Se dice por ahi...

4165 Words
Ava: Desde muy pequeño Maxon ha sido una figura publica. Todo el mundo ha estado observandolo con detenimiento desde sus 20's pero mas ahora, luego del accidente en donde muchos salimos heridos. Siempre he sentido que todos el mundo tiene una teoría diferente de lo que pasó ese día. Muchos, al igual que yo, piensan que fue un mensaje claro hacia nuestra compañía, y otros solo piensan que fue una simple fuga de gas y que un alguien muy descuidado en la cocina lo inició.    También hay rumores de que Maxon lo inició todo para cobrar alguna clase de seguro, lo cual es ridículo teniendo en cuenta que él estaba allí adentro junto a sus empleados, su mejor amigo y la que sería su futura prometida. Claro, nadie sabe de eso último porque hemos decidido no decir nada hasta tener clara la fecha para la fiesta de compromiso. También, de alguna manera, se corrió el rumor de que Maxon estaba en la cárcel por maltrato de género, así que él mismo me pidió posponerlo para que mi día (realmente nuestro día) no se vea empañado con críticas ni rumores.  A lo que yo respondí, que lo mejor que podía hacer era citar una rueda de prensa negando todas las alegaciones en contra de él. Me duele ver como su madre lo tiene de esta manera, pero me duele aun mas ver que no quiere hablar con los reporteros solo para evitar tener que hablar en frente de tantas camaras. Desde hace mucho sé de su conflicto con hablar en público.  En las reuniones no miraba a nadie, solo escribía en su libreta, en Chicago estuvo todo el día borracho solo para poder dar una buena presentación y tambien me necesitó para el baile de caridad. En ese momento entendí que esa era su manera de batallar contra su fobia, pero ahora que ha decidido no beber más y lidiar con su fobia junto con mi apoyo, la verdad es que no logro hacer que vea que lo mejor que puede hacer es dar la cara. Aun así decido no decir nada durante el fin de semana, y menos el domingo, cuando ambos estamos felices de que Andrew este de vuelta en casa y que ambos tomaremos la rutina al siguiente dia. Desde el miércoles de la semana pasada todo había sido tan raro y disperso, y mañana por fin podremos empezar a trabajar en los proyectos de invierno. También me emociona que Andrew regrese a la compañía pronto, ya que tener su puesto más el mío es algo que me estaba ahogando, y aunque nunca se lo dije a Maxon, no  puedo esconder mi alegría de que ya no lo tendré que hacer.  Escucho un ruido en mi espalda y volteo siguiéndolo. El grandulón por fin sale de su oficina, donde ha estado parte de la mañana hablando con la junta directiva sobre lo que había pasado en la policía. Todos estaban preocupados que los rumores de él en la cárcel afectara el precio en el mercado, y también los inversionistas.  Camina hacia mí un poco encorvado y le hago espacio a mi lado, haciéndole señas para que se recueste junto a mi en el sofá. Solo lleva una camisa blanca de vestir y debajo pantalones de pijama, lo cual me hace gracia. Él sigue mis ojos y sin pensarlo dos veces desabotona su camisa, dejando sus abdominales marcados expuestos solo para mi. Llega y me toma por ambos lados de mi cara haciendo que la suba para encontrarme con él y sus labios urgidos. Gentilmente, presiono mis manos en su vientre bajo y sujeto justo donde su V empieza. Su beso es hambriento y apasionado, pero también puedo sentir el cansancio y desesperación que está sintiendo su cuerpo con todo esto. Paso mis manos a su cuello y lo jalo hasta que cae  a mi lado y me subo sobre él. Ambos nos miramos a los ojos y alli veo el cansancio en los suyos. La noche anterior no vino a la cama hasta las cuatro de la madrugada, terminando llamadas con las otras sedes y aclarando todo lo ocurrido, y hoy se levantó tan temprano que no sabía si en verdad había dormido junto a mi o solo lo imaginé. ―¿Pudiste calmar a los de la junta?― pregunto mientras le acaricio las arruga en la frente. Maxon suspira suave ― No quiero hablar de eso, pequeña. Mejor me gustaría hablar de otras cosas. O hacer otras cosas… Siento que te tengo desatendida. ― Murmura lento, metiendo sus manos debajo de la camisa extra grande que llevo puesta y subiendo sus manos por lo largo de mi espalda. Tiemblo un poco.― No me cambie el tema señor Knox. De verdad quiero saber que todo está bien, y que tu estas bien. ―No quiero que te preocupes por esto. Oh, pero algo que si te alegrará saber es que Andrew se integrará de nuevo este lunes. ―Dice evadiendo totalmente el tema. ―¿Tan rápido? Pero si apenas hace tres días que acaba de despertar.