Jesse
.
Llegué a New York hace un par de meses con la sola idea de hacer crecer mi negocio, el lavado de dinero y el tráfico de drogas han sido mi sustento desde antes de que cumpliera 20 años, viví en Nevada durante 10 años, pero era tiempo de expandir mi negocio, no obstante, si quería amasar un imperio, tenia que hacer crecer mis negocios lícitos, aquellos que se encargan de cubrir ante la ley y la sociedad lo que en realidad hago y para eso comencé adquiriendo una cadena hotelera en Manhattan. Soy propietario de cuatro de los Hoteles mas prestigiosos en New York. No obstante, recientemente adquirí algunas acciones en el Hotel más importante de la ciudad, “El diamante”.
—Necesitas una esposa— expone Mike mientras yo enciendo mi habano y le doy una calada asimilando sus palabras.
—¿Una esposa? — Cuestiono con sorna, elevo la vista hasta la suya colocando los codos sobre el escritorio n***o frente a mí, estamos en mi despacho. Mike es mi mano derecha y también es mi concilier, el segundo al mando dentro de la Mafia Brown.
—Si quieres pasar inadvertido y mover tu dinero a lo grande, necesitarás de socios millonarios y una esposa te abriría las puertas frente a esa gente.
—Entiendo, te refieres a una mujer de buena familia, alguien de la elite neoyorkina— menciono y Mike asiente, el mundo de la mafia es similar a la política, tener una esposa es mostrar el compromiso que se tiene con los negocios y, en este caso, una esposa es la muestra de mi compromiso con los negocios que quiero comenzar.
—Ya eres un hombre reconocido, no obstante, ganaras credibilidad y confianza si se sabe que estas comprometido y lo será aún más, cuando estes casado— Musita destapando una botella de coñac del minibar dentro de mi despacho.
—Conseguiré una entonces— inquiero decidido, no me agrada del todo la idea de unirme en matrimonio con nadie, pero Mike tiene razón y es necesario, apago mi habano y me pongo de pie, luego salgo a encontrarme con Francisco Razo, el economista y asesor financiero del “Diamante”, ese hombre tiene poder absoluto para tomar decisiones con toda libertad y ha decidido venderme el 50% del diamante, si yo fuera un hombre recto, lo hablaría con Joel Stewart, para saber si está de acuerdo en su actuar, pero no lo soy, como siempre, yo solo velo por lo que a mi me conviene y claramente me conviene tener el 50% de ese hotel.
En el trayecto llamó a Samuel mi abogado para que acuda a la revisión de los documentos.
—Señor Brown, es un placer verlo— menciona mientras extiende su mano, lo observó y le tiendo la mía en un apretón de manos que logra lastimarlo.
—Entonces el 50%— voy directo al grano colocando el portafolios con el dinero sobre la mesa de noche en su oficina, detrás de mi está Serdán, mi segundo hombre de confianza y el encargado de mi seguridad.
—Le aseguro que es la mejor inversión— expresa. Reviso con atención todos los documentos, luego hago una seña a Samuel y este se acerca, Lee detenidamente cada hoja y cuando me avisa que todo está en orden, firmó los documentos. Los papeles están firmados.
Francisco Razo me observa con una sonrisa victoriosa, el p**o se realizó en efectivo y se que es por qué el maldito hizo la venta sin consentimiento de Stewart. Salgo del lugar con el pensamiento de que en algún momento iré a ver a Stewart para restregarle que su hombre de absoluta confianza me ha vendido la mitad de su hotel, por ahora doy la orden a un asesor de finanzas de revisar todos los activos, no confío en Francisco, sin embargo, no podía hacer una revisión a fondo y arriesgarme a que cambiará de parecer en cuanto a la venta de esas acciones.
.
Una semana después
.
Observo con atención la luz que producen las llamas en la chimenea de mi biblioteca, doy un trago a mi vaso con coñac con el torso recargado sobre el cuero n***o de mi sofá y me deleitó con el sabor del licor comenzando a recorrer mi boca y después cierro los ojos al sentir aquel resquemor ingresar por mi garganta. Es simplemente perfecto.
