Hogar dulce hogar.

2719 Words
Maxon: Todo mi cuerpo se queja cuando me levanto de la butaca de metal en la que estuve sentado toda la noche.  ― Ya puede salir señor Knox. Su abogado lo está esperando con sus cosas en la entrada. ― Abre la puerta de la celda y me da paso para que salga. Me sigue de cerca hasta que veo a Eric esperando junto a la detective de ayer. No me sorprendería para nada que estos dos terminen juntos. Eric siempre ha sido bueno con las mujeres, incluso mejor que yo, y eso que se que naturalmente soy bueno, pero hay algo en el que las atrae, como si fuese el mejor amigo que siempre han querido tener.  Joder, incluso yo me sentía así cuando estaba con el. Tal vez no solo sea mi abogado, pienso, supongo que luego de todo este tiempo podría llamarlo mi amigo. Con eso sería tres personas a las cuales invitar a mi boda. Andrew,  Eric y Nana.  No puedo dejar a un lado el pensamiento de que mi hermano sería mi padrino de boda si mi vida fuese diferente, pero la realidad es que estoy aquí por él y los golpes en mi rostro, que aun me duelen un montón, también son marcas de su odio hacia mi. ¿Cómo lograré mantener a Ava protegida de todo lo que está pasando? No puedo decirle que se mantenga alejada de su hermano sin ninguna razón y conociéndola preguntará hasta lo más mínimo aun sabiendo que la información le hará daño. ―¿De acuerdo señor Knox?― Dice Barbara, la detective. Volteo hacia ella. ―Disculpa, ¿me estabas hablando?― frunzo el ceño. ―Su coartada se ha verificado pero aun así tiene que quedarse en el área por si necesitamos más información.― informa y esta vez asiento. Barbara me tiende mi monedero, celular y mi reloj.  Los tomo uno por uno e intento encender mi teléfono pero no funciona, está muerto. Voy a pedirle a Eric que llame a Ava para decirle que ya voy a casa, cuando escucho pasos aproximándose  hacia nosotros. Volteo y allí está, viniendo hacía mi casi corriendo, con los ojos cristalizados y mejillas sonrojadas. Jamás me cansaré de verla, su imagen para mi es el sinónimo de calma, paz, de amor. Aun asi quemaría el mundo solo para protegerla.  Doy dos pasos hacia ella y la abrazo de inmediato escondiendo mi cara en su cuello e inhalando su olor.  ―No me respondías, Eric tampoco, necesitaba saber si estabas bien.― Empieza a explicar y la callo abrazandola mas fuerte.  ―Está bien, pequeña. Ya todo está bien, justo ya íbamos a casa.― Ava toma una de mis manos y la apoya en su cara. La atraigo hacia mi otra vez. Solo ella puede hacerme olvidar que estamos en medio de la comisaría justo cuando estoy siendo liberado por un crimen que cometió nuestro hermano. Alguien se aclara la garganta y ambos salimos de nuestra burbuja. ―Felicidades por el compromiso, futura Sra Knox― Dice la detective que no se sabe el nombre de Ava. El escucharla decirle Señora Knox me envía una descarga de adrenalina que jamás había sentido. ¿Es orgullo lo que estoy sintiendo o solo sentido de pertenencia hacia Ava?  No me importa como se llame, me encanta el sentimiento. ―Muchas gracias y por favor llamame Ava. ― se presentan y estrechan manos. Eric nos mira a todos y luego a su reloj. ―Okay, aunque me gustaría quedarme más rato en la comisaría hablando de su futura boda, tengo que solucionar muchas cosas. Así que los veo pronto. ―Le guiña un ojo a Barbara y luego le da una palmada en el hombro a Eva.  ―Nosotros también nos vamos, no quería admitirlo pero odio este lugar― le digo a la agente. Ella sonríe y asiente. ―También espero no verlo más por aquí.