Comienza la venganza de Carlos

1719 Words
Miranda se vistió y trató de disimular sus ojeras con algo de maquillaje, a pesar de que era una mujer físicamente muy atractiva, en ese momento no podía disimular su depresión y lo triste que se encontraba. Carlos la tomó por el brazo fuertemente y antes de comenzar a bajar las escaleras se acercó a ella diciéndole al oído: — Quiero que sonrías aunque te cueste hacerlo. Recuerda que tu libertad depende de ti. — ¿ Por qué haces esto Carlos? Ya me tienes, te metiste en mi cama, compartimos la misma habitación; entonces no entiendo qué más quieres de mí. — Que seas mi mujer, quiero que te vuelvas a entregar a mí como lo hacías antes. Quiero que borres de tu mente que alguna vez Samuel fue tu amante. — Sabes perfectamente que ya yo no te quiero y no voy a volver a estar contigo íntimamente. — Te he tenido mucha paciencia y he querido que tú solita vengas a mí a pedirme que te haga el amor. Pero estoy perdiendo la paciencia y sabes perfectamente que si no lo haces, aquí la única que va a salir perjudicada vas a ser tú. Así que andando, y mucho cuidado con contradecirme delante de nuestra hija y su esposo. — ¿Pero qué es lo que piensas hacer? Al menos merezco que me digas qué es lo que pretendes haciéndome bajar a la sala para encontrarme de frente con Samuel. — Ya lo verás amorcito, tu trabajo es solo sonreír y ser la esposa amorosa que yo merezco. Carlos la agarró por el brazo y bajó con ella las escaleras muy lentamente, ya su recuperación era un hecho, a pesar de que aún caminaba apoyándose con su bastón, ya podía usar las escaleras libremente. Cuando Samuel vio entrar a Miranda del brazo de Carlos, no pudo evitar palidecer, se puso muy nervioso, sentía las manos frías, era la primera vez que la veía después del funeral de su padre. Lo primero que hizo fue enfocar su vista en el vientre de Miranda, tratando de visualizar si aún continuaba embarazada, ya que esta le había advertido que no quería tener ese hijo, sin embargo, para ese momento, ella estaba usando un vestido largo bastante holgado que no le permitía apreciar su hermosa figura. Katrina fue la primera en acercarse a Miranda emocionada, a pesar de todas las diferencias que siempre habían existido entre ambas, en el fondo ella amaba a su madre profundamente: — ¡Mamá por fin te veo! Te he llamado un montón de veces y no has contestado ninguna de mis llamadas. ¿Cómo estás? Miranda respiró profundo ya que estaba demasiado nerviosa al igual que Samuel, se sentía muy presionada y más aún teniendo a su lado a Carlos quién no la soltaba del brazo mientras lo apretaba con fuerza, tratando de recordarle de esa forma, que debía tener mucho cuidado con lo que fuera a responder. — Hola hija, a mí también me alegra verte, es que he estado un poco indispuesta y no me he sentido muy bien. — Realmente nos tenías preocupados a Samuel y a mí, pero me da mucha tranquilidad ver que estás mejor. ¿Y no vas a saludar a Samuel? — ¡ Por supuesto! ¿Cómo te va Samuel? — dijo con frialdad y mucho nerviosismo. — ¿ Cómo está usted señora Miranda? — Bueno ya ves, recuperándome. Había una tensión muy grande entre ambos, pero principalmente en Miranda, que tenía a Carlos encima de ella prácticamente vigilando y controlando todo lo que ella hacía. En cambio Samuel, aún ignoraba que Carlos ya estaba enterado de toda la verdad. Miranda sentía un susto dentro del estómago como si estuviera en una montaña rusa, al mismo tiempo veía a Samuel y su cuerpo se estremecía, ya que al verlo vinieron a su mente todos los momentos que había vivido a su lado y que no podía olvidar a pesar de que en el fondo sabía que estaba totalmente prohibido para ella. Por su parte Samuel, no pudo evitar sentir una emoción dentro de su pecho que hizo que su corazón comenzara a latir de forma acelerada. A pesar del sentimiento que había comenzado a nacer por Katrina, el volver a estar frente a Miranda lo hicieron darse cuenta que la atracción que sentía por ella era solamente s****l, pero sin embargo, le producía una gran emoción que le hacía vibrar todo su cuerpo. La veía hermosa como siempre, y hasta llegó a sentir en ese momento deseos de poder besarla y abrazarla, sin embargo, lo que sentía por Katrina era totalmente opuesto a ese bajo instinto que le producía Miranda cada vez que estaba cerca de ella. Carlos inmediatamente intervino diciendo: — Bueno pero pasemos a la sala a sentarnos, creo que ha llegado el momento de darles una excelente noticia. ¿No es así cariño? Miranda lo miraba un poco extrañada ya que no sabía a ciencia cierta a qué noticia se refería y mucho menos que era lo que tenía pensado hacer. — No entiendo Carlos a qué te refieres. — Por favor Miranda, deja a un lado la vergüenza, sé