Andy tuvo sus dudas sobre el proyecto por el cual el príncipe Caspian les había ofrecido trabajo, especialmente cuando dijo que no podría intervenir en los asuntos de otra manada, pero nunca imaginó que la relación entre ambos sería tan mala hasta el punto de recibir tan intimidante bienvenida, casi dando la sensación de que la manada Luz de luna no estaba precisamente de acuerdo con el proyecto.
Después de todo, ¿quién en su sano juicio daría la bienvenida a débiles humanos mostrando una apariencia que traería pesadillas a cualquiera?
Si su propósito era intimidar, Andy ciertamente podría afirmar que eso habían logrado, al menos con aquellos humanos que viajaban en el mismo carruaje que él.
—Dios mío, ¿esos son monstruos? —exclamó el tipo sentado frente a Andy.
—No seas tonto, los monstruos no existen. Obviamente son una especie de lobos extraños, tipo humanoides —expresó una mujer castaña, pegada a la ventana observando todo.
—Si existen hombres lobos, nada nos dicen que no pueden existir también monstruos —argumentó el otro tipo sentado al costado de Andy.
Y cada uno de los tres acompañantes, estaban prácticamente con sus rostros pegados a la ventana, intentando averiguar qué es lo que estaba ocurriendo.
—Uy, no parecen estar muy feliz con que estemos aquí —comentó la mujer.
Sabiendo que sería imposible seguir con su lectura gracias a todo el escándalo que le rodeaba, Andy cerró su libro y lo guardó en su bolso, para seguido rodear la bolsa de cuero con sus dos brazos de forma protectora. Si esos serían los únicos libros que tendría para sobrevivir en esa manada, entonces los protegería con todo para no morir de aburrimiento.
Pero, la imagen que dio Andy con su pequeño cuerpo curvándose alrededor de su bolso, aferrándose a ella, no fue otra más que la de un asustadizo jovencito aterrado.
—No tienes que preocuparte tanto, chico, el príncipe heredero sigue aquí con nosotros juntos a sus guardias, ellos no dejaran que nada nos ocurra —consoló el hombre sentado al lado de Andy, teniendo una imagen totalmente equivocada.
Y Andy en vez de corregirla, asintió en silencio, ya que sabía que el intentar negarlo y asegurar que, a diferencia de ellos no estaba para nada asustado, no le crearían. Aparentemente, por tan solo tener una pequeña figura con apariencia débil, automáticamente significaba que era una cosita asustadiza que los demás tenían que proteger y calmar.
Cosa que no podía estar más alejada de la realidad, pero como era una pérdida de tiempo intentar explicar, Andy ni se molestaba en hacerlo y simplemente dejaba que los demás se quedaran con ese concepto equivocado de él con tal que le dejaran tranquilo.
Aunque fue precisamente por eso que tuvo problemas en pasado con cierta persona insoportable.
Alzando la mirada, Andy observó a través de la ventana al igual que otros humanos y miró con curiosidad a esas grandes figuras no humanas pasearse por detrás del muro de piedras, como si buscara una forma de cruzar el ir directamente por ellos.
De pronto, el príncipe heredero dio un paso al frente en su caballo y se bajó de este. Observando molesto a los integrantes de la manada luz de luna, Caspian miro a todos aquellos que se presentaron en el límite de ambos terrenos para tan cálida bienvenida tan poco apreciada.
—¿Dónde se encuentra su alfa líder? —cuestionó con voz firme.
Ninguno de los hombres bestias se dignó a responder, ni dejaron atrás esa atemorizante apariencia. Por el contrario, por su cuenta cruzaron aquella línea y se pasearon por alrededor de los carruajes y los guardias que Caspian decidió llevar con él por protección.
—He dicho, en donde se encuentra su alfa líder —demandó saber el alfa dominante, con un tono más firme que antes.
—Tú no eres nadie para ordenarnos a nosotros, falso príncipe —gruñó una de aquellas grandes figuras no completamente humanas o lobunas.
Y cuando ese insolente se acercó de forma amenazadora, Josh inmediatamente reaccionó yendo al lado del príncipe heredero con una mano sobre su espada.
—Tal vez hay que volver —comentó.
El hombre bestia rió en un desagradable sonido que iba a la par con esa apariencia.
—Sí, largo de aquí. No los queremos —exclamó.
Caspian observó con tranquilidad al ser ante él y luego admiró a su alrededor. Una pequeña sonrisa creció entre sus labios al comprender qué estaba ocurriendo.