—El asesor ha hecho la revisión de los activos y de como fluyen los ingresos en el hotel— menciona la voz de Mike a mis espaldas, mi mirada sigue fija sobre las brasas que con su calor mantienen este lugar con la calidez necesaria y únicamente elevo un poco la barbilla para que sepa que estoy atento a sus palabras.
—¿Y, que me tiene? — Le cuestiono después de un largo mutismo, por su tono se que no debe ser algo bueno.
—Francisco no solo defraudó a Stewart vendiendote la mitad de su hotel— avisa haciendo que me ponga de pie.
—El hijo de puta ha estado desviando fondos— hace una pausa mientras se acerca a mi—,tiene una deuda por una gran cantidad en el banco— Inquiere haciendo que comience a enojarme, lo observó y momentos después arrojo mi vaso con fuerza a la chimenea, el cristal se impacta contra los ladrillos y las llamas se acrecientan por la combustión que produce el licor. Ese maldito no sabe con quién se ha metido al pretender venderme las acciones de un hotel que posee una deuda.
—¿Que tan grande?— cuestiono, detesto que se le den vueltas a un asunto.
—Si las paga quedaría en la ruina, el hotel se mantendría a flote, si, pero tendría que vender la mayoría de su patrimonio para saldarlas— Inquiere ahora mostrando una sonrisa.
—¿Que es lo gracioso de todo esto?— le cuestiono comenzando a impacientarme.
—Que su deuda con el banco no el la única que posee— De inmediato capto que es lo que quiere decir.
—Si él es quien está al frente, entonces legalmente me debe a mi todo lo que ese maldito de Francisco se ha robado— Expongo y Mike asiente de inmediato.
—¿Que harás?— me Cuestiona curioso.
—Le pediré por las buenas que me entregué su mitad— espetó con una sonrisa elevando mis comisuras.
—Su deuda no es con cualquiera, es con la mafia, le daré un plazo para pagarme, de lo contrario lo mataré y lo obligaré a entregarme su parte— suelto con decisión.
Si ese hotel está en la ruina es porque Francisco es una rata asquerosa que desvío los fondos, no por que el hotel no sea una buena inversión, teniendo en cuenta que es el mejor en la ciudad.
—Quiero ese dinero de regreso— Dirijo mis orbes ahora a Serdán, quien acaba de entrar y me mira fijamente sin decir nada, Serdán no me teme, es la persona más leal y en quien deposito plenamente mi confianza desde hace casi quince años.
—Busquen a Francisco, el va a devolverme cada dólar, pero antes iré a buscar a Joel para informarle la gran deuda que tiene conmigo— Aviso, acomodando mi saco y recomponiendo mi gesto. Yo no pierdo, tendré mi dinero de vuelta y la mitad que aún pertenece a Joel.
—Hoy Joel estará en un evento de caridad que su misma gente organiza— Expone Mike haciendo que las comisuras de mis labios comiencen a elevarse.
—Entonces iremos a visitar ese evento— Aviso dispuesto a terminar con esto de una buena vez, no pienso tolerar que me roben un solo dólar más. Le diré a Joel lo que ocurrió con su asesor financiero y le daré la oportunidad de tomar una buena decisión.
— después de decir aquellas palabras me arreglo para la ocasión, me visto de n***o como comúnmente hago con un traje de una importante marca, coloco sin apresurarme el Rolex sobre mi mano y salgo en compañía de mis hombres al evento que Joel organiza.
—Con que un evento de caridad— Bramo con burla al llegar al lugar, entrar no fue complicado, pues Serdán se encargó de que mi nombre apareciera en aquella lista de asistentes, recorremos esa galería y observamos a todos los presentes, aquí puedo ver a gente que tiene lazos con la mafia, empresarios que nos ayudan a crecer nuestra fortuna de una forma más veloz, lavando nuestro dinero en sus empresas.
La subasta benéfica da inicio, la gente comienza a colocarse en los asientos y yo hago lo mismo, sin embargo, me alejo del maldito bullicio.
Detallo a lo lejos la mirada de Joel cuando este se percata de mi presencia en el lugar, No sospecha nada, cree que como cualquiera estoy aquí por la causa,no podría estar más equivocado.
