Capítulo 3

1004 Words
Arslan se endereza en su asiento y ajusta la corbata mientras Norman abre la puerta frente a la AI Fiori. Un restaurante de comida italiana ubicado en la quinta avenida. Fran se sitúa al lado de Norman atentos a nuestro alrededor. Bajo de la camioneta y solo por un momento deseo irme y anular el encuentro. Fran es mi guardaespaldas personal y la verdad no podría estar más agradecida. El hombre es callado pero muy observador. Arslan confía en él, así que yo también lo hago. Arslan me toma de la mano y ambos entramos al restaurante. Nos llevan a la mesa donde ya mi madre espera junto a mi padrastro Louis. Por su cara sé que está molesta por el retraso. También me doy cuenta como escanea de pies a cabeza mi aspecto antes de concentrarse en Arslan. Malo. —Quince minutos tarde, Edén—niega. —Lo siento, pero Arslan tenía asuntos que tratar—digo acercándome a ella y dejando un beso en su mejilla. A su lado Louis me da un abrazo rápido. —No me importa esperar un poco —murmura. —Gracias le sonrió. Con cuidado de no revelar mi mano donde descansa el anillo que Arslan me dio el día de nuestra boda me acerco de nuevo a él. Mamá, Louis los miro —Este es Arslan—tomo su mano y respiro profundo —Mi esposo—anuncio levantando mi mano La cara de shock de mi madre no me sorprende. De hecho, es un milagro que no se haya desmayado o hecho un espectáculo digno de una estrella de Hollywood. A su lado, Louis nos mira con los ojos abiertos antes de desviar la mirada a dónde está mi madre. No dice nada, en cambio, toma asiento en silencio. Muy malo. Ahora no sé que es peor. Que haga el espectáculo o se quede callada. Miro a Arslan que asiente. Nos sentamos y cuando los cuatro estamos sentados ella clava la mirada en mí. —Esto debe de ser una maldita broma ¿Cierto Edén? —sisea con los ojos cafés llameando de ira. —No lo es madre. Arslan y yo nos casamos. —Sé que está impresionada por la noticia, pero ambos lo queríamos así— interviene en voz baja y serena Arslan. —¿Así que yo no cuento? —me ensarta con la mirada— Hace poco te separaste de Esteban ¿Eh? Que por cierto, resulto ser un criminal —Se inclina—Ahora corres a los brazos de este…—hace un movimiento con su manso sin encontrar palabras—… De este hombre —Mamá. —Es tan típico de ti decepcionarme—niega— Tu padre se estaría revolcando en su tumba al ver en la fresca que te has convertido. —Carolain. —Señora. Louis y Arslan intervienen. La diferencia es que el tono de Louis es de censura y el de Arslan es de cabreo. Mamá mira hacia Arslan antes de que esté la fulmine con la mirada. —Edén y yo queremos estar juntos y no necesitamos del permiso de nadie—escupe —Creo que está bastante mayorcita para saber lo que quiere y cuide sus palabras porque no me gusta el tono en que le habla. —¡Faltaba más! —sisea. La camarera elige ese preciso momento para llegar a la mesa. —Buenas noches. ¿Ya saben qué ordenar? —¡No! —décimos al unísono los cuatro. La chica abre los ojos y se retira sigilosamente. —Ya está bien Carolain—interviene Louis. El hombre siempre ha sido un buen hombre y a mí me ha tratado con respeto y cariño. Su cabello está gris y tiene algo de panza, pero no quieta lo bien parecido que es. Mamá es baja y su cabello castaño está impoluto gracias a la coloración. Además de vestir de manera impecable. —Acaso no escuchaste lo que esta insensata a dicho. —Es una mujer adulta y merece tu respeto —sentencia—¿Qué te pasa? Tratas a Edén como si fuera tu enemiga y no tu hija. Mis ojos se empañan, pero no me permito derramar mis sentimientos. —Gracias —susurro. A mi lado, Arslan está callado. Gracias a Dios. —Lo siento —dice al fin mi madre mirándome—Sé que soy dura contigo, y te pido disculpas—Alarga la mano. Le tiendo la mía sobre la mesa. Mira a Arslan seriamente —Tienes mi corazón en tus manos—le dice—Así que, es mejor que lo cuides. —Así lo haré—responde Arslan en un tono bajo y solemne. —Bien. Aclarado el problema, solo nos queda pedir una botella de champán y celebrar la buena nueva —interviene Louis. Mi mirada se cruza con la de Arslan y oculto la sonrisa ante las palabras de Louis. No estoy tan loca como para sacarlo de su error. No me cabe duda de que ardería de nuevo Troya si supiera que ya son meses desde que estamos casados. —Dime, Arslan —Habla mi madre cuando hemos descorchado una botella y estamos esperando la cena con mejor ánimo—¿A qué te dedicas? —le doy un gran sorbo a mi copa. —Hago un poco de todo—dice con serenidad. Una que estoy lejos de sentir—Pero principalmente me interesa el trabajo de laboratorio—puedo notar la ironía es sus palabras y me aclaro la garganta. ¡Hijo de…! —Que interesante —secunda Louis—Hoy en día la medicina ha avanzado mucho y que un joven como tú se preocupe por el bienestar de los demás, es loable —resoplo ahogando una risa tonta. ¡Joder! —Es cierto—interviene mamá—Sin embargo, también están los descabezados que creen en la medicina alternativa —resopla. ¡Trágame tierra! Arslan me da una mirada divertida antes de sorber de su copa y solo quiero matarlo.
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