—Eres uno de los problemas que Drake tiene aquí —comprendió.
Al verse atrapado, el hombre bestia gruño de forma amenazadora al príncipe Caspian y luego dio un paso frente a él. Al mismo tiempo, Josh sacó su espada y la empujó directamente al cuello de esa irritante criatura.
—Kaled, retrocede.
La orden de Drake se oyó perfectamente, y a pesar de que el alfa dominante no estaba utilizando su voz suprema, el firme tono inflexible y severo, mostró claramente sus intenciones de que no sería buena idea ir en su contra. Apareciendo finalmente entre el denso bosque, el alfa líder de la manada Luz de luna colocó sus dorados ojos sobre el molesto de Kaled. Con pasos lentos, llegó hasta donde estaba el príncipe Caspian y se detuvo.
—He dicho, retrocede.
Drake se encontró con la resentida mirada de la bestia, y a pesar de que algunos miembros que siguieron al círculo interno retrocedieron hasta estar detrás del límite, otros permanecieron en su lugar, incluyendo al imbécil de Kaled.
Observándolo fijamente, el alfa líder comenzó a liberar su aura dominante de forma silenciosa, la tensión cubrió al hombre bestia y la presión ante un ser mucho más poderosos que él, finalmente le hizo retroceder junto a todos los demás.
—No utilizaste tus feromonas amenazantes —detectó el príncipe Caspian.
—Generalmente, con este tipo de basura sirve el solo liberar mi aura y presionarles con la presencia de mi lobo, que es por mucho más fuerte que cualquiera de ellos —expresó dirigiendo su mirada hacia el otro alfa dominante, y observó al hombre que tenía una espada en mano.
—Josh, baja eso y asegúrate de que los humanos estén bien —instruyó Caspian.
Por supuesto, el alfa dudó antes de bajar su espada y volverla a esconder en su funda.
—Recuerda que la luna Rhys pidió que volvieras sano y a salvo —expresó Josh antes de retirarse para cumplir con su orden.
Quedando a solas, Drake observó directamente aquellos ojos verde oliva, los cuales no le estaban observando exactamente muy feliz.
—¿Me quieres decir que fue esta clase de bienvenida? —cuestionó el príncipe Caspian.
—No, en realidad no —respondió Drake, cruzando sus brazos sobre su descubierto pecho.
—Tienes problemas de autoridad dentro de tu manada.
El que el principito diera directo en el punto con tan solo una breve observación, tocó directamente un nervio en Drake, que no le gustó para nada, por lo cual, tomó la defensiva inmediatamente, sin querer que alguien fuera de su manada estuviera enterado de su mierda.
—Lo lamento, creo que te has confundido de manada, no estamos hablando de la tuya donde tus padres llegaron incluso a echar a tu pareja de la isla —atacó.
Las cejas del príncipe Caspian se fruncieron, e instintivamente sus labios se curvaron hacia abajo con dicho comentario.
—No es necesario atacar con ese tipo de comentarios —indicó con molestia.
—No te estoy atacando, solo te estoy mostrando la verdad —anunció y alzó sus brazos extendiéndolos a cada costado—. Esta es la clase de recibimiento que tenemos en mi manada para los nuevos, este no es un lugar donde pueden vivir como en un cuento de hadas como lo es tu manada. Aquí se trabaja, nadie tiene privilegios por nada, y solo las personas más fuertes tienen una posibilidad de vivir tranquilamente.
Como el alfa líder de la manada Luz de luna no se molestó en bajar su tono de voz, por supuesto que aquellos humanos que habían bajado del carruaje, instintivamente se asustaron y comenzaron a murmurar entre ellos. Lo cual, solo causó molestia en el príncipe Caspian.
—¿Qué es todo este teatro? Creí que habíamos llegado a un acuerdo, requería de mi ayuda y la de ellos —expresó el príncipe heredero con un bajo tono lleno de molestia.
—Solo les estoy ahorrando el viaje a las profundidades del bosque —espetó Drake y observó directamente al grupo de humanos que se había reunido fuera de los carruajes—. Si han tenido miedo por lo que acaban de ver, lo mejor será que tomen sus cosas y vuelvan otra vez a la ciudad, porque tratar con estos idiotas será el menor de sus preocupaciones en mi manada —advirtió.
Sus palabras retumbaron por todo el bosque, logrando atemorizar al grupo de humanos, quienes tomaron aquello como una fría amenaza. Y Drake sabía a la perfección que todos iban a tomar sus palabras de mala forma, por lo que esperó cada mirada llena de horror hacia su persona.
