POV Rosa: Al verlo tan tranquilo, tan vulnerable, no puedo evitar sentir un torrente de emociones. Quizás sea porque a pesar de verse como un hombre duro y fuerte, cuando duerme se ve como un niño que despierta un lado maternal que desconocía. A medida que la noche avanza, me quedo mirándolo, perdiéndome en sus rasgos tranquilos y en la paz que parece haber encontrado en el sueño. A pesar de su frialdad y su misteriosa personalidad, no puedo evitar estas ganas de cuidarlo. No sé qué más habrá tenido que soportar, solo sé que quiero que esté bien. - Dulces sueños, Gabriel - susurro suavemente, acariciándole el cabello antes de retirar mi mano y acomodarme en mi lado de la cama. A la mañana siguiente, me despierto antes que él, como siempre. Me levanto con cuidado para no despertarlo y