Tanto Lorena como Altair se bajaron en el mismo nivel. Eiron, siendo caballero, se hizo a un lado para no obstaculizarles la salida; sin embargo, al salir adelantó varios pasos para impedirle el paso precisamente a Altair. —Tenemos que hablar —adujo sin miramientos. —Ay no, no tengo tiempo —le dijo ésta caminando hacia un lado de él para pasar de largo—. Necesito descansar un rato. —Por lo que escuché solo van a almorzar y eso puedes hacerlo en mi compañía —le dijo Eiron totalmente negado a recibir sus negativas. —Voy a cumplir, si dijeron que debemos estar a esa hora abajo, ahí estaré. Tú ni nadie me va a impedir hacer lo que me toca, deja la intensidad. Aquí todos estamos por trabajo —le dijo seria y se detuvo frente a la puerta que en la parte superior marcaba el número de la llave