Siguiendo río arriba luego de haber dado una vuelta por los alrededores, empapando con feromonas amenazantes todo su territorio para evitar así que animales salvajes entraran, Drake se dirigía hacia el molino de agua para terminar finalmente con las reparaciones.
Dejando atrás aquella apariencia monstruosa donde no era completamente un lobo, ni tampoco un humano, Drake dejó solamente sus orejas peludas sobre su cabeza y su cola afuera para que pudiera actuar como un cinturón para su pantalón.
Deteniéndose frente al molino, las cejas del alfa dominante se juntaron profundamente al contemplar a Olsen con unos cuantos miembros de la manada trabajando en la estructura. Al verlo, su mano izquierda se alejó del grupo y fue con él.
—Parece que te fue muy bien repartiendo tus feromonas amenazantes, quedaste impregnado con ellas que intimida solo mirarte —comentó manteniendo cierta distancia.
—¿Qué es eso? —cuestionó señalando con su mentón hacia el molino.
—Increíble, ¿no? —sonrió el beta—. Estas personas ya estaban un poco más abierta a la idea de qué fueras su alfa líder, pero luego de escuchar al pequeño humano hablar y contar las cosas que has hecho para la manada, tal parece que finalmente les abrió los ojos para comprender que no eres el monstruo que Petra, Pascal y Kaled aseguran.
—¿Solo por lo que dijo el ratoncito? —cuestionó extrañado.
—Hizo exactamente lo que te dije que debíamos de hacer, explicar tus decisiones y acciones —indicó Olsen—. Aunque claro, el que un pequeño humano fuera el primero en darse cuenta y decirlo fue más efectivo, ya que siendo tan chiquito y que no te tema a diferencia de los demás, debió de darles un golpe en su ego y a la vez inspirar más confianza —expresó satisfecho.
—Eso no explica por qué están aquí —dijo cruzando sus brazos.
—¿Recuerdas los materiales que me habías pedido? Al conseguirlo, ellos sintieron curiosidad, y cuando se enteraron para qué era, no dudaron ni un segundo en ofrecer su ayuda —contó—. Solo tuvimos que preguntarle al pequeño humano lo que teníamos que hacer e inmediatamente todos se pusieron manos a la obra, pronto tendremos el molino funcionando nuevamente.
—¿El ratoncito está aquí?
—No, se fue tan pronto nos explicó lo que debíamos de hacer, nos dibujó las instrucciones en el suelo y todo —explicó señalando dicha zona.
—No permitiste que atravesara el bosque solo, ¿cierto? A pesar de que dejo feromonas amenazantes, siempre hay un idiota que se cuela en nuestros terrenos —pronunció tensamente.
—No lo hice, le dejé en el centro del pueblo y luego me fui. ¿Vas a quedarte a ayudar?
Observando hacia el grupo de hombres lobos, quienes parecían verdaderamente entusiasmados trabajando en reparar el molino, Drake negó.
—Si me uno a ellos, el ambiente se volverá pesado y probablemente dejen todo ahí —indicó—. Prefiero que sigan trabajando así, mientras más manos ayudando, mejor.
—¿Qué vas a hacer entonces?
—Para hacer pan necesitamos harina, y para tener eso el trigo es importante.
—Pero no tenemos trigos.
—Dejamos el cultivo de trigo tan pronto como el molino se echó a perder y nadie supo arreglarlo. En todo este tiempo nadie se ha dado una vuelta, si tenemos suerte, todavía puede quedar algo —planeó—. Si no, junto a los animales puedo exigir algo de trigo al principito.
—Iré contigo para ayudarte a buscarlo —anunció Olsen.
—No, quédate aquí con ellos para ayudarles. Aunque tengan las instrucciones dibujadas en el suelo, dudo que entiendan todas las palabras o dibujos —ordenó.
Alejándose, el alfa dominante se dirigió hacia el centro del pueblo. Si tenía algo de suerte, podría encontrar algo de trigo aún, por lo que necesitaba algunos canastos en los cuales transportarlos y unas cuerdas con la cual amarrarlos. Y si no, siempre era una buena idea preguntarle al ratoncito, quien parecía tener toda clase de información en su cabeza.
Pasando cerca de la casa de los humanos, el alfa líder se detuvo al instante tan pronto como contempló a tres de ellos rodeando al pequeño ratoncito. Sin dudarlo, Drake se acercó y estos inmediatamente observaron en su dirección para arrancar rápidamente como unos cobardes, dejando solo a Andy en la carreta con sus libros.
—¿Qué fue eso? —cuestionó deteniéndose ante él.
—Ellos huyendo luego de verte, lo cual es entendible considerando la expresión aterradora que tienes en este instante —respondió con tranquilidad.
