Capitulo 8

2345 Words
Josefina. —Tia upa. —Si, ven, tienes que comer, te estaba viendo allá con el tio y no estabas comiendo nada. —Es que quería a ti tia. —Bueno, vamos a meterle sino se comen todo. —Si, tio comen tooo. —Eh loca. —le saca la lengua a Juanma que esta de mi otro lado. —Que me ponta. —comemos en silencio con Mateo y todos hablan en sus mundos—. Voy con el tio. —Si, ve, FEEER, AHI VA LUCIA. —alza la mano alzando el dedo gordo, el tiene dos hijos, uno de de diez que nació cuando Fer tenia dieciséis y Sol quince, y el otro tiene siete, entonces Lucia es como su bebé, de los dos, para Sol también. —¿Quieres ser mi novia?. —me giro enseguida a lo que dice, esta con los brazos cruzados en la mesa mirándome—. Lo digo de verdad. —¿Asi sin conocernos?. —Pues nos vamos a conocer, pero sino vamos como, tengamos algo. —miro a todos lados, como mis hermanos hablan con Ignacio y Mauro, como mis papás hablan con el papá de Marce, los nenes jugando—. ¿Te animas a tener algo o intentar algo conmigo?. —Si, me animo. —Uufff. —baja la cabeza suspirando—. Casi me muero, gracias por aceptar. —Cuando vayamos a tu casa lo hablamos mas serio. —No sabes como me haces feliz al venirte conmigo. —si esta feliz no se le nota, una tremenda seriedad tiene. —Le tengo que decir a mis papás si, el otro día se pegando un tremendo susto. —Yo doy la cara eh, de verdad, si quieres voy y le digo que te vienes conmigo. —Déjame a mi mejor, por las dudas. —¿Crees que no me la aguanto?. —sonríe pareciéndome bellísimo. —Disculpen, traigo presente. —llego a saltar del susto donde no me esperaba que me hablen asi de golpe, miro la caja donde están los presentes del cumple. —¿Lo agarro Viole?. —Si, uno cada uno por favor. —los dos agarramos una botella decorada y con unos bombones dentro. —Ojo con mi hermana Mateo. —miro la botella como el gran evento cósmico para no prestar atención de lo que dice mi hermano—. Si vas a invitarla a salir sé un caballero porque me entero todo. —Ya Pato... No pasa nada, solo hablamos. —Ven amor, sigamos repartiendo las cosas. —Si. —van hablando algo y Pato nos mira fugazmente. —¿Algún día te vas a animar a decirles que tenemos algo?. —Si, no ahora. —Bien, espero, no mucho pero espero. —me inclino al otro lado donde Juanma esta con su celu. —¿Te quedas con Lucia en la noche?. —¿Eh?, ¿porqué?. —Porque voy a salir. —Que se la lleve Fer, me da tremendas patadas cuando duerme. —Dale, si Fer dice de llevársela si, pero no le digamos. —tira la cabeza hacia atrás cerrando los ojos—. Dale Juanma. —Si si, duerme conmigo. —Bueno. —¿Y con quién sales?. —Con Mateo. —Upa mamita, donde te metes. —No pasa nada. —me inclino al otro lado para hablar con Mateo que no deja de verme—. Me voy contigo, ahora le aviso a mi mamá. —Buenísimo. Jose—. Mami, me voy con Mateo. Mamá—. Bueno, ahi le digo a tu papá. Mamá—. Si piensas a quedarte a dormir mándame la dirección de donde vive. —Mi mamá dice que le mande tu dirección. —Si, dame su número y se lo mando directamente yo. —Mejor. —la miro viendo que le llega el mensaje de Mateo y me asiente—. Nos vamos juntos. .................... Mis papás me hacen la pata a que mis hermanos se vayan asi me puedo ir directamente con Mateo y no me molesten, no creo que lo golpeen, sino molestarme con que al fin un hombre me ve, o que es gay por ver a un hombre, chistes que ya me los hicieron antes y los conozco. —Nos vemos. —Mándame mensaje, tengo la dirección, si no me escribes vamos y con la policía. —Si mami, chau Lu, duerme bien. —Si tia, beso. —mi papá no dice nada de nada, voy corriendo donde Mateo que me espera a un costado con las manos en los bolsillos. —Listo, vamos. —¿Te dijeron algo?. —Que les mande mensaje sino iba a tu casa con la policía. —Entonces escríbele porque no quiero que los vecinos