—Tienes razón, yo...—se quedo en silencio, separo su cuerpo del mio y me miro avergonzado—es que yo...tengo miedo de que te ocurra algo malo, sin memoria...no sé que te pueda pasar. —Ayer me dejaste sola—replique. —Pero te encontre tirada llorando, no puedo estar tranquilo a menos de que pueda verte y saber lo que haces en todo momento, al menos hasta que sepa que estara bien. Me quede en silencio, supuse que en cierto modo extraño, tenia razón de estar preocupado, es decir, era su esposa aunque no lo recordará y debia procurarme, tanto para mi como para él la situación era difícil. De ponerme en su lugar no sabria que hacer, no sabiendo que aquel a quien amo no recuerda nada sobre mi. —Disculpame—musite avergonzada, él estaba tratando de tener el mejor comportamiento conmigo hasta