Capítulo 16

2346 Words
Bebiendo por la pajilla de su zumo en caja, Andy observaba con emoción aquellas carretas que contenía las cosas que había pedido, específicamente, aquella que tenía libros. Con una semana transcurriendo desde que había llegado a la manada Luz de luna, solo había sobrevivido con los tres libros que llevó con él para su placer, los cuales hacia un tiempo ya que había terminado de leer. Lamentable, el volver a leerlos no era una opción para Andy desde que su memoria fotográfica recordaba exactamente cada capítulo y palabra. —Te ves feliz —observó Drake, quien por supuesto que caminaba al lado del hombrecito—. ¿Es porque te trajeron cosas de la ciudad? —Estoy emocionado —aclaró—. Ya me estaba acostumbrado a vivir en un pueblo atrasado en varios siglos, pero admito que algunas de las cosas que pedí van a facilitar mucho más esa vida, incluso para ustedes —aseguró—. Además, tendré libros nuevos para leer, información útil que almacenar en mi cerebro para luego utilizar en el pueblo, eso es lo que más me emociona. Las cejas del alfa dominante se juntaron brevemente. —¿Te emociona más esa carreta llena de libros? —Claro, me encanta leer y estudiar, adquirir nueva información que podría ser útil más adelante —explicó feliz—. En la ciudad, siempre estaba en las bibliotecas leyendo o buscando algo que leer, y si estaba en casa buscaba otra carrera que estudiar que llamara mi atención. —Entonces, ¿eras un niño mimado de papi y mami? —cuestionó Russell, entrometiéndose en la conversación. Y algo en el tono con el cual se dirigió a Andy, molestó al alfa líder, logrando que una arruga se formara en su frente. —Mi abuela me heredó su casa y me dejó un pequeño fondo de emergencias, pero como sabía que eso no me duraría demasiado, lo invertí y gané. Luego vendí unos de mis experimentos y gané más, y así me fui dando vueltas acumulando el suficiente dinero para estudiar sin preocupación —contó. —Entonces no tenías necesidad de venir aquí y quitarle el trabajo a personas que sí necesitaban el dinero —reprochó el otro humano. —Las razones por las cuales vino no son de tu importancia, él decidió venir, el principito lo escogió y Andy escogió quedarse por su cuenta, fin del asunto —dictamino Drake, dando por terminado ese tema. —¿Puedes decir que cosas pediste que nos van a ayudar incluso en la manada? —preguntó Olsen, quien había estado atento a la conversación. —Cosas para construir —sonrió Andy—. Supuse que en medio del bosque completamente aislado, no tendrían electricidad, por lo que pedí cosas con las cuales podríamos construir un generador de luz. —¿Y si hubiéramos tenido luz? —cuestionó Drake. —Por eso pedí para construir uno y no directamente uno, ya que en caso de tener, entonces esas piezas habrían servido para construir otras cosas —explicó. —Generar luz no hará mucho cambio, el pueblo en sí necesita muchos arreglos y avanzar varios siglos para estar a la altura de la manada del príncipe Caspian —se mofó Russell. Lo cual, no fue exactamente las mejores palabras a decir, considerando que estaba rodeado de los miembros de otra manada, quienes por supuesto que no se tomaron bien su comentario. —Drake desde un principio dijo que no quería que su manada fuera igual a la del príncipe Caspian, pero deseaba que los miembros tuvieran más comodidades para que no se preocuparan día a día por cosas comunes como la comida o ataques de animales salvajes —aclaró el hombrecito—. Poder mejorar el pueblo y la forma en la que viven, es nuestro trabajo, la razón por la cual nos trajo. —No podría haberlo dicho mejor —sonrió Olsen—. Y en algún momento, los demás miembros de la manada lo irán viendo con sus propios ojos. —¿Iremos a arreglar el molino tan pronto lleguemos? —preguntó Andy observando al alfa líder. —Primero debo de repartir estas cosas —indicó Drake, señalando las carretas. —¿Las mías pueden ser dejadas en otro lugar? —pidió el hombrecito—. Además de los libros, no necesito nada más cerca y difícilmente creo que mis otros compañeros simplemente dejen que mis cosas se acumulen llenando toda la casa y será incómodo tenerlo en la habitación. —No lo digas como si todos te estuviéramos molestando —acusó Russell. —El quedarse callado y no hacer nada mientras otro lo hace, te vuelve cómplice en la misma medida —argumento Andy, observándolo a través