― dice por última vez, luego tomo a mi chica por el brazo y salimos de ahí. Ambos entramos a la nueva camioneta y Ava se asusta cuando, en vez de ver a Frank al volante, Oliver nos saluda.  ―Buenos días, Sr Knox, Señorita Miller.― gira su atención devuelta a sacarnos del estacionamiento y Ava se desliza más cerca como si le fuese imposible estar lejos de mi. Yo también siento de la misma manera por ella, pero en este momento, cuando estoy sucio después de haber dormido en una celda, lo menos que quiero hacer es dejarla tocarme. Me deslizo un poco lejos. ―¿Me vas a contar qué pasó allá adentro? ¿Por qué te estaban culpando de intento de homicidio? Meditando lo que voy a decir, saco verdades a medias. Sabiendo muy bien que prometimos que no habría más mentiras entre nosotros, pero solo por esta vez siento que es necesario ― Alguien ha intentado ahorcar a Jessica en su casa.  No he terminado la frase cuando Ava lanza un grito y se tapa la boca con las manos. ―¿Y por qué creen que has sido tú?― Intenta acercarse de nuevo y sin ningún lugar a dónde moverme la freno sin querer. Me mira y es entonces cuando noto el dolor en sus ojos.  ―Cariño, pasé toda la noche en una celda asquerosa. No te acerques más por favor. ― Extiendo mi mano y la coloco sobre su pierna, su mano entrelaza mis dedos y ambos suspiramos cansados.  Es difícil no tener contacto cuando los dos nos sentimos de la misma manera en este momento, como si todo estuviese fuera de lugar y que somos nosotros dos batallando contra el mundo.  ―No me respondiste, ¿por qué pensaron que fuiste tú? ―Porque Jessica me denunció como culpable. Al parecer no vió a su atacante antes de caer inconsciente y hay videos de la entrada en las que un hombre de mi estatura y de un tamaño parecido, entra forzando la puerta. La persona que lo hizo tuvo cuidado de no dejar nada atrás, ni siquiera huellas, y sabía los puntos de las cámaras. Aunque no hubiese grabaciones estoy seguro que Jessica me hubiese denunciado de todas manera. Me odia demasiado como para desperdiciar la oportunidad de hacerme sufrir― Ava suspira pesadamente ―Pero ya estas bien, y probaron que no fue así. Eso es lo único que importa― Su tono es suave y me transmite la calma que necesitaba.  Llevando su mano para dejarle  un beso, por primera vez noto la ausencia de su anillo de compromiso. Sin poder evitarlo frunzo el ceño y la bajo a mi regazo. Ava sigue mi mirada, al igual que mis pensamientos y responde a mi pregunta silenciosa como siempre logra hacer― Acabo de verme con Jaxon, no quería hacerlo molestar más alardeando de mi anillo...―  la interrumpo. ―¿Por qué estabas con Jaxon, Ava? Pensé que había sido claro cuando dije que te quedaras en casa hasta que saliera. ― Queria decirlo de una buena manera, en cambio mi tono suena peor que un reproche, como una reprimenda. ― Es mi hermano Maxon, no pensé que estaría mal verlo e intentar calmarlo. Más aún luego de lo que pasó ayer. Sé que las cosas están un poco locas, pero sé que Jaxon jamás me haría daño. No digo nada. También pensaría eso de mi propio hermano si fuera ella. Pero luego de las fotos que vi ayer y el video que claramente lo mostraba entrando a la casa de Jessica, obviamente Jaxon se trae algo entre manos y no es seguro que Ava esté cerca de él. ―Lo siento, no quise decirlo así. Sé que él no te haría daño, pero hay alguien ahí afuera que estoy seguro que si lo quiere hacer. Todavía necesitamos protección, y sobre todo tu. Ahora que eres mi prometida todo el mundo buscará tu información, y verá que no solo eres valiosa para mí, sino también para tus padres cariño. Tienes que pensar en eso y dejarme cuidar de ti. Es lo único por lo que vivo, Ava. Solo déjame hacerlo, por favor. Ava suspira y se vuelve a acercar. Esta vez no la freno. Dejo que repose su cabeza en mi hombro y siento como se relaja un poco. ―Lo se, grandulón. Solo me preocupa que Jaxon haga algo que lamente en el futuro. Últimamente está apartado de todos, solo quería hacerle saber que siempre voy a estar ahí para él aunque me empuje lejos, y que al casarme contigo no significa que me vaya a perder como hermana.