—Ellos son los débiles que corren con solo una mirada —resopló—. ¿Te estaban molestando?
—En realidad, yo los estaba molestando —aclaró y agitó su cuaderno entre sus manos—. Necesitaba verificar unas cosas de mis notas con su conocimiento.
—¿Pudiste hacerlo?
—Se interesaron y me dieron unos consejos, pero de todas formas sería más fácil si ellos tomaran mi idea y trabajaran directamente en ello —explicó empujando los lentes más arriba.
—¿Por qué hacer eso? Ellos se quedarían con el crédito de ello.
—¿Y eso qué importa? En este momento hay muchas cosas más importantes, y creo que arreglar las viviendas es una de ellas, últimamente me he topado con más de un niño tosiendo —comentó—. Está aumentando.
—Aún falta para la temporada de invierno, pero supongo que las tardes están más heladas y al quedar desnudos tras cambiar a su forma completa, pueden enfermar siendo más débiles —expresó pensativo.
Con dichas palabras, Andy observó al alfa líder y sus ojos recorrieron su desnudo torso, pasaron por los jeans maltratados y llegaron hasta los descalzos pies.
—¿Cómo es entonces que siempre estas utilizando jeans? —expresó.
—Son más resistentes y no hago un cambio por completo.
La mirada de Andy instintivamente subió hasta la cabeza del alfa líder, encontrándose con dichas orejas peludas.
—Si no haces un cambio por completo, como es que tus pantalones quedan en tal estado.
—Tenemos tres formas para cambiar, la completa que es cuando somos un lobo, el semi cambio, que es aquella apariencia que ustedes juntan con el nombre de "monstruo" Al no ser completamente humano ni un lobo, y la simple que es solo mantener sus orejas o cola afuera —explicó.
—Tú siempre estás en la simple —indicó el hombrecito.
—Mis sentidos son más fuerte de esta forma, me mantiene alerta a todo el peligro —se encogió de hombros.
—Sorprendente, en la manada del príncipe heredero no se puede ver eso —comentó—. Según entendí del libro que leí de su biblioteca en lo que esperaba ser llamado, su gente solo puede cambiar en 3 fases de la luna, solo los miembros de la realeza pueden cambiar siempre que quieran y ellos no tienen tantas fases como tú.
—Por supuesto que no, esos idiotas al separarse de la manada e irse, dejaron de conectarse con su lobo interior. Seguramente al ser de la realeza tenían más oportunidades y tiempo de cambiar, pero aquellos comunes que trabajan por un techo tuvieron que dejarlo, lo que le llevó a solo poder cambiar a ciertas fechas —explicó—. En teoría, solo es culpa de ellos.
—Entonces, si todos cambiaran seguidamente, ¿les sería más fácil el cambiar?
—No.
—Pero acabas de decir que porque no lo hacen es que les cuesta —refunfuñó.
—Sí, pero la conexión con tu lobo no aparecerá de la nada luego de haberla olvidado, especialmente para aquellos que nunca tuvieron dicho lazo cercano. Aunque este ahí, no sabrían reconocerlo ni tocarlo, ya es tarde para ellos —explicó.
Comprendiendo lo que el alfa líder quería decir, Andy observó con curiosidad a Drake.
—¿Cómo es que sabes eso?
—Fue una de las pocas cosas que sí me enseñaron para tomar provecho de ello en caso de que decidiéramos invadir la manada del principito. Pero en las condiciones en las que estamos, no podemos atacar a nadie —resopló.
Torciendo sus labios, el hombrecito asintió sin negarlo.
—Pensé que estarías arreglando el molino —comentó Andy.
—Ya hay las suficientes manos trabajando en ello, ahora tenemos que preocuparnos de algo más especial y necesario —expresó Drake—. De nada nos sirve tener el molino nuevamente si no tenemos nada con la cual llenarlo para conseguir nuestra harina.
—Comprendo —asintió—. Pero sí tienen un molino de agua, es porque antes tenían trigo que tomar.
—Había un cultivo, iba en camino a revisar si tenemos algo de suerte y conseguimos algo.
—Perfecto, voy contigo —decidió Andy por su cuenta—. Me servirá para revisar las otras zonas en la cual cultivaban, así entenderé por qué no pudieron hacer crecer nada.
—Aunque me preguntes como sucedió no tengo ni idea, cuando tomé el mando los cultivos ya era un problema y aunque busqué otros terrenos nuevos en los cuales cultivar, nada parecía crecer en ellos o lo hacían demasiado lento —contó Drake.
—Eso es debido a que no puedes llegar y cultivar en cualquier tierra.
Girando, Andy buscó entre todos los libros que llenaban la carreta y alzó uno en específico. Abriéndolo, buscó entre las hojas y sonrió.