crean que soy un chanta. —Si, les voy a escribir. —llegamos a su camioneta donde me abre la puerta—. Gracias. —voy apretando las piernas de camino. —Espérame aca, pon la traba. —paró fuera de una farmacia—. ¿Necesitas que te traiga alguna cosa?. —Emmm, no sé. —Mejor ven. —No es por eso... —abro la puerta cuando viene, agarra mis piernas cuando no bajo. —¿Qué es entonces?. —No tengo dinero y no sé cuánto dispones. —Ven, tu no te preocupes. —Lo hago, no quiero generarte gastos. —Chistosa... —me baja de la camioneta y vamos de la mano—. Bien, ¿Qué usan las mujeres?, no te rías, dime que necesitas para tu intimidad. —Veamos, cepillo de dientes, ¿tienes alguno de repuesto en tu casa?. —Mmm no, son verdes o azul. —Bueno, uso no. —No no, lleva uno rosa o violeta. —Esta bien. —agarro uno rosa, con un cubre cepillo, toallas húmedas y una crema—. Bien, yo llevo esto. —Si, lo p**o yo. —No Mate, lo p**o yo no te preocupes. —Si, me preocupo, ven... —agarra un desodorante, unas maquinitas de afeitar y unas cajas de preservativos, en realidad son cajas aseguradas asi no los rompen o pinchan, Marce me lo dijo cuando pregunté porque estaban de esa forma—. Buenas. —Hola, estas toallas están dos por uno, te convienen. —Ah bien, voy a buscar la otra. —al llegar a su casa hay unos chicos sentados en una banca fumando—. Uy, en todos lados hay de esos. —Si, esos comenzaron a venir hace unos días, por lo menos que yo me di cuenta, no son del barrio, vamos. —la verdad que me da un poco de miedo, mi experiencia con los amigos de mi hermano me tiene temerosa. —Me gusta mucho la fachada, quiero verla de dia. —Vas a verla seguido. —Siii. —Eh amigo. —Aaagggg. —pego un salto agarrándome del brazo de Mateo, miro a uno de los chicos todo encapuchado. —Disculpa, solo quiero fuego. —No tengo, no fumamos. —¿Me podrías traer de tu casa?. —Si, ahora, espera sentado. —Te estoy pidiendo fuego no mas, no es para que te hagas el atrevido o el poderoso frente a tu novia, vas a ver amigo, no va a quedar asi. —se aleja apuntándolo. —Bueno, —abre la puerta de la entrada del edificio dejándome pasar primera. —Mateo... —Hola. —Esos chicos están ahi hace horas. —La verdad que no sé, me fui en la mañana temprano y no los vi. —la miro a la chica que habla desde al frente al departamento de Mateo—. Pasa, nos vemos, cierra todo. —Cualquier cosa te mando mensaje. —Si, o llama a emergencias asi mandan una patrulla. —a penas cierra frunzo las cejas—. ¿Qué?. —Nada, ¿había honda ahi?. —No, ¿Por qué debería haber honda con mi vecina?. —Por, cualquier cosa te mando mensaje... —Sacó el número del grupo del edificio. —Ah, bien... —me alejo de él cuando me quiere tocar, frunce las cejas pero me saco el blazer sonriendo—. ¿Cómo tienes tan oscura la casa?. —Tengo persianas anti luz. —se desabrocha la camisa muy lento, cuando da un paso yo doy otro para atrás. —Están geniales, pareciera que fuera de noche. —Las compré por eso, me costó ponerlas sinceramente, me dieron guerra. —¿Tu las pusiste? que sorprendente. —¿Te sorprende que sepa manejar una atornilladora?. —No me sorprende de no puedes, sino que no lo sabia. —No no... —quedo a medias de desabrocharme el pantalón. —¿Qué?. —Yo lo hago, ven... —estira la mano que se la agarro enseguida—. Vamos a la habitación y lo hacemos bien. Con mucha suavidad me saca la remera de adentro del pantalón y alzo los brazos asi me la saca, respiro muy rápido por sus dedos que me delinean del cuello a los pechos, tiene una suavidad tremenda, sus manos son super suaves al acariciarme, al agarrarme, al apretarme, me gusta esa manera de ser conmigo, no sé si lo va a ser con otra persona pero yo disfruto esto, este momento hermoso que me hace vivir. En la cama envolviéndolo por la espalda recibo su movimientos, y no es solo eso, es su peso, sus