Para las palabras suelo ser una persona rápida, claro que solo para pensarlas, pues soy de los que habla poco. Mi nombre es Alejandro Arias, soy escritor de relatos románticos y de ficción, aunque me gradué en la Universidad de algo totalmente diferente a lo que me apasiona como son las letras, provengo de una familia un tanto tradicionalista, de las que piensa que al llegar a cierta edad uno debe “sentar cabeza” (palabras textuales de mi madre y mi abuela) apenas tengo 26 años de edad, hijo único de la familia Arias Armijos.
Somos latinos, específicamente de Ecuador, a pesar de que yo no nací en ese país si tengo conocimiento de sus costumbres y cultura, la que evidentemente me fascina, hace unos años tomé la decisión de darme una temporada por allá, conocer más de cerca mis raíces. Mis padres hicieron su vida aquí en Inglaterra desde hace un poco más de 29 años, fue también donde amasaron su fortuna en base al trabajo, y además ayudo el hecho de que uno de los abuelos de mi padre le dejara una pequeña herencia, que él supo hacer crecer.
En cuanto a relaciones amorosas no soy de los que les agradé en gran manera ese tema, cuando tenía 18 años de edad conocí a una jovencita que apenas contaba con casi 15 años, ella me deslumbro, pero a la vez me hizo darme cuenta que hay personas que nacen con ese sentimiento de querer hacer cosas malas a los demás y ese fue el caso de ella. Pero no es algo que me encante contar o conversar con alguien, prefiero no emitir ningún tipo de comentario al respecto.
Mi relación con mis padres en la actualidad no es la mejor, mi papá siempre ha querido que yo me interese en los negocios de la familia, pues supuestamente es a mi cargo que quedaran todos sus bienes el día que el falte, aunque termine accediendo más por imposición que por voluntad, a estudiar administración empresarial, y hace unos 4 años me gradué de aquello, no es lo que me llame la atención. Mi mamá es de las que me pide que salga de mi mundo de los libros y me dedique a algo diferente, que me case, que haga otras cosas, que me hare viejo y amargado sino pruebo las mieles del amor.
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Hace unas semanas atrás tuve una fuerte discusión con mi padre porque él deseaba que me hiciera cargo de una sucursal que tiene en Norteamérica, y evidentemente me negué pues tenia que cumplir con la editorial para la que estoy escribiendo, y eso fue para él algo que detonó su molestia, tanto así que ahora el preocupado soy yo, pues después de aquello empezó a sentirse muy mal, fue llevado a emergencias, y pudieron constatar que estaba teniendo problemas cardiacos, y que si deseaba mejorar debía tomar un descanso de tanto estrés y no recibir impresiones fuertes.
Ahora me encuentro haciendo cosas que realmente no me gustan, pero las hago porque no puedo dejar a mi padre solo, además del sentimiento de culpa por haber causado su detonante para que él se sintiera mal.
Uno de los amigos de mi padre esta en graves problemas por inversiones mal hechas, claro que no es que fuera del todo la culpa de la otra persona, sino que el hecho de dejarse deslumbrar por los ofrecimientos sin ver más allá causó esa situación, ahora esta en una encrucijada, pues de no ser el caso que pueda asociarse y levantar su negocio, en 6 meses no quedará nada de esa empresa. Coincidentemente, el amigo de mi padre es nada más y nada menos que el padre de la desalmada chiquilla que jugó con mis sentimientos, y por si fuera poca mi desgracia, escuche sin querer una de las conversaciones de mis padres en la que mencionaban que era la candidata perfecta para ser mi esposa, pues era la cláusula que le pondrían al hombre para realizar una sociedad, no me queda claro en que nos beneficia aquello, pero no me agrada nada de lo que planean, aunque por lo pronto no diré nada, hasta que me lo confirmen y allí expresare mi inconformidad.
