Nicole.
No puedo creer que voy a adoptar a mi ángel. Tengo emociones encontradas y no se como manejarlas. No puedo decir que soy infeliz, porque en realidad vivo esto como una pequeña victoria en contra de los Sosa, me da tranquilidad de que mi ángel va a estar con personas que lo aman y aparentemente voy a poder vivir mi vida como quiero.
-No estas obligada a hacer nada de esto,Nicole. Puedo buscar a alguien más para que lo haga.
-¿Confías lo que dejó Renata a cualquier otra persona?- preguntó interesada. Quizá tenga a alguien en mente.
-No. -guarda silencio y mira por la ventana- pero si algo me pasa te quedarías con mi hijo, y se que no quieres hijos, Nic. ¿Porque aceptarías uno qie no es tuyo?
Sus palabras me ponen a pensar. Los sentimientos van y vienen y me acongojan. Me hacen sentir vacía y llena al mismo tiempo. Sola y completamente acompañada. Debo de reconocer que es una gran responsabilidad, pero mi amiga estaba segura que podría con ello y le haría feliz mi decisión.
Estaciono mi auto debajo de su edificio y voy a abrir la puerta de atrás para sacar la sillita, pero ya Anthony lo hizo, por lo que le robo el bebé y lo cargo en brazos.
Ninguno dice nada mientras entramos a su apartamento. Dejo a Ezequiel en el sofá encima de su manta y Anthony deja la silla en su lugar y se sienta frente a mi.
-Necesito saber porque harías esto, Nic.
-Lo haría porque es el hijo de mi mejor amiga en el mundo. Lo haría porque no podría dejar de ver sus ojos y porque no te dejaría solo, Tony- toco su brazo y miró sus ojos profundo pasar por un montón de emociones- nadie me esta obligando a hacer algo que no quiero. Criar o ayudar en la crianza de mi ángel es un honor, amigo.
-Pero no querías casarte. - levanto mis cejas porque no entiendo de lo que habla- Se que no es lo mismo pero ¿Porque no?
-Porque no podría estar con mis guapos cuando quiero, Anthony. - levanto mis Palmas señalando la lógica del caso.
-Aún si nos casabamos ibas a poder hacerlo. Nada iba a cambiar.
Quizá tenga lógica su pensamiento, pero para mí esto va más allá. Es más que firmar un papel.
-¿Hubieras podido engañar a Renata?- pregunto para llegar a mi punto.
Anthony echa su cuerpo hacia atrás y me mira como si no me conociera. Dos segundos después se para del sofá y comienza a caminar.
-Jamás, pero no es lo mismo. Ella era mi amor, mi esposa, Nicole. No tiene comparación. - me señala su foto en la pared.
-Si que la tiene y te voy a explicar porque- lo invito a sentarse nuevamente con mi mano- ¿Qué dijeron cuando se casaron, Anthony?
-No es lo mismo, Nicole y lo sabes.
-Yo estaba ahí. Repite lo que le dijiste cuando se casaron en una capilla en Las Vegas, Anthony.
Sus ojos me miran dudosos y se que le lastima siquiera recordarlo, pero necesito que lo haga. Que escuche sus propias palabras para demostrarle porque no me puedo casar. Ni con el ni con nadie.
-¡Dilo Anthony! ¡Di tus votos matrimoniales en voz alta!- exijo sin gritar pero con la voz firme.
-Yo. - niega con su cabeza por un momento y Seca una lágrima que se le ha escapado- Yo Anthony Urquiza, te tomo a ti, Renata Sosa- presiona sus ojos dejando escapar más lágrimas. - No puedo, Nicole
-Termínalo, Tony. Por tu hijo termina lo que dijiste ese día. - lo presiono aún más con la voz mas dura que soy capaz de emitir.
-Y te juro amarte, cuidarte, respetarte y serte leal, en la salud- suspira profundo conteniendo el llanto y yo hago lo mismo- en la salud y en la enfermedad hasta qie la muerte- respira aún más hondo, pero sus lágrimas caen igual- hasta qie la muerte nos separe.
Cae al piso de rodillas y yo veo de reojo a Ezequiel dormir muy tranquilo. Voy hacia el y lo abrazo por la espalda para consolar el mismo dolor que yo causé.
-Lo mismo, pero con nuestros nombres íbamos a prometer si había un casamiento, Tony- niega con su cabeza una y otra vez- ¿Te sientes preparado para prometer amor y fidelidad a alguien después de ella?
-No, Nic. Malditamente no- me mira con los ojos tormentosos al comprender de lo que hablo.
-Yo no podría prometer ninguna de esas cosas a nadie y mucho menos al esposo de mi mejor amiga en el mundo. ¿Puedes comprenderme?
-Perdón, perdoname por siquiera sugerirle, Nic. -sus ojos van a su mano y la otra mano a su pelo- No sabía lo que te pedía, por favor perdoname.
-La desesperación te ganó y no lo pensaste, pero yo lo pensé por ti. - se tira encima de mi para abrazarme diciendo perdón una y otra vez- Estas perdonado Tony, pero mi soltería va a pensarlo.
-No puedes hablar enserio- se retira para mirarme.
-Por supuesto que si, amigo. ¿Cómo la voy a abandonar así como así? - abre su boca para refutar pero no lo dejo- Tanto hombre bello y yo atada a uno solo. Ni lo pienses. - niego con mi dedo de un lado al otro.
Lo miro sería, pero el no aguanta la risa y explota en carcajadas.
-No salgas con esas cosas que estamos hablando de algo serio- me habla caminando a la cocina a servirse agua.
-Yo hablo enserio también. Tengo que disfrutar antes de que no pueda hacerlo- sigo bromeando con el.
-Nada va a cambiar si no lo quieres. Tu vida privada es tuya- levanta un hombro- nada va a cambiar, amiga.
-Por supuesto que no- y lo abrazo sabiendo que ellos siempre me quisieron por quien en verdad soy, así de loca y liberal, soy como quiero ser.