de sus lentes. —¿Alguien te está molestando? —gruñó Drake. —No diría exactamente molestar, solo sigamos que es infantil y tonto —expresó pensativo—. Tanto así, que ni siquiera vale la pena molestarse en ello. —Puedo ir y tener unas cuantas palabras con ellos —anunció Mikel—. Claro que yo hablo a través de los puños, no con palabras como Olsen. —Hacer eso solo empeorará la reacción que tienen los miembros hacia los humanos —resopló el beta. —Eso es cierto, además, Lucio solo es molesto, no es como si nunca hubiéramos tratado alguna vez con ese tipo de personas en la vida —descartó el pequeño humano. —Las guardaré en mi casa —decidido Drake. Asintiendo satisfecho, Andy caminó el resto del camino ingiriendo sin darse cuenta todo el contenido de la bolsita que el príncipe Caspian le había dado tras realizarle su examen de rutina. Para el momento en que los árboles comenzaron a dispersarse, revelando así poco a poco el pueblo, el pequeño humano inmediatamente se percató de que algo estaba ocurriendo ahí, y por la forma en que Drake junto a sus dos hombres de confianza dieron un paso adelante, fue bastante obvio que no fue el único en darse cuenta. Llegando finalmente al centro del pueblo, la visión que tuvieron no fue exactamente la más agradable de ver. Aprovechando que su alfa líder había dejado la manada un momento, los tres idiotas del círculo interno decidieron tomar la oportunidad para así convocar una reunión con los miembros presentes, ¿con que motivo? Para hablar mierda de Drake, por supuesto. Y por la tranquila forma en la cual el alfa líder estaba tomando la situación, tal parecía que no era la primera vez que ocurría algo como ello. —Ustedes, vayan a dejar las cosas a la casa donde se están quedando los humanos, el resto de ustedes síganme a mi casa —decidió Drake. —Los libros se quedan conmigo —le recordó Andy. Con el grupo separándose inmediatamente, con Russell desapareciendo entre ellos, el pequeño humano decidió quedarse en el centro del pueblo, escuchando con atención las estupideces que decían aquellas tres personas. Y es que, a pesar de que hablaban mierda de Drake, colocando en las mentes de los demás miembros una imagen sangrienta y despiadada, la verdad era que además de decir esas estupideces, no daban exactamente una buena razón como para sacarlo de su puesto como alfa líder de la manada. En sí, solo hablaban mierda de la personalidad del alfa dominante y describían a la perfección todas las acciones horrorosas y despiadadas que había hecho, pero no mostraban exactamente alguna prueba para demostrarlo más que sus palabras. Y tal vez, era por aquella razón que Andy veía claramente como el pueblo estaba dividido entre aquellos que creían esas estupideces, y los que se mantenían imparcial, ignorando sus palabras. —Parece que esta es una rutina —comentó y empujó sus lentes más arriba. —Es lo que siempre hacen cada vez que ven que Drake sale del pueblo —resopló Mikel. —Fue así que convencieron a algunos de que Drake es una mala persona —indicó Olsen, cruzando sus brazos. —¿Solo con palabras? —preguntó Andy. Ambos miembros le observaron y el pequeño hombrecito torció sus labios comprendiendo, después de todo, Drake no tenía exactamente la personalidad más encantadora del mundo. —Pero hay algo que no tiene mucho sentido ahí —dijo pensativamente—. Drake me dijo que ellos eran los secuaces de su malvado padre y que lo apoyaban completamente en cada uno de sus malvados planes para abusar de los miembros de la manada, siendo así, ¿cómo es posible que tengan seguidores cuando ellos también fueron quienes abusaron de su poder con ellos? —A mí no me mires, soy la fuerza del grupo —anunció el alfa y la mirada del hombrecito viajó hacia el otro cambiaformas. —Dos cosas influyeron en esa decisión. Ellos realmente supieron sacar provecho a la forma en la cual Drake consiguió el puesto del alfa líder, y porque aseguraron que ellos no tuvieron nada que ver al respecto, que el antiguo líder les tenía amenazado y les obligó a hacer tales atrocidades —explicó Olsen. —¿Y realmente creyeron en ello? —preguntó Andy frunciendo sus cejas. —Realmente no sabes lo malvado que era Baltasar —indicó Mikel. —Sin contar, que arruinaron aún más la imagen de Drake al recordarles la razón por la cual fue exiliado —indicó el beta. —¿Lo dices por eso de que mató a