—Sabía que lo había leído en una parte —anunció y giró el libro para mostrárselo al alfa líder—. Aquí, dice que no se puede cultivar en cualquier tierra, hay que tener en cuenta diversos factores y características. Las variables más importantes, que sirven para determinar el tipo de suelo, son: textura, estructura, permeabilidad, porosidad y nivel de ph.
—¿Y? —preguntó Drake, observando el libro sin entender lo que veía.
—Tenemos que verificar la calidad de la tierra para saber si puedes cultivar en ella, y no te preocupes, que este libro dice cómo hacerlo —explicó.
—Mientras entiendas lo que estás haciendo...
—No te preocupes, tú solo protégeme de los animales salvajes, haz el trabajo pesado y todo bien —aseguró cerrando su libro.
Observando a la pequeña cosita mandona, Drake sonrió mínimamente y negó, ya que nadie en su sano juicio intentaría darle órdenes, ni siquiera los integrantes del círculo interno lo intentaban como tal.
—Vamos.
Apoyando su libro bajo su brazo izquierdo, Andy siguió de cerca al alfa dominante, caminando a su lado mientras se internaban en el bosque tras conseguir canastas en la casa de Drake. Subiendo una pequeña colina y luego bajándola, el pequeño humano se percató de ciertas cosas antes de que finalmente llegaran, encontrándose con un denso color dorado.
—Parece que tenemos suerte, tendrás trigo para hacer harina, y a su vez, semillas para cultivar más.
—No tiene sentido, ¿cómo es posible que el trigo creciera tan bien y a tal medida, pero cuando quisimos cultivar verduras por la misma zona no funcionó? —cuestionó Drake.
—Exactamente por esto —indicó Andy señalando su libro—. El tipo de suelo que necesita el trigo para ser cultivado no es el mismo que necesitan los demás. Sin contar, que todas las condiciones se cumplen aquí, incluyendo el ambiente —expresó observando a su alrededor—. Hay que buscar otro tipo de suelo si quieres cultivar otras cosas.
—Primero recolectemos trigo, y luego buscamos una tierra para cultivar.
—Mejor tú recolectas el trigo, y yo busco por los alrededores una tierra donde se pueda cultivar —propuso el hombrecito.
La frente del alfa dominante inmediatamente se arrugó y sus cejas se fruncieron profundamente ante la idea de que el pequeño humano estuviera solo por ahí en el bosque, por lo que la respuesta de Drake fue inmediata e impecable.
—No.
—¿Por qué no? Ahorraremos tiempo de esa forma —argumentó.
—No te dejaré ir por los alrededores solo cuando hay animales salvajes rondando por ahí —rechazó.
—No hay por esta zona. Lo verifiqué, está dentro del rango del cual empapas con tus feromonas amenazantes, por lo que ningún animal pasará por aquí —explicó Andy.
—No. Aunque dejo mis feromonas amenazantes cada día, aun así siempre hay un animal que lo ignora y se acerca de igual forma —indicó Drake—. Si no quieres recolectar trigo, al menos quédate donde mis ojos te puedan ver.
—¿Y si buscamos ayuda?
—Mikel y Olsen están ocupados, y los únicos miembros que vendrían por voluntad propia, están trabajando en reparar el molino informó—. Esto es fácil, ¿o me ayudas, o te quedas aquí o bien te voy a dejar al pueblo?
—Bien, te ayudo amarrándolos —bufó.
Satisfecho con la respuesta, Drake se quitó de su espalda el cesto con las herramientas que había llevado y se alejó para comenzar a cortar el trigo, al tener una buena cantidad, volvía para dejársela al hombrecito, quien las amarraba con cuidado.
—Debimos de haber traído una carreta en vez de unas canastas de mimbre —murmuró Andy.
—Ninguno de los dos creía exactamente que encontraríamos trigo, nadie había dado vueltas por estos lados desde que el molino se echo a...
Con un repentino grito invadiendo todo el bosque, ambos se detuvieron y se observaron.
—Ese claramente fue un grito de dolor —pronunció Andy.
Alzando su cabeza, las orejas peludas sobre la cabeza de Drake se movieron percibiendo el ruido, cuando otro grito más doloroso llegó, observó en una dirección en específico.
—Es por aquí.
Tan pronto como el alfa dominante comenzó a correr a toda velocidad, Andy intentó seguirle lo mejor que pudo, lastimándose un poco con las ramas y raíces que estaban en todos lados. Cuando Drake finalmente se detuvo, el pequeño humano jadeaba intentando recuperar el aliento, pero este inmediatamente le fue arrebatado otra vez, al contemplar un pequeño lobito atrapado en una trampa.