Capitulo 5

2067 Words
Mateo. —Fua, si que me llené. —Si, estuvo bueno. —¿Quedaste con hambre?. —Un poco. —arrase con todo, terminé mi plato y me comí lo que quedó de la picada que fue casi todo—. Ahi viene el chico. —Si, no sé cuánto será. —saco mi billetera esperándolo, lo miro y me digo, se hace de nuevo el chistoso con Jose le bajo los dientes, no me gustó nada eso. —Bueno chicos, aca esta la cuenta. —Gracias, ahi vamos y te dejo la plata. —¿Cuánto es?. —Ya te digo. —cuento la plata y separo para la propina—. ¿Vamos?. —Espera, dime cuánto es asi te doy la mitad. —No te pedí plata Jose. —me paro dándole la mano—. Vamos. —al salir pongo una mano en su espalda baja, esta bastante lleno y ella es hermosa, no quiero que la toquen—. ¿Tienes algo qué hacer?. —Em no, son las doce de la noche, mas que dormir no tengo nada que hacer. —¿Quieres que te lleve?. —quedamos parados de frente donde guardo el cambio y la billetera en el bolsillo de atrás del pantalón. —¿Quieres hacer algo?. —Te quería invitar al mirador, hoy hay luna llena y se ve re lindo. —Vamos entonces. —Bien. —unas ganas de saltar de alegría—. Vamos, pasemos ahi al kiosko asi llevamos algo. —Tengo dinero, toma, compra lo que quieras. —No Jose, yo te invité y te estoy invitando, p**o yo tranquila. —Pero es mucho. —No te preocupes, soy antiguo. —¿Cómo es ser antiguo?. —Si yo invito yo p**o, nada de eso a medias. —Osea que ya has salido a cenar con otras. —Nooo, ya te lo dije. —Pero dijiste que cuando invitas. —Si, a mis compañeros de trabajo, si digo que yo invito yo corro con todos los gastos. —en el kiosko vamos directo a las heladeras—. Elige el que quieras, yo este, me re gusta. —Mmmm, el de limon y frutilla. —Nunca lo probé, ahora voy a probarlo. —Es bastante rico, en mi casa a nadie le gusta asi que lo compro siempre. —Ay, que mala. —Son re angurrientos, mis sobrinos ni hablar. —Que buen truco entonces. —El mejor, ay, este alfajor me encanta. —Llevemos. —No fue un palito. —No lo tomé asi. —agarra un alfajor y yo agarro tres mas—. Uuhhh este me re gusta, elije chocolate. —¿Te gusta con fruta?. —Si, me encanta, ¿a ti no?. —No, nada que tenga fruta me gusta, ósea, asi, frutas de este estilo, abrillantadas y secas no me gustan. —Ah bien, porque estamos llevando jugo. —se rie tentada, me agarra del brazo apoyando la cara y yo la miro no mas, es preciosa, y eso me hace sentir raro. —Me elijo este, también es mi favorito. —Es rico, te lo pongo en el podio de los chocolates. —agarro unas golosinas y nos vamos, y en la camioneta voy sonriendo, nunca subí a nadie a mi auto, a nadie nadie, es la primera—. Mira, desde aca ya se aprecia el cielo. —Wou, que lindo. —Vengo cuando las noches están lindas, me compro unas tonteras y vengo. —Lo bueno de tener vehículo, no tengo ni bici, me siento una fracasada. —Va, ¿por no tener vehículo?. —Por tener esta edad y no tener nada... —la miro frunciendo las cejas—. Mira, somos de la misma edad y tienes tu vida ya asegurada, tu auto, alquilas, debes tener muebles, ni la cama donde duermo es mía. —No puedes compararnos Jose, tu no tienes una familia la cual quieres salir corriendo, yo si, quería salir como sea de la casa de mi mamá. —Si, es verdad. —hay gente pero no tanto, me gano en lo mas alejado—. No vamos a ver mucho desde aca. —Ven, vamos al capot. —Bueno, si tu dices. —dejo las cosas arriba y me paro frente a ella sonriendo—. ¿Me vas a levantar?. —Si, ¿Cómo subes con ese vestido?. —¿Me vas a poder?. —Veamos, permiso... —Si, no pasa nada. —cuando la agarro de la cintura me toco los dedos por la espalda, que pequeña que es mi Dios—. A la una, a las dos, y a laaaas, tres, aajjj. —Aaaahh. —tiene las manos en mis hombros y se rie con ganas donde me hago el que no la puedo—. No seas exagerado, aaaAAAAGGGGG. —¿Qué decías?. —la subo al capot de la camioneta y ahi me subo yo—. Ahora si, se ve genial. —Que hermosa vista. —Es hermoso. —abro un paquetito de gomitas enseguida, le convido sonriendo. —Gracias por traerme aca, no sabia que esto existia. —¿No sales a ningún lado no?. —No, tengo una amiga que la veo cuando voy a verla, ya es mamá y tiene a su novio, no tiene tiempo como para salir, y mis hermanos no me llevan ni a la esquina, son re malos, menos Pato que me regala todo lo que quiero. —La niña mimada eres. —nos miramos de lado los dos. —Un poco. —Lo eres solo que no te das cuenta, la única hija mujer, la única hermana, tu mamá te debe tomar como su única compañera. —Ama a mis hermanos. —Y no dije que no, eres su nena, la única niña entre tantos hombres. —Puede ser, con mi mamá si porque hacemos todo juntas, asi nos peleamos también, pero estamos siempre juntas, mi papá no me da mucha bola. —¿Por?. —Tengo hermanos que son idiotas y necesitan mas atención. —¿Mas idiotas?. —Si, Pato no, él no es nada problemático, Marcos, uff, vive peleando con la mujer, Fer igual, vive prácticamente con mis papás porque están una semana bien y una