Escondiéndose detrás de uno de sus libros, Andy Clayton alzó su mirada y empujó los gruesos marcos de sus lentes más arriba, antes de llevar esos singulares ojos con distintos tonos verdes a su alrededor. Por supuesto, a pesar de que se sentía impresionado por encontrarse en la isla Wolf Heart, y más aún, en el mismo palacio real, seguía siendo más sorprendente el grupo reunido de humanos que se encontraba esperando en el pasillo porque el mismo príncipe Caspian les llamara.
En sí, Andy seguía asombrado en primer lugar porque hubieran respondido su postulación. Cuando había leído que el príncipe heredero de la isla Wolf Heart se encontraba trabajando en un proyecto que requería contratar directamente a humanos, se inscribió con el deseo de ser llamado, pero sin mantener las esperanzas demasiado altas.
En realidad, si no fuera por el pequeño problema molesto que le estaba persiguiendo en la ciudad a cada lado, Andy ni siquiera habría considerado la posibilidad de postularse a dicho trabajo, pero desde que las autoridades humanas no podían hacer nada con su acosador hasta que este atentara directamente contra su vida, el pequeño humano prefería tomar el asunto entre sus manos, colocando la máxima distancia posible, que simplemente esperar como la policía a que su vida sufriera alguna clase de daño mortal antes de hacer algo al respecto.
Esa había sido la principal motivación de Andy para postularse, por lo que, cuando recibió una llamada anunciando que fue seleccionado para participar en la entrevista que se realizaría en la isla Wolf Heart, él ni siquiera lo dudó y simplemente empacó sus cosas para ir.
Siendo un viaje todo pagado, independientemente de cuál fuera el resultado de la entrevista, Andy aceptó deseando tener un respiro de aquella horrible ciudad con su molesto acosador. Pero, ahora que estaba ahí, rodeado de todas esas otras personas, el pequeño humano no sabía si había sido exactamente una buena idea.
Y no es que dudara de sus capacidades, a pesar de que había tenido pocos trabajos, probablemente tenía muchos más estudios que cualquier humano que se encontrara ahí, inclusive no dudaba que fuera mucho más inteligente, lo que le llevaba a preguntarse, ¿qué clase de trabajo ofrecería el príncipe heredero? Y... ¿Por qué razón habría de juntar a tantos humanos para ello?
Sí, Andy estaba al tanto de la noticia de que se había casado con un humano rompiendo aquella regla sobre no relacionarse estrictamente más de lo necesario con los de su especie, pero... No creía que al hacer aquello le estaba abriendo la oportunidad a todos los humanos para entrar a Wolf Heart.
Personas con poder, siempre deben de tener una razón tras su comportamiento, y el príncipe Caspian no era la excepción a pesar de que todo el mundo parecía tenerlo en un altar.
Cuando una de las doble puertas que eran protegidas por dos hombres uniformados se abrió revelando a un cambiaformas que se había presentado como Josh, absolutamente todo el mundo alzó su cabeza y observó con atención.
—Por favor, que el joven Andy Clayton de un paso al frente —llamó tras revisar su portapapeles.
Cerrando su libro con una sola mano, Andy lo guardó en el bolso que estaba sobre su regazo y se levantó de su asiento. Acomodando la única correa sobre su hombro, cruzó el pasillo y se detuvo frente al hombre lobo. Con una estatura un poco más baja que el promedio, el humano tuvo que inclinar su cabeza ligeramente hacia atrás para observar directamente a Josh.
—¿Eres Andy Clayton?
—Lo soy —asintió.
Empujando sus gruesas gafas nuevamente más arriba por el puente de su nariz, Andy tiró de la manga de su delgado suéter ancho hacia atrás y reveló su muñeca derecha en donde se encontraba el brazalete con toda su información personal que el representante de los hombres lobos le había colocado junto a los otros candidatos tan pronto como colocaron un pie en el barco que los trasladaría.
El cambiaformas alfa comprobó la información entregada, y una vez confirmó todo, se hizo a un lado y señaló el interior de la habitación.
—Por favor —pronunció.
En silencio, Andy cruzó la puerta e inmediatamente se encontró con una amplía sala con grandes ventanales. Un juego de elegantes sofás se encontraba en el medio, mientras en que a la izquierda se estaba otro par de puertas cerras, y a su derecha, una especie de pequeña biblioteca privada de dos pisos.
—Tome asiento, el príncipe heredero aparecerá enseguida —informó Josh.
Siguiendo las instrucciones, Andy rodeó uno de los sofás y tomó asiendo en el centro de este. Apenas y si logró colocar su trasero en el cómodo cojín, cuando las puertas a su izquierda se abrieron, y el príncipe Caspian entró en la habitación. Intentando levantarse, se detuvo en el instante en que el hombre lobo le observó y sonrió en su dirección, moviendo su mano para pedirle que se quedara donde estaba.
—Por favor, no te molestes —pronunció con un amable tono perfectamente diplomático.
Tomando asiento directamente frente al humano, el príncipe Caspian lo observó con curiosidad.
—Este trabajo es exclusivamente para personas mayores de veintiún años —inició.
—Tengo veintisiete —aclaró Andy, señalando la carpeta que seguramente contenía su información entre las manos del contrario.
El príncipe juntó brevemente sus cejas y revisó la información recibida.
—Mis disculpas, comenzaré a explicar entonces el trabajo —anunció Caspian—. Esto se trata principalmente de un proyecto para demostrar no solamente en mi manada, sino que para aquellas que viven en otras islas, todos los beneficios que trae el relacionarse con humanos. Ahora, ¿te estarás preguntando como es que demostraremos aquello cuando mi manada ya lo tiene todo?
Manteniéndose en silencio, Andy asintió
—Hay otra manada que se encuentra viviendo actualmente en las profundidades del bosque, por todo el lado sur. A pesar de ser parte de mi gente, es una pequeña población autónoma con la cual no tenemos una estrecha relación, es solo una pequeña manada aparte que viven en ese lado de la isla, ¿me explico?
—Su manada se separó en dos y ellos se fueron a vivir al bosque para ser independientes —asintió Andy.
Por unos pequeños segundos, el alfa dominante observó al pequeño humano y luego sonrió de forma ladina.
—Exactamente. Mi proyecto consiste en que demuestren todos sus beneficios y conocimientos al pasar cierto periodo de tiempo en aquella manada, ayudándoles a progresar. Tal vez no hasta llegar al mismo estado en el cual se encuentra la manada Von Kleist, pero mientras hayan mejorado su calidad de vida, es un trabajo que daré por cumplido. ¿Tienes alguna pregunta?
—¿Cómo es la manada en la cual realizará dicho proyecto? —cuestionó el humano directamente.
—La manada Luz de luna está totalmente aislada en la profundidad del bosque, tan pronto como lleguen ahí, nuestra comunicación se cortará hasta el día que vaya por ustedes —explicó Caspian—. Como alfa dominante y próximo alfa rey de esta manada, yo no puedo simplemente entrar en el territorio de otro alfa dominante, por lo que realmente no puedo decirte con exactitud como se encuentra la manada de Drake, pero sí sé que están pasando por una situación difícil en este momento.
—¿Y nuestro deber será resolver dicha situación difícil? —preguntó Andy, inclinando ligeramente su cabeza hacia un costado.
—Exactamente. Sé que no será una tarea fácil, ya que de por sí los hombres lobos somos personas desconfiadas ante los forasteros, pero mientras logren un cambio que ayude a los miembros de dicha manada, se contará como si hubieran hecho a la perfección el trabajo —aclaró—. Es un proyecto provisto de dos a tres meses. En ese tiempo, estarás totalmente incomunicado de la ciudad, e incluso el contactar conmigo será algo difícil. Sin ningún poder en dicho territorio, tendrás que vivir según las normas de la manada Luz de luna.
—¿Significa eso que mi vida podría estar en peligro?
—No, el alfa líder me prometió que mantendría seguro a cada humano que asista a su manada para ayudarle —prometió Caspian y luego observó con cierta duda a Andy—. Pero el que Drake prometa su seguridad, no significa que estará detrás de ustedes ayudándoles en cada momento. Como líder de su manada, tiene sus prioridades a seguir y cuidar también, por lo que tienes que pensarlo muy bien al aceptar.
Observando directamente aquellos ojos verde oliva, Andy supo a la perfección por qué dijo aquellas palabras. Con su pequeña figura delgada y de baja estatura, el humano no daba exactamente la impresión de ser alguien fuerte o resistentes, y con su pequeño rostro y rasgos finos que bien podrían ser definidos por algunos como femeninos, lo hacían a la vista como una pequeña cosita bonita, como había escuchado más de una vez. Y gracias a sus lentes, amplios suéteres delgados y pecas que recorrían su nariz, era llamado también "tierno".
