte hoy- me dice cuando llego al auto.
-Feliz. Muy mucho feliz. - la sonrisa se extiende por todo mi rostro y lo abrazo desde el fondo de mi alma- Gracias por confiarme a ti hijo, SU hijo. No los voy a defraudar.
-No podrías aunque quisieras, Nic. Gracias a ti por siempre estar para nosotros cuando lo necesitamos.
-Siempre, siempre- confirmo lo que siempre nos dijimos los tres.
-Vamos a tu casa- me abre la puerta pero le tiendo la llave.
Estoy temblando y no soy capaz ni de poner la primera marcha. Doy la vuelta al coche con las piernas como gelatina, tomo mi lugar en el asiento del copiloto y me giro para ver si la sillita esta bien asegurada.
-Tranquila mamá gallina. Ya lo hice yo. Ja ja ja
-Ja ja - me burlo- Que bueno que te divierta mi preocupación, tonto.
-Solo quería bajar la tensión.
-Esta bien. Vamos a casa de mis padres.
Suspiró hondo y me concentró en el camino, hasta que Anthony estaciona en el garaje de casa de mis padres y todas las emociones vuelven a mi.
Hablamos mucho con ellos y les aseguré que estoy haciendo lo que creo correcto. Me apoyaron como en cada desicion que tomo en la vida y les informé que me iba a mudar con ellos a la casa que nos dejó Renata.
Ni siquiera hemos ido a ver como está, pero mañana será otro día.
Bajamos del auto y armamos el coche de Ezequiel. Medio al santo botón, porque enseguida le muestro mis brazos y el me reclama todo feliz.
-Tiene el coche, Nic- reclama Tony.
-Pues también tiene mis brazos ¿a qué si mi ángel?- le hablo mientras abro la puerta que conecta el garaje con la cocina.
-Lo vas a levantar en upa picada vez que llore- me señala.
-Voy a estar ahí Anthony. Deja de quejarte.
-¡Dime que tenemos nieto al fin!- la voz de mi madre en la mitad de la cocina me exalta- ¿Y?
Nosotros nos ponemos serios y nos miramos con cara de velorio para poner suspenso. Mamá mira de uno al oro y su semblante se decae. No sabía que esto los emocionaba tanto como a mí, pero ver a mi padre aparecer detrás de mamá con un globo,e asegura que siempre van a apoyarme.
Miro a Anthony y le hago señas para que el hable, porque yo estoy que explotó en lágrimas de un momento a otro.
-Ezequiel Urquiza Marín de ahora en adelante- señala a mi ángel en mis brazos y lo próximo que siento son los brazos de mi padre rodearme y como mamá me quita a mi ángel de los brazos.
-No sabes lo orgulloso que estoy de ti, cielo. Te amo- papá llora apretandome.
-Gracias, pa. Pero no puedo respirar- me quejo.
Me suelta de mala gana y va a abrazar a Anthony.
-Felicidades. Bienvenido a la familia, muchacho. - Le dice y la cara de mi amigo es de aombro total.
-Papá- me mira como diciendo que hice. - El es quien entra a la familia-señaló a mi ángel en los brazos de mama- no Tony.
-Bueno, pero se supone que es el padre de tu hijo- y hace mapas en el aire con du dedo- y si es el padre de tu hijo, que es mi nieto, también es parte de la familia.
Su seriedad cuando habla me causa pena, pero las carcajadas de los tres me hacen ponerme furiosa. Me acerco a mamá y le quito a mi ángel para llevarlo a revisar los pañales a mi cuarto.
-Venga conmigo, mi ángel. No le haga caso a estos que están todos locos ¿a qué si?- él me sonríe y puedo notar unos holluelos comenzar a aparececer.
-No le digas esas cosas al niño, hija. Solo estábamos bromeando contigo- mamá me sigue en todo el trayecto y yo ruedo los ojos.
-Sabes que no me gusta que bromeen con esas cosas, mamá. - solo miro a mi ángel mientras reviso su ropa y su pañal- Tal parece que estamos limpios ¿a qué si, mi bello?
Mamá me mira sentada a mi lado en la cama y comienza a fastidiarme.
-¿Cuando vas a reconocer lo que te pasa Nic?
-Ni muerta, ma.