― respondo preocupada por mi jefe y aunque ahora tengo una imagen totalmente diferente de él en mi cabeza, luego de lo que escuche en el auto, lo sigo apreciando de la misma manera que lo he hecho desde el primer día.― ¿Qué dice su esposa acerca de esto? ―Ella no dice nada. Creo que ambos tienen alguna clase de pacto de no interferir con el trabajo del otro. ―Maxon suspira otra vez como si tuviera un pensamiento en la cabeza, así que no hablo en la espera de lo que va a decir. ―Quiero disculparme contigo, Ava. Siento que debí decirte que Andrew está casado, se que es algo que no tiene nada que ver con nosotros pero vi como me miraste cuando lo supiste y esa mirada me ha estado siguiendo, era una mirada de decepción. Sé que mi respuesta de ese día no fue la mejor y quiero que lo entiendas bien. Respira profundo mientras me coloca dos mechones detrás de las orejas y apoyo mi cara en sus manos.― Te expliqué que el pensar en ti con otro me hace hervir la sangre, y que eres mi única. Pero quiero que entiendas que nuestra conexión va mas alla de lo que sentimos ahora. Jamás cambiaría nada de nosotros. No después de saber que se siente ser amado por ti. Toda tu energía me calienta, tu cerebro, tu sonrisa, absolutamente toda tú. Nunca podría ver a otra mujer luego de estar contigo. No cuando sé lo que es sentirse completo. ―Sus palabras hacen que mi corazón se suavice y siento como una parte que estaba herida y que no sabía, empieza a sanarse.― De pequeño pensaba que tu madre se había llevado a mi padrastro, y junto a él a mi hermanito. De verdad la odiaba. Sabía que mi madre estaba loca pero tampoco quería quedarme solo. Ahora se como se sintió tu padre cuando conoció a Laura. Tal vez es un super poder de las mujeres Warner-Miller de volver a  todos los hombres locos. ―Maxon se ríe por lo bajo y sonrio con el sonido― Nadie está a salvo de sus encantos. Asiento, aceptando internamente su disculpa de mantener este secreto que, aunque no era su secreto que contar, de alguna manera me abrió un temor de que a él pudiera gustarle lo mismo.― Entonces reza que nuestros hijos sean varones, porque si es verdad lo que dices y tenemos una nena, tendrás que prepararte para patear traseros juveniles llenos de hormonas. Maxon me devuelve la mirada asustado y yo empiezo a reir. ― No dejaré que nadie se acerque a mi pequeña, sobre mi cadáver.― Dice de una vez como si solo la idea de que su hija inexistente saliendo con chicos le parezca lo más horrible del mundo. ―Oye, pensé que yo era tu pequeña.― le digo en tono celoso. ―Y lo eres, cariño. Siempre seras solo mia, aunque tenga que compartir tu atención y amor con nuestros cinco hijos― Susurra acercándose a mi cuello y escondiendo su cara allí, mientras respira mi olor. Si me hubiesen preguntado hace cinco meses acerca de qué pensaba sobre tener hijos, hubiese respondido con un absoluto no. Jamás había estado en mis planes, ni tampoco me veía como la persona más maternal, pero ahora, luego de hablarlo con Maxon y saber lo mucho que lo ansía, mi cuerpo responde sorpresivamente diferente. El pensamiento me llena el vientre con una calidez extraña y me hace querer darle todos los que quiera, aun asi digo:  ―Solo dos, grandulón. Nada de cinco. Que tengamos dinero no significa que tengamos que traer un centenar de niños al mundo, y yo también tendré que compartirte y no creo que esté preparada para eso por los próximos 5 años. Me mira a los ojos y veo la misma emoción en sus ojos de cuando hablamos de esto la semana pasada ―Tranquila que tenemos todo el tiempo del mundo, y tienes que saber que es algo que solo quiero compartir contigo. Si no es esto lo quieres tampoco te presionare, jamás pondré mi felicidad ante la tuya.― Trago en seco con la sinceridad de sus palabras y lo atraigo para unir nuestros labios. Maxon me toma los pechos suavemente y gracias a  la inminente llegada de mi próximo periodo, ahora están demasiado sensibles para mi gusto, aun asi dejo que juegue con mis delicados picos mientras me muevo encima de él. ―Tal vez no estemos buscando uno justo ahora, pero podríamos practicar mientras tanto― susurro sobre sus labios llena de lujuria y amor. Maxon bota un gruñido que sale desde muy adentro de su ser, me agarra por las piernas y nos lleva a su habitación sin separarse ni siquiera por un momento de mis labios. *** El sol no sale a la mañana siguiente. Es primero de diciembre y el día es frío y nublado. Aún no ha caído la primera nevada del año y la verdad es que lo ansío con fuerza. Aunque mucha gente diga que es asquerosa la manera como se pone la nieve después del primer día, a mi siempre me ha gustado ver como cae, ver la ciudad blanca como una manta gruesa. Me volteo en los brazos de Maxon dormido y lo beso en la quijada, pasando mis manos por sus pómulos y luego su nariz respingada. Su cara es una escultura muy bien tallada, algo que cualquier mujer adoraría tener, y por alguna razón que todavía no puedo entender, él me escogió a mí para despertarme a su lado.  