besos, sus gemidos, y hasta gritos. —Mmmmjjjj. —llego a alzar las piernas cuando siento un placer tremendo que la otra vez no sentí, porque no sentí algo que me vuelva loca como vi que a él le pasaba—. ¡Oh mi Dios!, ¿Cómo estas?. —De maravilla. —se alza un poco viéndome con una sonrisa—. ¿Tú?. —Genial, me siento re bien. —Me encanta estar contigo Mateo. —apoya su frente en la mía—. Gracias por esto. —Gracias a ti Jose, gracias por aceptar aun cuando cargosee para que salgamos, —me da unos besos sabrosos—. Vamos al baño y busco algo de comer. —¿Comer otra vez?. —Tengo helado, ¿te gusta?. —Si, me gusta el helado. —Entonces comemos eso. —salgo del baño en ropa interior y envuelta en un toallon que había en el baño porque no tengo que ponerme. —Agarré el toallon porque la ropa que traje no da para tenerla puesta. —Te busco algo... Espérame un poco. —va al ropero abriendo la primer puerta, saca una remera dándomela—. Toma, es grande asi te cubre bien. —Gracias, necesito algo que me cubra bien. —sonríe cuando me saco el toallon y me pongo la remera muy avergonzada—. Ya voy a tomar coraje. —Yo igual, me cuesta estar asi delante tuyo. —Tienes bóxer. —Si, pero me ves el paquete. —tiene las manos delante cubriéndose—. Nunca tuve vergüenza pero contigo si, es raro. —¿Con quién te mostraste que nunca tuviste vergüenza?. —nos sentamos en la cama donde pone una almohada en sus piernas y enciende el televisor. —En la academia, hasta nos teníamos que bañar de a varios y si llegabas con bóxer te decían, ERES MARICA QUE TE CUBRES, TIENES ZORRA AHI ABAJO ACASO. —Ay no. —Si, yo me lo sacaba a la mierda, no me avergonzaba, pero eh visto varios que se lo dejaban y en las practicas le decían, la zorra que venga para aca, re atrevidos son, pero no puedes decir nada, te lo tienes que comer. —Una vez dije, voy a ser policía, todos me quedaron mirando y les digo, tengo que averiguar los requisitos. —saco helado recordando lo que pasó—. Yo quería tener un trabajo cuanto antes, porque vas a la academia, te recibes y es trabajo seguro, y Pato agarra y dice, tu no vas a ir a ningún lado que no sea terminar la secundaria y anotarte en la universidad, no vas a ir a hacer nada de esas estupideces que piensas, yo dije, no dije nada de otro mundo si dos de ellos son policías y ganan bien, porque Fer se hizo su casa en año y medio, al otro se pagó un tremendo auto, Pato vive re bien. —Bueno, yo considero que la policía es para hombres o mujeres que son como hombres, —saboreo el helado escuchando de fondo la música—. No digo que las mujeres son débiles, sino que son mas demostrativas. —Bueno, es lo mismo. —No, los hombres somos mas inexpresivos al maltrato, porque no te das una idea de todas las cosas que nos hacen y nos dicen en la academia, y las mujeres lloran, y no tienes que llorar, tienes que aguantar los primeros meses hasta que te asientas y ya, puedes hacerle frente a los instructores, de las cien mujeres que entran ochenta no lo soportan. —¿Tu te las cobraste?. —Ufff, le di una paliza a uno que cuando entramos nos hacia frente como, dale, dime algo, hasta a un compañero lo esculpió. —¡Ay no!. —Si, re atrevido, —saca helado sonriendo—. Cuando entrenábamos nos decía cosas o nos agregaba mas peso de golpe o nos tiraba agua en la cara. —quedo en shock con lo que dice—. Entonces cuando subimos de rango con el grupo que hice, lo invité a pelear, me decía, ¿vas a poder Ruso? no vas a poder conmigo, deberías estar en tu pais no aca, yo nada, subí al ring y le di una paliza. —Wou, te sacaste las ganas. —Las re ganas me saqué, me iban a suspender pero Pato respondió por mi, dijo que era una pelea de muto acuerdo y que habían testigos. —¿Pero te fuiste de mano?. —Nooo, parece que no sabia pelear. . .
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