POV Perla
Si bien las cosas no habían sido perfectas, incluso cuando Rosa no estaba, al menos tenía el lujo de poder pasearme tranquilamente por las instalaciones de la empresa Grimaldi. Yo era una persona muy influyente, aunque no tenía un alto cargo, ya que el anterior jefe del departamento de administración fue un hombre que hubiera hecho cualquier cosa por mí.
Me di cuenta que le gustaba desde el primer instante y por supuesto tomé eso a mi favor, para obtener grandes favores porque yo lo merecía, era muy bien tratada y siempre tenía mi escritorio lleno de flores finas y uno que otro regalo que el estúpido de Lauro jamás podría darme, entre ellos joyería fina y lo único que tenía que hacer era sonreírle tiernamente al viejo solterón.
—Ya bájate de una maldita vez —desperté de mis