Cuando separo mis orbes de su puto semblante, mi mirada se centra en una hermosa mujer que se encuentra de pie muy cerca de él, lleva un vestido rojo con un gran escote que exhibe con orgullo, es preciosa, elegante y con una mirada llena de soberbia, una que casi podría competir con la mía.
—¿Quién es ella? — Le cuestiono a Mike sin dejar de observarla.
—Camil Stewart, es la hija de Joel— Brama observándola con disimulo.
—Con que Camil— Froto mi barbilla al escuchar su nombre y pronto la subasta comienza. El sitio es aburrido, la gente que acude a estos eventos lo hace para ganar simpatizantes, pues la mayoría son políticos o empresarios y esto no es más que una fachada para cerrar sus malditos negocios, que al igual que los míos, son hechos por debajo del agua.
Después de tanto aburrimiento, el martillero muestra una obra que llama mi atención y eso se debe a que la mujer en la pintura es muy parecida a la hija de Joel, solo que ella tiene los ojos cafés y los de la joven del sensual vestido carmesí son verder, tan verdes como hermosas esmeraldas.
Ofrezco una gran suma por ella y veo a la joven tensarse lo cual comienza a provocarme satisfacción, nada más afrodisíaco que su rostro lleno de desdén y de irá, una ira que contiene para guardar las apariencias.
«Ella sería una esposa perfecta» pienso, cambiando de opinión en cuanto a su padre.
La subasta termina, acomodo mi traje y avanzo con Serdán al salón principal, bebemos una copa de champagne y esperamos pacientes a que sea Joel quien se acerque, hasta hace un momento venía dispuesto a arrebatarle su hotel a ese infeliz, pero mis planes han cambiado «Ya encontré a mi futura esposa» digo para mis adentros.
—¡Jesse Brown! no esperaba verte aquí— espeta la voz de Joel, termino el licor en mi copa y me vuelvo hacia él.
—Estoy aquí para hablar de mis intereses — suelto afilando la mirada, pues este no es momento para amenazarlo. Así que cambio la conversación.
—No sabía que tenías una hija— menciono señalando con la mirada a la rubia que se encuentra a lo lejos con el abogado de Joel.
—Mi hija Camil — revela viendo en su dirección.
—¿Camil? — cuestiono sonriente, mientras la observo moverse con elegancia, «definitivamente será ella»
—Así es, ella siempre me acompaña a los eventos, aunque hoy no se quedará por mucho tiempo, hoy celebrará su cumpleaños con unas amigas— luego de mencionar aquello su hija comienza a caminar rumbo a la salida y Joel la detiene, pidiéndole que se acerque.
—Ella es mi hija Camil— Dirijo mi mirada a la rubia cuando me la presenta, notando que es aún más hermosa estando cerca.
—Un placer Camil— Suelto depositando un beso sobre sus nudillos sin separar mi mirada de sus ojos, siento su mano tensarse y eso me produce placer.
—Jesse Brown— Al escuchar mi nombre retira su mano de inmediato, pero me sostiene la mirada, eso me gusta, me reta con sus ojos verdes y eleva su mentón como la maldita niña mimada que seguramente ha sido toda su vida.
—Un placer señor Brown— Saluda y después vuelve la mirada hacia su padre.
—Ya tengo que irme— Avisa con una sonrisa y se aleja de nosotros, la sigo con la mirada, esto será excitante...
Cuando la rubia desaparece en la puerta de acceso regreso mi mirada a Joel, pero antes de hacerlo hago un asentimiento a Serdán y de inmediato él comprende que debe seguirla.
—Tu hija es preciosa— expreso frotando mi barbilla —Lo es— Afirma con orgullo.
—Como te dije, vine para hablar de mis intereses— Joel sabe quién soy, está consciente de que le vendió un porcentaje de sus acciones a un mafioso, sin embargo desconoce la otra parte que ahora me pertenece y que me vendió su hombre de confianza.
—Hoy estás ocupado, así que nos veremos mañana, tengo una propuesta que no podrás rechazar— Sentencio y Joel asiente, me doy vuelta y salgo detrás de la hermosa rubia que lleva su apellido.