mal con la mujer, Kevin que se droga y por ahi nos van a decir que anda robando o que lo vieron tirado en tal lado, sigo yo que soy la buenita. —me rio por las caras que hace—. Y Juanma que es igual de bueno que Pato, no da nada de problemas él. —Mira, uno solo con problemas reales, los otros mas solucionables. —Emilce es de esas que llama y llama y que donde esta y que le digamos, Sol no, le mete la patada y chau, a tu casa, Melina que es la mamá de la hija de Kevin es... Es, dos por tres va a la casa diciendo que Kevin no la ayuda y que no decimos nada. —¿Ustedes lo ayudan?. —Si, Fer le pasa la mantención, lo que le corresponde a Kevin se lo pasa él, y mis papás con mis otros hermanos le dan una mano con la ropa, el calzado, la leche, la tenemos tres veces a la semana en la casa, son cosas que no nos corresponden, pero mi papá dijo, yo no voy a mirar a otro lado sabiendo que tengo una nieta, come, se viste, estudia, no puedo hacerme el que no. —Al menos le dan una mano, es como dice tu papá, otros no hacen nada, dirían, problema de él o de la madre por elegir mal. —Si, muy fea la situación de ellas, mira, una estrella fugaz. Nos quedamos en silencio un buen rato, comiendo y viendo las estrellas y satélites, siempre me gustó el tema de la astronomía, mi mamá se burla diciendo que sueño, que vivo en un mundo de fantasía porque me gusta saber del espacio y los planetas, de niño me molestaba y me hacia llorar porque me hacia pasar vergüenza, ahora de grande no, me gusta mucho, busco mas información, mi meta es comprarme un telescopio y unos modelo a escala que vi de la vía láctea, están hermosos y los voy a comprar, no me importa lo que vale, para eso trabajo y mucho. —Uy, ya van pasando muchas motos. —Vamos mejor, por las dudas. —Si, me esta poniendo incómoda. —bajo primero estirando las manos para agarrarla—. Toma las cosas, yo bajo sola. —Ven porfiada, es muy alta. —Bueno. —se acerca mas a la orilla, la miro a la cara agarrándola de las caderas, la bajo un poco quedando cara a cara—. ¿Puedo darte un beso?. —Por supuesto que si. —cierro los ojos cuando sus manitos van a mi cara, la envuelvo de las caderas al sentir sus labios en los míos. —Mmmjjjjj. —la bajo mas poniendo una mano en su nuca y la aprieto contra la camioneta besándola con todas mis ganas, es super sabroso besar, no lo sabia—. Mateo... —nos miramos sonriendo los dos, acaricia mi cuello dándome escalofríos—. ¿Vamos a tu casa?. —Si, pero no te sientas con la presión de ir, si llegamos allá y no quieres hacer nada me lo dices. —Si, quiero con todas mis ganas hacerlo. —Vamos entonces. —la termino de bajar, agarro las cosas y nos vamos. —Siguen llegando mas. —Ese lado lo usan para tener relaciones. —¿De verdad?. —Si, nunca fui pero un tremendo asco ir ahi, nunca haría una cosa asi. —La verdad que medio asqueroso, encima todos ahi, mmmggg. —pongo música pensando porque calle ir para llegar rápido a mi casa—. ¿Vives solo Mateo?. —¿Cómo?. —Si vives solo. —le bajo a la música donde estaba pensando—. Porque vivo sola yo, podemos ir ahí. —Vives con tus papás, ósea, ¿en el mismo terreno?. —Si, pero sola. —Otro día quedamos ahi, ¿te parece?. —¿Entonces estas solo?. —Si, vivo en un edificio y tengo la planta baja y vivo solo. —Buenísimo entonces. —Si, muy bueno. —se rie tapándose la cara—. No tengas vergüenza. —Ay, me da nervios, va a ser mi primera vez. —¿Estas segura de verdad?. —Si, muy segura. —Bueno, ya estamos llegando. —como estoy en la planta baja dejo la camioneta fuera de mi ventana—. Bien, llegamos. —Vamos entonces. —le pongo la alarma y espero rodee, había quedado parada fuera de la puerta y debe estar re nerviosa, yo lo estoy, estoy re nervioso—. Pasa. —¿Cuál es tu puerta?. —Esta, —A penas entras ya estas en casa. —Si, es conveniente cuando llego cansado. —enciendo la luz haciéndola pasar—. Cuando hay visita o en fecha de cobro escucho como entran y salen a cada rato, después re tranquilo. —¡Ay, tienes un gato!. —Si, —esta en la mesa acostada, la verdad que no me molesta que se acueste ahí—. Es gata, se llama princesa. —Pero eres una belleza princesa, yo tengo un gato. —la acaricia y esta media reacia, le empuja la mano—. Esta viejo el mío, lo tengo de los once años, anda ahi, a penas. —Esta la tengo hace nueve meses. —¿Esta operada?. —Si, la llevo a la vete y cuando me dijo que ya la podia operar, ahí no más la dejé enseguida. —Que bueno, sino pobrecita, tienen muchos bebitos. —No quería, era mi miedo, porque digo, si se me escapa y vuelve embarazada me los dejo, iba terminar siendo el viejo de los gatos. —me acerco mas a la mesa tocando su mano—. ¿Vamos a la habitación?. —Si, no sabia como decirlo. —Ven, vamos. —estiro la mano temblando de nervios. . . Holis, el jueves doy reto para la proxima semana. Mil gracias por todos los comentarios, gracias porque me motivan a seguir escribiendo. Besos!!! . .
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD