Cada cosa que me ha pasado en la vida tiene un porqué... Es lo que siempre me he dicho o al menos lo que quiero creer. Llegar a una ciudad a la que vine prácticamente huyendo y que confíe en alguien que dio su brazo a torcer a última hora, no estaba en mis planes, lo único que me saca sonrisas es ver a mi hermano muy feliz. El hablo con su amigo Abel, según me contó, es quien nos dará la mano por unos días, pues mi hermano le comento a breves rasgos la razón por la que estamos en esta situación, lo que no me gusta es que sé que veré a Alejandro y de verdad no quiero seguir con eso de que se equivoco y cosas así, ya quiero que todo acabe. No mentiré y diré que no me agrada su presencia, pues al decirlo sería una tonta, pues mi corazón se acelera cuando lo escucho, pero como lo mencione a