Por un momento, la mente de Andy se volvió completamente en blanco ante lo que estaba observando, sin comprender del todo lo que veía. Era una extraña trampa para cazar hecha de ramas y cuerda que, a pesar de verse muy simple, el mecanismo era perfecto y letal, lo suficiente como para haber matado al pequeño lobito, en sí, era un verdadero milagro o pura suerte, que este se encontrara solo herido.
Una oscura sombra borrosa pasó tan rápido por el costado del pequeño humano, que los ojos de Andy no pudieron capturar por completo la imagen de lo que estaba viendo, hasta que reconoció a Drake agachado al lado del lobito.
—¡No lo toques! —exclamó.
Una fría mirada enfurecida de color dorado observó en su dirección, y por un momento, el pequeño humano se estremeció, ya que la expresión de Derek realmente parecía la de un furioso animal salvaje, y a pesar de la sacudida que tuvo, aun así Andy se acercó y se agachó al lado del alfa dominante.
—No puedes simplemente tocarlo o podrías empeorar la herida, primero hay que comprobar la trampa para averiguar cómo funciona y revisar el estado del lobito —explicó.
—Está sufriendo —espetó Drake con áspero tono duro.
Uno, que hasta el momento no había sido dirigido en dirección a Andy, pero considerando la situación en la cual se encontraban, el pequeño humano lo dejó pasar y le observó directamente, haciéndole frente. Por mucha amenaza que estuviera sintiendo por parte del contrario, simplemente no podía asustarse y retroceder asustado como todo el mundo hacia cada vez que veía a Drake, ya que la vida de alguien corría peligro.
—Sé que estás preocupado y que solo quieres ayudarle, pero si haces algo descuidado podría hasta perder alguna extremidad —indicó firmemente—. Revisemos primero la trampa y luego al pequeño atrapado —instruyó.
Alejando sus ojos de esos dorados orbes de aspecto peligrosos, Andy se concentró en estudiar a trampa y luego al animalito atrapado en esta. Tan pronto verificó como se encontraba el pequeño y la forma en que estaba atrapado, giró y sacó del bolsillo de Drake una navaja, con la cual cortó una cuerda conectada a la trampa. Al hacerlo, inmediatamente otro mecanismo similar al que había atrapado al lobito reaccionó, con una estaca mucho más grande que voló por el aire varios metros lejos de ellos.
—Listo, ahora el pequeño —anunció.
Revisando la estaca y al pequeño lobito junto a Drake, ambos lo retiraron con cuidado de la trampa, revelando así una profunda herida en su pata izquierda. Tan pronto como estuvo libre, el lobito cambió, mostrando así un niño no más de seis años completamente desnudo, sucio y con una fea herida en su pantorrilla, la cual no dejaba de sangrar.
—M-me duele... —sollozaba el pequeño tallando sus llorosos ojos.
—Hay que detener el sangrado, limpiar la herida y cocerla —anunció Andy con grandes ojos.
—Traeré agua —anunció Drake.
Desapareciendo unos escasos segundos, el alfa dominante volvió rápidamente con una cantimplora que Andy había pedido al príncipe Caspian. Abriéndola, vertió el agua en la herida del pequeño.
—Sigue sangrando —pronunció el alfa dominante.
—Solo quería quitar los restos de tierra, no iba a hacer que la sangre se detuviera —explicó Andy.
Quitándose su camiseta, el pequeño humano la rompió en la parte inferior y sacó una larga tira. Con esta en sus manos, observó al niño.
—Esto probablemente dolerá, pero debemos hacer que la sangre se detenga, ¿bien?
Con su pequeño labio inferior temblando, el niño asintió y con la ayuda de Drake, Andy envolvió y cubrió la herida del pequeño.
—Esto solo es una medida temporal, debemos llevarlo con un médico —expresó observando al alfa líder.
—No tenemos ningún médico aquí ni nadie con tales conocimientos —negó Drake.
—Milenrama —murmuró Andy y observó a su alrededor.
Drake le observó con confusión—. ¿Qué?
—Es una planta, le ayudará a detener el sangrado —explicó—. Estoy seguro de que la vi cuando veníamos, cerca de la ladera. Buscaré alrededor, no debe de haber muy lejos, tú solo mantente haciéndole presión en la herida —instruyó.
Levantándose, Andy se alejó ignorando las palabras del alfa líder y buscó un racimo de pequeñas flores blancas que daba una apariencia de pequeños pompones de algodón. Tan pronto como las encontró, el pequeño humano corrió devuelta hacia Drake, encontrando al niño inconsciente.
—Está respirando, solo se desmayó —anunció el alfa dominante con preocupación.