Por lo que, cuando se encontró con una pequeña figura que en vez de temblar como los demás humanos y reunirse con ellos, se quedó simplemente en su lugar, observando a su alrededor con una desconcertante tranquilidad, toda la atención del alfa dominante se centró en él. Sus ojos se encontraron, y el pequeño hombrecito empujó esa extraña cosa sobre su bonito rostro que le impedía ver correctamente el color de esos ojos.
La bestia en su interior sintió curiosidad por el pequeño humano, quien viéndose tan pequeñito y delicado, siguió enfrentando su mirada sin temor alguno, hasta que uno de su especie decidió que estaba en peligro y tiró de él hacia un grupo de cuatro humanos.
—No sé qué es lo que estás planeando, pero no me culpes si nadie quiere quedarse contigo después de todo esto —reprochó Caspian.
Alejándose, el príncipe heredero dio un paso al frente y observó a los quince humanos que había seleccionado de todo el grupo que viajó hacia la isla.
—De acuerdo, como acaban de escuchar, la vida en la manada Luz de luna puede ser un poco más difícil de lo que había expresado anteriormente, y el alfa líder les está dando otra oportunidad para que consideren bien su decisión —explicó con un tono mucho más amable y una sonrisa que relajó el ambiente—. Ahora, si han cambiado de opinión, es su momento para hablar.
—¿Qué sucede con el contrato que firmamos antes de venir aquí? —preguntó uno de los humanos.
—Estaríamos viendo eso al volver al castillo, pero no tienen que preocuparse de alguna falta o de tener que pagar algo. Les enviaríamos devuelta a la ciudad sin problema alguno —prometió Caspian.
Observando a su alrededor, Andy se dio cuenta de que nadie parecía dar el primer paso, y desde que él no quería ser confundido como parte de grupo que deseaba volver a la ciudad, dio un paso adelante.
—Yo quiero quedarme —anunció.
—¿Estás seguro? No habrá vuelta atrás luego de esto —advirtió el príncipe heredero.
La mirada de Andy viajó instintivamente hacia el hombre que se encontraba parado al lado del príncipe, el cual era visiblemente más grande y poderoso, si logró con unas palabras que todo se detuviera.
—Sí, estoy seguro —asintió y empujó sus lentes más arriba.
—¿Estás loco? ¿Qué olvidaste la bienvenida que nos acaba de dar? —exclamó otro humano.
—Pero... Nadie está herido. Y lo detuvo solo con unas palabras —argumentó tranquilamente.
Sus palabras produjeron un silencio apreciativo, en el cual lentamente, otros cuatro humanos dieron un paso al frente, colocándose al lado del pequeño humano.
—De acuerdo, bajen el equipaje de los que decidieron quedarse, y el resto de ustedes puede volver a subir al carruaje —anunció Caspian cuando nadie más se sumó.
Dándose media vuelta, el príncipe heredero enfrento al alfa líder.
—Tienes que prometerme la seguridad de estos cinco humanos que estarán viajando contigo a tu manada —demandó.
—Dije que así sería.
—Y, aun así, tuvieron esta clase de desagradable bienvenida —indicó con dureza—. Hablo en serio, Drake, no quiero que ninguno de estos humanos salga lastimado de ninguna forma, o tú y yo, tendremos problemas —amenazó.
Molesto ante la amenaza del contrario, pero comprendiendo la preocupación de este, Drake asintió con cierta molestia.
—Bien, te prometo su seguridad nuevamente.
—Mantendré a guardias en el límite del bosque y en mi casa en la playa, por si alguno de ellos quiere retirarse en algún momento —informó.
—Mientras no crucen a mi territorio, no tengo problemas —aceptó—. Mikel. Olsen.
Ante su llamado, dos hombres aparecieron, uno en su forma completa de lobo, mientras que el otro se mantuvo en su forma humana.
—Comiencen a guiar el camino hacia la manada a nuestros invitados —ordenó Drake.
Observando al pequeño grupo cruzar la línea, Drake se mantuvo en su posición sus buenos segundos y luego le sonrió al príncipe Caspian.
—Tienes suerte, alguien del grupo que acaba de entrar en mis terrenos, es como tu pareja —informó—. Los otros, solo son humanos normales —anunció observando hacia los carruajes.
Sin más palabras, Drake se alejó siguiendo al grupo de humanos, cuidando la retaguardia para que los imbéciles del círculo interno y su grupito no hicieran una de las suyas otra vez.