una mujer? Ambos cambiaformas observaron inmediatamente al pequeño humano. —¿Te contó sobre ello? —cuestionó Olsen. —Hizo mención, pero no entró en detalles, cambio de tema —explicó con un encogimiento de hombros. —Drake no mató a esa mujer, estamos seguro de que lo culparon de ello —aseguró el alfa. —¿Pero? —adivino Andy. —Drake nunca aclaró lo que ocurrió aquella noche, y todos quedaron con la imagen de un ensangrentado hombre bestia con el cuerpo destrozado de una mujer embarazada entre sus manos —explicó Olsen—. Con esa imagen, más las palabras del círculo interno, es bastante obvio para donde iba a caer la balanza. —¿Y por qué no explicar lo que ocurrió esa noche? —indagó el hombrecito. Ambos hombres lobos negaron sin saber qué responder. —Han pensado que si, tal vez cambiando la imagen que tienen los habitantes de la manada sobre Drake, será más fácil para este liderar —comentó Andy. —Desde un principio que he estado intentando demostrar que no es una mala persona, pero con los miembros del círculo interno haciendo de las suyas en cada oportunidad que tienen, la poca capacidad de Drake para expresarse y demostrar que es bueno, eso es algo difícil de hacer —resopló el cambiaformas beta. —Uhm... Nosotros podremos ayudar a mejorar la manada, pero si él no hace un esfuerzo, veo difícil que los miembros le comiencen a seguir solo por ello —indicó el pequeño humano. —A Drake solo le importa que la manada vuelva a vivir, no lo que piensen de él —suspiro Mikel. Observando al grupo de idiotas que habían bajado de la plataforma para seguir diciendo estupideces. —Bien podría intentar ayudar en ello si me sobra algo de tiempo —expresó Andy—. Esos rostros arrogantes son molestos y por lo que he visto, Drake no es tan malo como aparenta, aunque su carácter es otra cosa —resopló. —Tu boca no parecer ser tan dulce como tu apariencia —rió Mikel. —Nunca dije que fuera alguien dulce, que los demás me tomaran de esa forma no es mi culpa —argumentó el hombrecito—. ¿Cuánto tardará Drake? Quiero ir a arreglar ese molino para así comenzar con mis otros planes. La emoción en ese pequeño rostro llamó la atención de ambos cambiaformas. —¿Tienes más planes? —preguntó Olsen. —Sí, tengo todo anotado aquí —anunció mostrando su libreta. —¿Qué se supone que tienes anotado ahí? ¿Nos has estado espiando para exponer nuestros secretos al mundo? —cuestionó Petra. Observando las orejas de lobo que estaban sobre la cabeza de la mujer, Andy resopló. —En primer lugar, es de mala educación escuchar y entrometerse en una conversación ajena. Y en segundo, ni siquiera hay algunos secreto que contar en esta manada, absolutamente nada. —¿Qué es eso entonces? —cuestionó Pascal, deteniéndose al lado de su hermana. —Mis notas para mejorar la manada. —Dame eso, lo revisaremos y decidiremos si funcionará o no —exigió Pascal. —Ni siquiera creo que entiendan lo que tengo escrito, con mi amplio conocimiento literario utilizo varias palabras complicadas que serán difíciles de entender para ustedes —indicó Andy, volviendo a guardar su libreta—. Sin contar, que no tienen poder alguno para tomar una decisión sobre la manada. —¿Cómo te atreves a decir eso? —exclamó Petra, retrocediendo cómo sí hubiera sido golpeada. —Serás castigado por esta falta de respeto, sucio humano —declaró Pascal, alzando su mano. Solo que, ninguno pudo realmente llegar a Andy gracias a los dos amigos de Drake, quienes inmediatamente se interpusieron e impusieron que lo dañaran de cualquier forma. —¿Por qué están tan enojado cuando solo está diciendo la verdad? —cuestionó Mikel—. El único que tiene derecho a decidir sobre esta manada, es nuestro alfa líder. —Nosotros solo queríamos comprobar que eran buenos planes para la manada —se excusó Petra. —Lo son. —declaró una firme voz cortante. E inmediatamente, todos observaron en dirección hacia Drake. —Cada uno de esos malditos planes, es por mucho la mejor solución para todos nuestros problemas, y si ustedes dejaran de hablar mierda de los humanos, colocando en contra a los habitantes, hacía tiempo ya que la manada estaría mostrando cambios. —Por favor, son humanos, ¿qué cosas podrían lograr aquí? —resopló Pascal. —Cosas como arreglar el molino para volver a tener harina —indicó Drake, logrando que todos se callaran con ello.
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