—El dolor lo hizo.
Agachándose al lado de Drake, Andy tomó la cantimplora y mojó el racimo de pequeñas flores blancas y luego arrancó directamente los pétalos y trató de molerlos en su mano hasta obtener una especie de pasta.
—Tendría un efecto mejor si hiciera un ungüento, pero no tenemos los materiales para ello aquí —comentó el pequeño humano—. Quítale la venda.
Afortunadamente, en vez de hacer preguntas, el alfa dominante obedeció directamente, por lo que Andy se pudo acercar y colocar los pétalos sobre la piel desgarrada.
—¿Qué creen que están haciendo? —cuestionó una conocida voz que, instintivamente, le quitó un profundo gruñido a Drake.
Alzando sus dorados ojos, el alfa dominante observó directamente hacia Kaled, quien se había detenido ante ellos con un grupo de cinco cambiaformas alfas que le estaban siguiendo con sus armas. Ante la horrorizada mirada que le dedicaban al cachorro junto a Andy, Drake se levantó dejando al pequeño humano y se colocó ante ellos, enfrentando a los idiotas.
—¿Qué más? Le estamos ayudando —espetó con un tono cortante.
—¿Ayudar? Ese humano claramente lo está lastimando —acusó Kaled y observó hacia atrás—. Bud, están lastimando a tu hijo aquí —gritó.
E inmediatamente, un hombre mayor se empujó entre el grupo hasta llegar al frente.
—¡Clem! ¡Clem! —gritó el padre e inmediatamente intentó correr hacia él.
Tan pronto como Drake observó aquello, se interpuso en el camino para impedir que detuviera al ratoncito con su trabajo.
—¡¿Qué crees que estás haciendo?! ¡Déjame ver a mi hijo! —demandó el padre completamente alterado.
—Apesta a sangre, es bastante obvio que ese humano lo está lastimando. Y tú como alfa líder en vez de detenerlo, estás permitiendo —exclamó Kaled.
—Será mejor que te calles si no sabes qué es lo que está haciendo Andy —ordenó Drake.
Pero sus palabras parecieron solo empeorar todo, estallando un caos que terminó por despertar al infante otra vez solo para seguir sufriendo. Molesto, Drake ni siquiera dudó un segundo en permitir que su bestia diera un paso adelante y liberara cierta presencia que terminó por callar a los demás inmediatamente.
—¿Qué crees que haces abusando de tu poder como alfa dominante? —interrogó Kaled, jadeante.
—¿Crees que estoy abusando? —preguntó burlón—. ¿Quieres que te muestre realmente lo que es usar mi poder?
Avanzando un paso directamente hacia Kaled, Drake liberó ciertas feromonas amenazantes que provocaron que todo el cuerpo del alfa contrario temblara y seguido sus rodillas cedieran para caer al suelo, al igual que el resto de sus compañeros, a excepción del padre del niño.
—Hasta el momento solo te he mostrado una pequeña muestra de todo mi poder, incluyendo este instante, por lo que será mejor que no me retes a utilizarlo por completo, porque el único que terminara perdiendo, serás tú —amenazó con un tono mucho más bajo y grave de lo normal.
Percibiendo como el contrario seguía desafiándole a pesar de su situación, las cejas de Drake se juntaron y abrió su boca. Solo que se vio distraído por el suave tono y una pequeña mano que se empujó entre la del alfa dominante.
—Drake —llamó Andy, apretando su mano.
Esos dorados ojos observaron en su dirección y Andy empujó sus lentes hacia arriba.
—Está bien, ya he terminado —explicó—. Sé que solo lo estabas deteniendo para darme tiempo de ayudar al niño con su herida, pero deja que el padre se acerque, debe de estar muy preocupado.
Observando hacia el hombre que no dejaba de mirar al pequeño, Drake suspiró y lentamente su bestia comenzó a retroceder, permitiendo así que el padre inmediatamente corriera hacia el niño y lo tomara entre sus brazos con cuidado.
—Yo no herí al pequeño, lo encontramos atrapado en una trampa para animales en su forma animal —anunció Andy—. Solo le ayudamos a salir de ella y tratamos su herida, ya que estaba perdiendo demasiada sangre.
—No intentes mentirnos, claramente le estabas haciendo algo al cachorro cuando llegamos —acusó Kaled.
—Sí, estaba tratando su herida porque, como ya dije, estaba perdiendo mucha sangre y eso no es bueno. Le dije a Drake que debíamos de llevarlo con un médico, pero me dijo que no contaban con uno, por lo que me ayudó a revisar su herida —explicó el pequeño humano.
