POV Rosa: Pobre Brunella, aunque no lo diga, estoy segura de que sufrió mucho. En la cena no dijo nada, mostró su frialdad como era costumbre y luego se fue a dormir. Tanto ella como Gabriel habían tenido vidas difíciles, tal vez no en el sentido económico, pero sí en lo emocional. El padre de ellos había acabado con la vida de la madre y por otro lado, cada uno tenía una historia aparte. Mientras estaba recostada en la cama, recordé las marcas de Gabriel en sus muñecas, estaba segura de que su padre había sido quien se los había provocado. —Señor Don Gabo, donde sea que esté en estos momentos, espero que esté bien —dije para mí, empezando a cerrar los ojos para luego quedarme dormida. Habrían pasado 15 minutos o quizás un poco más, pero estoy segura de que no había dormido ni siquie