― La voz se le corta por un segundo y respira profundo para seguir hablando― Sabía que sería difícil para él aceptar que su hermano también será su cuñado, pero jamás imaginé que ni siquiera me dejaría hablar― Suspira pesadamente y por costumbre le acaricio el pelo fuera de la cara.― Solo me dijo un montón de estupideces acerca de cómo no funcionaremos y luego me dijo que se iría de nuevo. Le acaricio el hombro. ―Todo estará bien cariño, ya conseguiremos la manera de llegar hasta él. No puede odiarte por querer ser feliz. ―Es lo único que logro decirle sin sentir que estoy mintiendo. Jaxon será un tema delicado por las próximas semanas  hasta que mi detective privado me diga en lo que está metido, por ahora espero que no toquemos el tema hasta que todo se haya calmado. Mi teléfono empieza sonar en mi bolsillo, haciéndonos brincar de sorpresa. Ava se mueve para darme espacio y sacarlo de su sitio. Mi corazón empieza a bombear a mil por hora cuando veo el nombre que se refleja en mi pantalla. Atiendo un poco esperanzado. ―Dime que esto no es una clase de broma, porque si lo es mataré a cualquiera que me esté escuchando― digo a la otra persona en la línea mientras miro a Ava con el corazón en la garganta.  ― Estoy regresando de entre los muertos y ya estás amenazando con matarme?― Responde la voz de Andrew, una voz que escucho por primera vez en casi un mes.  Aun suena rasposa por lo que puedo descifrar que no tiene mucho tiempo desde que despertó. Hace cuatro dias le habían sacado los tubos  que lo ayudaban a respirar mientras estaba en coma inducido. Nos habían dicho que le tomaría un tiempo despertar por sí solo, gracias a los calmantes y todo el trauma que su cuerpo había vivido, pero nunca espere que pudiera hacerlo tan rápido y menos que me llamaría.  Ava me sonríe cuando escucha su voz y me aprieta el muslo dándome un poco de soporte emocional. ― Dame 40 minutos y estoy allá. ― es lo único que manejo en decir. No quiero que escuche mi voz flanqueante, menos cuando mi amigo es el que ha pasado por un infierno este último mes.―. ―Espera, no tienes que correr, solo quería decirte que he vuelto a la conciencia y que Sam está aquí.  He perdido mi teléfono, te quería pedir el favor de que le avises a... ya sabes.― Observo como Ava cambia de postura con los ojos abiertos como búho. Puedo ver cómo las preguntas van llenando su cabeza mientras sus ojos me escanean.  ―Lamento decirte que Jesse no podrá caminar en un momento cercano, pero le diré a Ava que le diga que estás bien. Te veré en un rato, esperame en una hora― Respondo sin apartar la mirada de mi chica, y cuelgo. No pasa ni un segundo cuando habla hace la primera pregunta. ―¿Quién es Sam?― Se que sabe la respuesta, aun asi le respondo. ―La esposa de Andrew.― Ava abre la boca con asombro y niega con sus dos dedos índices. ―No. Imposible, jamas le he visto anillo, y él y Jesse, y Jesse y él… ¿Mi amiga sabía que estaba casado? Oh mi dios, ¿por eso se escondían todo este tiempo?