19. La adopción.

1003 Words
Anthony. Con el visto bueno de los abogados, un documento firmado por ambos donde le aseguramos a los Sosa que la adopción será efectiva, más la revisión de ese documento, la carta documento confirmando que la demanda fue retirada de la corte, un montón de papeles, idas y venidas al juzgado del menor, hoy por fin nos confirman si la adopción es aprobada o no. Nicole llegó a casa como un tornado con un montón de ropa que valla a saber uno de donde sacó. Me tendió una bolsa y me hizo saber que en una hora tenemos la cita para confirmar y en caso positivo, estampar nuestras firmas en el trámite de adopción. Ingreso al baño y me ducho lo más rápido que soy capaz, tratando de afeitarme en el proceso y seguramente dejando alguna herida en el camino. Saco la ropa de la bolsa y me encuentro con un Jean n***o, una camisa verde claro y un saco n***o. Lo acompañan un cinto en cuero y una caja de zapatos semi formales también en n***o. Lo primero que se me cruza por la mente es ir a devolverle todo. Nunca quise y nunca voy a querer nada material de su parte, pero una voz me detiene. -Mi bello ángel.¿quién me estaba esperando, eh? Hoy te vas a vestir como tu padre porque es un día importante ¿a qué si? Vamos a sacar una foto y vamos a recordar cada día todo lo que hizo mamá por ti. ¿a qué si? Su voz melodiosa, hablando con mi hijo con tanto amor por su madre, me hacen hacer frente a mi orgullo. Ella siempre los pone primero y no les voy a llevar la contra. Hubiera querido hablar con sus padres, pero todo ha sido tan loco que nos vamos a reunir recién después de ir al juzgado de menores. Renata estaría feliz de ver cuanto aprecio le tiene a nuestro hijo y sin lugar a dudas, estaría orgullosa de que su mejor amiga en el mundo forme parte de nuestras vidas. -¡Anthony! ¡Ya estamos listos! ¿Dónde estás?- levanto la vista para hablarle, pero me descubro sentado en la cama con el monitor en mis manos. Me pierdo tanto en mis pensamientos que no me he movido. -¡Voy!- les grito para que sepan que ya estoy listo. Mi hijo cumple cuatro meses en un par de días y decir que festejamos nuestros cumpleaños es una epifanía, ya que entre papeles y trámites nos mandamos mensajes breves y ni nos juntamos como haciamos todos los años. Supongo que hoy puede ser algo por todo junto. Los veintiuno de diciembre es el cumpleaños de Renata, el veinte de enero el de Ezequiel, el mío el veintiocho de marzo y el suyo fue el cuatro de abril. -Ya estoy listo. No deberías de haberme comprado nada Nic- digo llegando junto a ella. -Es tu regalo de cumpleaños atrasado. No empieces con lo mismo. Siento que me cambió el discurso y lo confirmo cuando el rubor cubre su rostro. Siempre disfrutábamos de molestarla con Renata, asique me cruzó de brazos y con un dedo señaló a mi hijo que esta vestido igual a mi. -¿Y eso?- trato de mantenerme serio cuando comienza a boquear como pez fuera del agua. -Regalo adelantado de cumple mes. - se gira para caminar hacia la puerta en falsa pose ofendida y yo estallo en carcajadas. Podría molestarla un poco más con que ya le había traído algo por su cumpleaños, pero creo que ya fue suficiente y tenemos temas más serios para tratar. El camino al juzgado se nos hace eterno. Sus manos tiemblan y puedo llegar a comprenderla. -Puedes arrepentirte aún, Nic. - sugiero para evitar que haga algo que no quiere. Se gira para mirarme por unos segundos y luego vuelve su vista a la calle. -En realidad tengo miedo de que me la nieguen- me mira con una sonrisa chueca- No me voy a arrepentir de esto. Al llegar nos bajamos y vamos completamente solos, solo con mi bebé en brazos mientras caminamos hasta la puerta de la jueza que lleva nuestro caso. A la hora acordada nos hacen pasar a los dos. -Bienvenidos. Siéntanse. - nos invita revisando papeles. -Queremos asegurarnos que son conscientes del trámite que van a firmar ¿Están de acuerdo en que leamos las exigencias?- nos pregunta su asistente. -Si, por favor- respondemos al unísono. -Al firmar los documentos, la señorita Nicole Marín acepta ser la tutora legar del menor Ezequiel Urquiza, haciendo el papel de madre y cumpliendo con sus derechos y obligaciones como con cualquier hijo existente o en futura existencia. También promete velar por su futuro y su felicidad, así como acompañarlo en cada parte de su camino hasta que cumpla la mayoría de edad. ¿Esta de acuerdo?- la mira solo a ella y yo también. -Si si. Muy de acuerdo. Lo prometo- levanta su mano y puedo entender de lo que hablaba cuando me obligó a repetir los votos. -Usted señor Anthony Urquiza, se compromete a hacer partícipe de cada desicion al respecto del menor a la señorita Marín, a permitir que tenga su apellido en el lugar del materno y a continuar brindando estabilidad económica y emocional a su núcleo familiar. ¿Esta de acuerdo? -Si, señora. Estoy de acuerdo. -Muy bien. Revisemos los últimos informes y que todos los datos estén en orden. Ellas se ponen a lo suyo mientras yo pienso en todas las emociones que me cayeron cuando mencionaron que Ezequiel debe de llevar el apellido Marín en el ligar del materno. Fue un proceso emocional difícil, pero el abogado nos explicó que ningún trámite de esta índole está finalizado hasta que la identidad del menor cambia y se incluye en ella su apellido adoptivo. Como nunca llegué a ser adoptado, siempre tuve apellidos al azar. - Como esta todo en orden, los invito a firmar las actas para finalizar el proceso.
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