Abel, es una de las pocas personas que he dejado entrar en mi vida, es mi amigo desde que me acuerdo, mi nana tuvo una única hija que al dar a luz murió dejándola a ella con un bebe por criar, y que a pesar de ser una persona ya entrada en años no dejo desamparado, mis padres como ella me contaba, siempre fueron de los que la apoyaban en todo, aunque a decir verdad, y no es por que tienda a ser exagerado, pero Abel es muy parecido a mí y por ende a mi padre, al principio creí que solo eran ideas mías al querer tener una persona con quien compartir, pero luego que mi nana me conto que nunca supo quien fue el padre del niño de su hija, la duda creció de manera exponencial, y no he descartado la idea de comprobar por medio de un examen de ADN, si mi papá tuvo algo que ver con eso, efectivamente lo termine realizando, pero aunque el resultado tuvo un porcentaje considerable de coincidencia, no era la cantidad exacta que deba a entender que era hijo de papá, por lo que decidí que hablaría con él y saldría de cualquier duda. Papá me dijo que era normal que llegase a pensar de esa manera, pero que no tuvo nada que ver con la hija de mi nana, más si piensa que fue el caso de mi tío, el hermano menor de papá, él era un don juan en ese tiempo, y quizá tuvo mucho que ver con la madre de Abel, pero lastimosamente era algo que no sabríamos a ciencia cierta pues mi tío falleció en un accidente de tránsito hace algunos años.
Después de aquella conversación, hablamos con Abel y mi nana, papá decidió darle el apellido, y mi querido amigo y ahora primo hermano es alguien más de la familia con el que comparto muchas cosas, como decía, es con la única persona que converso y puedo ser yo mismo, el por su parte confía mucho en mí, ahora que decidió dar a conocer su verdadera inclinación s****l, temía que mi padre o mi nana pudieran decir algo negativo, pero eso no ocurrió, lo tomaron como lo que son personas maduras y que saben respetar las decisiones y sentimientos de los demás. Claro que en mi caso es muy diferente, mi padre me impuso algunas cosas sin tomar en cuenta mi opinión.
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En unas horas será la reunión en donde me presentaran a la que será mi prometida, pero lo que no saben es que tengo otra cosa preparada para ella, aunque no me he caracterizado por ser la persona más vengativa del mundo, si soy alguien que piensa que la justicia es algo bueno, así que le daré una cucharada de su propia medicina. Con la ayuda de Abel, hare que los padres de Paula se entretengan y a ella me la llevare a un lugar privado, y le propondré tener una noche única para “sellar nuestro compromiso”, evidentemente de mi parte no hare nada solo como por así decirlo calentare la situación, y luego la dejare sola, pues en unos día me iré a Norte América por algún tiempo, no tendré que lidiar con dramas innecesarios, desde allá le expondré alguna excusa para no llevar a cabo ese compromiso y ya.
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Horas después…
Todo se fue al traste, a pesar de que el plan iba de maravilla, tuve que hablar con la “mujer equivocada”, nunca me hubiera imaginado que Paula tendría una gemela idéntica, y mucho más hermosa que ella, lastimosamente me vine a dar cuenta de aquello cuando ya estábamos fuera del lugar, ella estaba muy risueña y de pronto trastabillo, ocasión que aproveche para llevar a cabo mi plan, lógicamente tuve ayuda de Abel, ya que el puso un somnífero en su bebida, en poca cantidad solo para que se adormeciera. Cuando nos encontrábamos en la cabaña donde iba a ser la segunda parte del plan, Abel me llamo y me pregunto “a qué hora empezaría la función” evidentemente me sorprendí, pues según yo la chica a mi lado era Paula, y mi sorpresa fue tal cuando Abel me envió una foto de Paula junto a sus padres y uno de sus hermanos.
Ya no podía dar vuelta atrás, esperar que la chica despierte, hacer de cuenta como que ambos estábamos tomados, y que entre nosotros pasaron muchas cosas producto del alcohol, que ella decidiera decirme unas cuantas cosas, saber su nombre e irme del lugar, o esperar a que ella me diga a donde la llevo, creo que la ultima es mejor idea, no deseo ser causante de alguna desgracia.
Me sorprendí cuando a la mañana unos hermosos ojos color caramelo me miraron fijamente, y sin nada que poder decir que sea cuerdo opte por mencionar: en mi defensa…eres la mujer equivocada.