― las mejillas se le sonrojan con vergüenza y me río por su reacción a lo que su amiga hace con su jefe. ―No soy quien para opinar, tampoco para meterme, por eso no te había dicho nada. La esposa de Andrew vive en Londres la mitad del tiempo, ella es de allá. Creo que ambos saben que tienen otras personas, pero se respetan cuando están juntos. Es una clase de acuerdo mutuo― . Aunque al principio me parecía de locos, he visto como funciona para ellos. Dios sabe que jamás podría hacer eso. No podría vivir sabiendo que un hombre toca a mi esposa de la misma manera que yo lo hago, mucho menos compartir sus besos. El solo pensamiento de Ava pensando en otra persona ya me enoja por sí solo, jamas podría compartir nada de ella.  Tal vez le funciona a Andrew y Samantha porque jamas han estado mucho mas de un año en el mismo país. Mantener la chispa viva debe ser mucho mas fácil si no se ven nunca. ¿Para que terminar algo que nunca te molesta ni te aburre?  Estoy tan sumido en mis pensamientos que, cuando volteo a ver a Ava de nuevo, me percato que tiene una mirada triste y distante. ―¿Qué pasa, pequeña? ― le aprieto la mano pero ella no me devuelve la mirada. ―¿Eso te parece normal? ¿Esa clase de relación abierta que tiene tu amigo en la que engaña a su esposa?.― Ahora puedo imaginar lo que está pensando y de inmediato la tomo por la barbilla para que me mire directamente. ―No. No me parece normal tener una relación abierta, el solo pensamiento de tu pensando en otro hombre me hace hervir la sangre. Y si me estas preguntando si alguna vez te engañaría la respuesta es un rotundo no. Solamente eres tu Ava. Mi primer y único amor. Jamás quisiera compartir lo que tenemos con otra persona. Quiero besarla, pero me freno al recordar que no me he cepillado desde hace mucho tiempo, así que en cambio la beso en la frente y sonrío un poco divertido cuando veo su cara derrotada. Al cabo de cinco minutos llegamos al penthouse. Se siente raro estar aquí ya que últimamente hemos elegido el apartamento de Ava para estar. Para mi es mucho más fácil llevar una mochila con ropa de gym y de trabajo, que ella trasladar todos sus productos de cuidado femenino más su ropa más todo lo demás que no se porque necesita. Le he dejado claro que podríamos comprar todo para que tenga su espacio aqui, pero sigue repitiendo que cada quien debería mantener su espacio.  A veces me preocupa el sentimiento de que cuando mas quiero con Ava, mas rápido ella quiere correr, como si fuese a enjaularla de alguna manera.  Mejor ni pensar en eso. Voy directo a la ducha y abro el agua caliente, me saco la ropa y me meto debajo del chorro, dejando que la tensión sea lavada por el agua cálida. No pasan cinco segundos cuando Ava abre la puerta corrediza y me abraza por la espalda. Sus pechos redondos se presionan deliciosamente en mi espalda y solo necesito eso para desear tenerla.  Si tan solo no estuviese tan agotado podría hacerlo, pero no hoy. Volteo para decirle, pero ella es mucho más rápida y tiene su dedo sobre mis labios. ―Shhh, déjame cuidarte. ―Dicho esto toma el jabón y lo restriega en sus manos hasta hacer burbujas, luego me masajea cada músculo con ellas hasta hacer que me relaje un poco de las preocupaciones de la semana.  Sus manos se sienten bien sobre mí. Tenerla cerca es lo único que necesito para estar feliz. Jamás pensé que algún día sentiría este sentimiento de pertenencia, pero estoy agradecido de que por fin puedo decir que tengo un hogar al cual regresar luego de la tormenta. No se porque tengo tanto miedo de Ava corriendo lejos de mi, si aqui la tengo, y de igual manera si algún día lo intenta la seguiré hasta el final del mundo. Como hemos dicho muchas veces, no hay escapatoria y menos en un mundo redondo.
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