Pero la fuerza física no lo era todo en el mundo, especialmente para ayudar una manada que parecía tener muchos más problemas de lo que estaban diciendo, considerando el proyecto que estaban realizando por ello.
—Puedo no tener muchos atributos físicos, pero toda mi fortaleza está aquí —anunció Andy, señalando su pelirroja cabeza de un tono cobrizo—. Gracias a mi inteligencia, he logrado estudiar lo suficiente como para adquirir más de un título. Ganando conocimientos que otros podrían considerar innecesarios.
—¿Conocimientos innecesarios como cuáles? —indagó Caspian, intrigado.
—Tengo conocimientos en plantas medicinales, ingeniería de vehículos de motor, barcos y naves, administración, carpintería, cultivos, y prácticamente de cualquier libro que haya pasado por mis manos —respondió—. Tengo memoria fotográfica y un IQ más elevado que de una persona normal.
—¿IQ?
—Se le conoce erróneamente como "coeficiente intelectual" pero en realidad es cociente intelectual. Y memoria fotográfica es el recuerdo a la perfección cualquier cosa que haya visto —aclaró.
—Correcto, si es un gran aporte que beneficiaría a la manada de Drake —aceptó el príncipe heredero.
E incluso la mirada en sus ojos cambió apreciando mucho más a Andy ahora.
—¿Por qué decidiste postular a este trabajo? No te ves exactamente como la clase de persona que saldría de casa —comentó.
Los pequeños hombros delgados de Andy se alzaron silenciosamente en respuesta.
—Quería salir de la ciudad.
—¿Considerarías la posibilidad de trabajar aquí en el palacio bajo mi mando?
Instintivamente, una pelirroja ceja casi castaña se alzó en el pequeño rostro del humano.
—Creí que el trabajo era ayudar en la manada Luz de luna.
—Y lo es, pero no puedo dejar ir un talento como tú como si nada —se excusó y sonrió perfectamente.
Pero dicha sonrisa, no hizo realmente nada Andy, quien había comenzado a ver directamente a través de esas máscaras que algunos utilizaban para atraer a las personas. Y aunque dudaba que el príncipe Caspian fuera un completo imbécil oculto y su oferta era tentadora, solo había un problema en su propuesta.
Los humanos iban de turistas ahora a su isla.
—Gracias, podría considerarlo una vez termine mi periodo de trabajo en la manada Luz de luna —respondió.
Aquellos ojos verde oliva le observaron en silencio unos largos minutos y luego el príncipe heredero asintió. Tomando una hoja en blanco de la carpeta, la dejó sobre la pequeña mesa de centro entre ellos junto a una lapicera.
—Anota todo lo que podrías necesitar para ir a la manada Luz de luna —ordenó el príncipe Caspian.
Asintiendo, Andy se sentó más al borde del sofá y tomó la lapicera. Dudando, observó al príncipe heredero.
—¿Son cosas que necesitaré para trabajar o vivir ahí?
—Pon ambas.
Satisfecho con la respuesta, Andy hizo una lista de todo lo que podría necesitar considerando el tipo de trabajo que era y la situación en la cual se encontraba la manada Luz de luna.
—Perfecto. Ahora sigue a Josh, te hará entrega de tu contrato para que puedas leer tranquilamente en lo que sigo entrevistando.
Asintiendo, Andy se levantó y siguió al guardia real a otra habitación, en donde se le entregó su contrato junto a una lapicera.
—Una vez firmes el contrato, necesitas entregar tu teléfono celular. No se permite la comunicación con nadie —explicó Josh.
Abriendo su bolso, Andy sacó su celular y se lo entregó fácilmente.
—¿No quieres llamar a alguien antes de firmar?
—No, no tengo a nadie a quien preocupar —contestó y tomó su contrato.
Retirándose a una esquina de la habitación, Andy se acomodó y leyó el contrato pausadamente antes de firmarlo. Luego de entregarlo, le hicieron esperar en otra habitación en donde se encontraban algunas personas, que no eran ni la mitad de todas las que habían entrevistado hasta el momento.
Afortunadamente, ninguna estaba con ánimos de compartir, por lo que el pequeño humano pudo retomar su lectura hasta que fue hora de partir.
Con su equipaje abordo en los carruajes, fueron llevados hacia las profundidades del bosque que se transformaría en su nuevo hogar. Y lamentablemente, tan pronto como llegaron, los problemas aparecieron en forma de extrañas bestias amenazantes que no eran del todo humanos, pero tampoco lobos.
Y la palabra monstruo, comenzó a ser murmurada entre los humanos.