que no es fácil dar esta noticia a tu hija que ya es toda una mujer casada, pero sin embargo estoy muy seguro de que al enterarse la vamos a hacer muy feliz. — Papá me tienes en ascuas, ¿Pero de qué noticia estás hablando? Samuel y yo estamos ansiosos por saber de qué se trata. Carlos ya estaba a punto de dar su grandiosa noticia mientras Sandra se encontraba detrás de una cortina escondida escuchando todo lo que estaba sucediendo en la sala. Ella más que nadie sabía todo lo que había pasado entre Miranda y Samuel, y por esa razón tenía mucha curiosidad por saber qué pretendía hacer Carlos ahora que los tenía a ambos frente a frente. — Bueno, para que no sigan comiendo más ansias, voy a decirles lo que está sucediendo. Como se habrán dado cuenta después de mi recuperación, Miranda y yo decidimos retomar nuestra vida en pareja. ¿No es cierto amorcito? Samuel enseguida clavó los ojos en Miranda para saber si eso que estaba diciendo Carlos era verdad, ella con todo el dolor de su alma y esquivando la mirada de Samuel, respondió: — Sí, es verdad. Carlos sintiéndose satisfecho por haber logrado que Miranda confirmara sus palabras, continuó hablando con toda la intención de que Samuel sufriera del coraje: — Bueno como sabrán mi recuperación ha sido prácticamente un milagro y he quedado muy bien a pesar de las pocas esperanzas que me habían dado los médicos. Y el tener a mi lado a una mujer tan hermosa como mi esposa, me hicieron convertirme en un verdadero semental. Y por supuesto tantos años sin el calor de su cuerpo, el estar juntos de nuevo, hizo que naciera la pasión entre nosotros, y como hemos pasado tantas noches fogosas juntos, Miranda y yo estamos esperando un hijo. Katrina fue la primera en levantarse del sofá impresionada y pegando un grito de emoción: — ¿En serio? ¡Voy a tener un hermanito! No puedo creerlo, felicidades a los dos, no saben la alegría que me han dado. Creí por un momento que ustedes ya no iban a volver a estar juntos. Miranda estaba en shock ya que Carlos no le había notificado lo que pensaba hacer. Por su parte Samuel se puso más pálido de lo que ya se encontraba, no se movía del sofá, miraba fijamente a Miranda mientras tragaba grueso. Como no estaba enterado realmente de lo que sucedía, en ese momento solo llegó a pensar: “Miranda le ha hecho creer a Carlos que ese hijo es suyo, ¿Pero cómo se le ocurre hacer algo así? Además esto corrobora que todo lo que ha dicho el Señor Carlos es verdad, ella volvió a ser su mujer” Carlos no le quitaba la mirada a Samuel, estaba consciente de que le había causado un gran disgusto y que de alguna manera estaba sufriendo al ver que había perdido a Miranda por completo. Por su parte Sandra estaba hecha una furia, ella no sabía que ese hijo que estaba esperando Miranda era realmente de Samuel. Y en vista de que Carlos tenía varias noches durmiendo en la misma habitación con ella, le hicieron creer que efectivamente Miranda le iba a dar otro hijo. Realmente fue una noticia muy impactante para todos, el único que mantenía la sonrisa en el rostro sintiéndose muy contento con el efecto que estaba causando, era Carlos. Katrina al ver que Samuel no manifestaba ningún tipo de emoción y se había quedado totalmente callado, enseguida pensó que tal vez su malestar era en vista de que ella no había podido darle un hijo aún. Así que se acercó a él con mucha ternura mientras le decía: — Cariño por favor cambia ese ánimo, ¿No vas a felicitar a mis padres? Carlos quería seguir metiendo el dedo en la llaga así que no esperó mucho tiempo para dirigirse a Samuel diciendo: — ¿Samuel qué te pasa? Veo que la noticia no fue de tu agrado. Katrina tratando de defenderlo en vista de lo que ella creía que estaba sintiendo Samuel, respondió por él diciendo: — ¡Claro que está contento papá! Lo que pasa es que Samuel está muy afligido porque aún no he podido salir embarazada y justamente por esa razón vinimos a hablar contigo, porque hasta que yo no le dé un hijo no podrá recibir la herencia de su padre. Samuel que había permanecido callado ante aquel acontecimiento que lo había afectado notablemente, se levantó del sofá furioso mientras mandaba a callar a Katrina: — ¡ Cállate Katrina! Es mejor que nos marchemos de aquí. — Pero cariño no te pongas así, entiendo que sea sorpresivo para ti que hayan sido mis padres los que estén esperando un hijo en vez de nosotros que somos mucho más jóvenes, Pero sabes perfectamente que necesitamos la ayuda económica de papá y para eso hemos venido. (…) NOTA IMPORTANTE: Amados lectores, por favor les pido que le den "seguir" a la novela para que pueda mantenerse en la plataforma y así pueda subir de nivel. Muchas gracias a todos.
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