—Por favor, es obvio que estás mintiendo, nosotros no tenemos trampas en este lado del bosque.
—¿Y qué es eso? —cuestionó Drake, señalando la trampa desarmada.
—... Obviamente eso es algo que hicieron los humanos —acusó Kaled.
—Por favor, el mecanismo es lo suficientemente fácil como para que personas como ustedes pudieran hacerlo también, especialmente considerando todo lo que cazan —indicó el pequeño humano con un resoplido—. Si yo hubiera querido hacer una trampa, la mía habría sido más sofisticada, utilizando uno de los tantos materiales que me enviaron. Así como también habría pedido permiso para colocarla y me hubiese tomado el tiempo de hacer una demostración para que los pequeños entendieran lo peligrosa que es —se defendió ferozmente.
—Los únicos que parecen estar cazando por esta zona, son otros —indicó Drake, con su mirada viajando hacia el grupo armado—. ¿O acaso estaban planeando otra cosa?
—Estábamos cazando —aseguró el grupo inmediatamente.
—Pero aun así, es extraño que ustedes justamente estuvieran aquí cuando el pequeño salió herido —insistió Kaled, obviamente buscando la forma de hacerlos ver mal.
—No tengo por qué darte explicaciones a ti —espetó el alfa dominante, molesto.
—Entonces...
—El molino está siendo arreglado, la tierra donde cultivaron antes trigo está allá atrás —anunció Andy señalando sobre su hombro—. Vinimos a verificar si había algo de trigo, y mientras lo recolectábamos escuchamos al pequeño gritar de dolor. Acudimos a él tan rápido como pudimos, lo cual fue bueno porque no fue una herida muy agradable, es más, si no la cuidan correctamente el niño se puede enfermar —expresó observando al padre—. Tienes que cambiar el vendaje, limpiar la herida, de ser posible cocerla y volver a colocar aquella flor, le ayudará con el procedimiento.
—Nosotros sabemos perfectamente como tratar una herida, no somos unos idiotas —espetó Kaled enojado.
—Solo un idiota dejaría este tipo de trampas por ahí sin vigilancia y cuidado alguno, sabiendo que hay cachorros que corren por ahí —bufó el alfa líder.
—Evite mojar la venda y si se la va a cambiar, tiene que ser por una limpia. Tiene que vigilarlo por si la temperatura de su cuerpo sube, eso es muy peligroso con ese tipo de heridas —siguió instruyendo Andy al padre.
Pero este en vez de agradecerles por su ayuda o decir algo, simplemente se fue en silencio con su hijo entre sus brazos, obviamente preocupado por él.
—Esto no se va a quedar así, estoy bastante seguro de que ha sido alguien de tu grupo quien ha colocado esta trampa —acusó el molesto tipo del círculo interno.
—¿Por qué mejor en vez de acusar a cualquiera sin una prueba, buscan quién fue el responsable? —cuestionó el pequeño humano molesto—. Si hay una trampa aquí, nada nos dice que no hay más por los alrededores, y así como ese niño fue atrapado, más podrían verse lastimado.
—No me digas lo que tengo que hacer, no eres nadie para dar órdenes —espetó Kaled.
Enojado, Drake dio un paso adelante enfrentando al tipo.
—Él no puede dar órdenes, pero yo sí —anunció el alfa líder—. Ahora mismo volverán a la aldea y alertarán a los demás para que cuiden de sus hijos, luego se dividirán en grupos y ayudarán a buscar más trampas, mientras que otros me ayudan a recolectar trigo, solo si es que quiere tener algo de harina pronto, claro.
Y para sorpresa de Andy y Drake, los cuatro que habían permanecido al lado de Kaled se retiraron para seguir la orden de su alfa líder sin queja alguna, dejando sin respaldo al molesto tipo. Furioso, el alfa les enfrentó.
—Esto no va a quedarse así, no olvidaré esta humillación —exclamó.
Y aquellos malvados ojos avellana estaban miraron directamente al pequeño humano tras decir aquella amenaza. Observando al cambiaformas retirarse, los labios de Andy se torcieron.
—Me va a estar molestando ahora, ¿cierto?
Drake apretó su pequeña mano en respuesta, sin quitar su mirada de aquel estúpido que se perdía en el bosque siguiendo a los demás.
—No permitiré que te dañe de ninguna forma, aun si para ello debo de quedarme fuera de tu casa vigilando —juró.
—Genial, entonces hoy podrás preparar mi baño en disculpa por la forma en que me trataste antes —anunció el ratoncito.
Drake solo necesitó una mirada de ese pequeño rostro para suspirar y aceptar.