Sequé las palmas de mis manos en mis pantalones como por milésima vez.
Seth estaba sentado a la raíz de un árbol, leyendo un libro a como siempre lo hacía. Y yo, iría a hablarle, con toda la valentía que había ganado minutos atrás frente al espejo del baño.
Respiré profundamente antes de avanzar a paso firme hacia el frente.
Siempre había sido muy segura de mí misma, lo que me costaba entender por qué no podía acercarme a un chico que estaba muy lejos de ser popular.
Me detuve en frente y sonreí, tratando de llamar su atención, pero él ni siquiera se tomó la molestia de bajar su libro.
—Hola, Seth —lo saludo, después de esperar por tanto tiempo que se dignara en verme.
Él baja su libro lentamente, y me observa sobre sus lentes fijamente.
Trago saliva, aguantando las ganas de salir de ahí y encerrarme en el baño, al ver como sus ojos marrones escrutan en los míos por tanto tiempo, que incluso llega a asustarme.
—¿Puedo ayudarte en algo? Oferta al fin después de largos segundos de silencio.
Juego con mis dedos nerviosamente, intentando buscar una buena excusa.
Sólo piensa un poco, Zoe, sólo piensa un poco más.
—Tu libro —lo señalo un poco desesperada al no encontrar nada qué decir y él lo observa con curiosidad.
—¿Qué tiene mi libro?
—Me resulta interesante.
—¿Te gusta Omero? —Me pregunta con aire divertido.
¿Quién carajos es Omero? —Me pregunto con desesperación. Veo la portada del libro y noto que es la Ilíada.
Mierda. Se suponía que debía de leer ese libro el año anterior, pero me había dado tanta flojera, que lo dejé pendiente.
—La verdad... No entendí el libro —miento, arrugando la nariz—. ¿Podrías ayudarme con ello? Así me salvarías en literatura.
—Seguro, cobro 20 dólares por clases particulares —se limitó a decir, antes de regresar su atención al libro nuevamente.
Bajé los hombros y suspiré, antes de dejarlo atrás. No tenía dinero ni para un taxi, mucho menos para recibir clases particulares.
Sentí un pinchazo en el pecho de desilusión; ¿Qué creía? ¿Qué seríamos amigos?
Deslizo el móvil fuera de mi bolsa cuando siento llegar un nuevo mensaje. Ya ni me preocupaba en revisar el remitente, pues sabía de quién provenía.
De número desconocido.
Recibido a las: 2: 12 pm.
¿Qué pasa, palomita? Pareciera que quieres arrancarle la cabeza a alguien;)
Me giro para buscar a mi acosador, el cual notoriamente me está observando, pero no hay nadie, a excepción de Seth con su libro.
Para: Número desconocido.
Entregado a las: 2: 14 pm.
¿Por qué no vienes tú y me das ese gusto, imbécil?
De: Número desconocido
Recibido a las: 2: 15 pm
No. De aquí tengo una vista excelente.