Lo mejor de estar con el es sentir su amor incondicional , cada vez que me mira, cada vez que me habla, cada vez que hace algo solo pensando en nosotros. Maxon se dedica a hacerme sentir amada de todas las maneras posibles, y a veces me da miedo que yo no sea digna de él.  Pero intentaré serlo por el resto de mi vida, porque vale la pena luchar por esto.  Salgo de la cama, casi corriendo al baño cuando la necesidad de hacer pis me golpea, en esto  noto la mancha de sangre en mi ropa interior, confirmando lo que ya sabía, mi periodo ha llegado. Entro en la ducha para eliminar el olor de sexo que yace en mi y mi mente empieza a correr sobre las cosas que debo hacer hoy. Debo estar en la oficina antes de que Andrew llegue para terminar de organizar sus papeles y luego finalmente estar libre de su cargo. Mover todos mis cosas de ahí y luego llamar al equipo para una ronda de información para Andrew. Estoy tan sumergida en mis pensamientos que no escucho cuando Maxon corre la puerta de cristal y entra detrás de mí, tomandome por las caderas con sus dedos fríos y haciendome brincar del susto con su tacto.  ―¡Mierda! Campeón. Casi me matas. No te sentí cuando entraste. ― Explico aun con el corazón en la garganta.  ―¿Estás bien? Estabas muy profunda en tus pensamientos. ― Quitándome el jabón de las manos, me da vuelta y empieza a tallarme con delicadeza todo el cuerpo.  No quiero decirle que estoy muy aliviada de que Andrew este regresando y que ya no tenga que hacer doble trabajo, no quiero que piense que soy una trabajadora floja y no capaz de cumplir con las expectativas. Aun así intento decirle un poco de verdad sobre mis pensamientos― Solo estoy pensando que tengo que terminar algunas cosas antes de entregarle el cargo otra vez a Andrew. No quiero que llegue con proyectos en el medio y piense que he destruido su departamento. Hago una mueca cuando sus manos toman mis pechos para enjabonarnos.  ―¿Estás bien? ― pregunta otra vez, alejando sus manos de mi.  Asiento.  ―Estoy bien, solo que me llegó el periodo y ando sensible. ―informo, también para que sepa que estaré fuera de servicio los próximos cuatro días.  ―Oh, me preguntaba cuándo tocaría de nuevo. ¿Me dijiste que te pones la inyección, no? ¿Cuándo necesitas ir de nuevo?  ― pregunta curioso y abro los ojos cuando empiezo a sacar cuentas.  Me toca ir hoy.  ―Hoy ― contesto un poco avergonzada, sacando las cuentas otra vez rectificando que no me he saltado ninguna semana de por medio.  Maxon asiente y se agacha volviendo a pasarme el jabón pero ahora por las piernas, continua hablando pero sin dejar de prestarle atencion a su trabajo de limpiarme.― Con respecto a lo de Andrew. No te sientas forzada a terminar nada, tampoco a sentirte culpable si algo no está como él quiere. Tener los dos puestos de trabajo es exagerado, e incluso Andrew casi termina enloquecido cuando tu puesto estuvo disponible por cinco días antes de que llegaras. Lo has hecho muy bien estas tres semanas, mucho mejor que bien, lo has dominado sin quejarte. Andrew no te dirá nada,  él no pudo hacer ni por cinco días lo que tu has hecho por casi un mes. Se levanta y me da un beso sobre los labios. Sus palabras me ayudan a reconstruir un autoestima que había estado en roto desde el primer día que estuve sola con ambos cargos.  Agradecida, tomo el jabón de sus manos y le digo que es mi turno de limpiarlo sin palabras. No necesito decirle nada más, mis acciones lo dicen todo. Ambos nos sostenemos y nos ayudamos a enfrentar nuestros peores miedos. Empiezo a pensar una manera de como hacer que Maxon pueda enfrentar su miedo a hablar en público sin estar borracho. Una idea me llega a la mente y sonrió, tal vez estoy loca pero sé que él también lo está y me seguirá. *** Una hora despues, estamos llegando a la oficina cuando le digo a Frank que pare en la esquina.  ―Ava, ya todo el mundo sabe que estamos juntos, aunque no se lo hayamos confirmado los rumores son altos.  No necesitas seguir haciendo esto ― Me regaña mi futuro esposo.  ―Mientras no lo hagamos oficial no quiero que haya más rumores sobre ti o de mi. Y tú mismo lo dijiste, la gente empezará a investigarme apenas lo revelemos. Me gustaría aferrarme a mis últimos días de invisibilidad.  ― Frank se estaciona y le doy un beso en el cachete. Tomo la manilla de la puerta pero Maxon me frena cuando intenta abrirla. Con la otra mano me toma de la quijada y me besa con pasión tanta que me saca el aire. Cuando nos separamos se que tengo esa mirada de boba que normalmente me deja luego de besarme de esta manera.  ―Hoy no podré comer contigo, pero esperaré hasta que salgas para volver a casa juntos. ― Me avisa. Asiento y salgo de la camioneta en un salto, antes de que me arrepienta y me vaya con el.   Al llegar a mi piso todavía no hay mucha gente, solo Karoline, el reemplazo momentáneo de mi amiga Jesse, que todavía sigue en casa de su madre, y dos personas más que no son de mi equipo de trabajo.  Entro a mi oficina, y coloco mi cartera y chaqueta en el perchero. Empiezo a abrir los sobres sobre mi escritorio que se estuvieron acumulando desde el pasado miércoles, uno por uno los voy clasificando hasta que me encuentro con un sobre sin dirección ni nombre de remitente, solo mi nombre escrito. Lo abro curiosa y solo encuentro una nota con escritura de máquina de escribir. Sé lo que haces, tal vez lo engañes a él pero a mi no me engañas… Le doy vuelta a la parte de atrás pero no hay nada allí.  ¿De qué habla esta nota? es mi primer pensamiento. Tantos secretos que ni yo sé de qué engaño habla. Tal vez se refería al apellido falso que aun sigo utilizando en la empresa, o tal vez esta persona piensa que Maxon aún no sabe la verdad.  Subo mi mirada y en ese momento veo a Hugo sonreirme a través de la puerta.  Ni siquiera me sorprendo. > Lo llamo por el intercomunicador y viene meneandose de lado con un café en la mano.  ―Buenos días, Hugo. ¿Por casualidad fuiste tú el que envió esto?  ―Le digo agitando la nota blanca en mi mano.  ―Hola. La verdad es que no se de que hablas, ¿que dice? ― responde en tono irónico y volteo los ojos.  ―No diré lo que dice porque estoy segura que fuiste tu. ― ladro de vuelta.  ―Si es una carta de odio, no sería una sorpresa, aquí todos hablan de como estas follando con ambos jefes para mantener tu cargo, porque ― se acerca más a mí y susurra ― apestas en lo que haces, lindura y no se lo puedes ocultar a nadie ―  Respiro tres veces con intencion de calmarme. Repitiendo una y otra vez en no caer en lo mismo que siempre. No dejaré que sus palabras me alteren y mucho menos me lastimen. Hugo está lleno de envidia y odio como para hacerle caso. De igual manera, me levanto hasta llegar a su altura y me inclino sobre el escritorio.― Yo, siento tu, rezaría para que los rumores no sean ciertos y que no me esté acostando con los jefes, Hugo, porque si es así lo primero que haría sería sacarte de aquí lo antes posible.  Empieza a apreciar tu trabajo y no te metas en mis asuntos.  Hugo se convierte en un tomate rojo, su postura cambia a una clase de ferocidad que no había visto antes. Puedo ver como las venas se empiezan a marcar en su cuello y en sus manos que aprieta hasta tenerlas blancas. ―Estás aquí solo porque eres una zorra, niña. Cuando se cansen de ti te terminaran botando como a tu amiguita la invalida― escupe sus palabras con todo el veneno posible y sin poder frenarme conecto mi palma con su mejilla en un tono seco.  Hugo abre los ojos en sorpresa y da un paso hacia atrás. En ese momento veo a Andrew al otro lado de mi puerta de cristal con la misma mirada de asombro―Estás despedido, Hugo. Quise hacerlo funcionar pero eres una persona grosera que no respeta a su líder. Agarra tus cosas y deja la oficina para el próximo lunes y jamás vuelvas a hablar de Jesse como lo acabas de hacer. Andrew decide abrir la puerta en ese momento y entra en mi pequeña oficina. Hugo baja la cara de inmediato pero es imposible ignorar la marca de mi mano en su mejilla.  ―Que sea hoy― dice Andrew con la voz el tono de voz mas enojado que jamas he escuchado viniendo de el― toma tus cosas y no esperes que te demos una buena referencia después de lo que acabo de escuchar. ― Andrew abre la puerta de par en par y Hugo sale hecho una furia hasta su cubículo.  Liberando un suspiro largo, caigo en mi silla con los ojos cristalizados. Andrew está llegando a la oficina después de un mes de hospital y eso fue lo primero que escuchó.  Soy un desastre. ―Lo siento mucho, Andrew. Qué manera tan horrible de recibirte. De verdad no se que le pasa a Hugo que...― empiezo a decir pero me interrumpe. ―¿Por que te estás disculpando por algo que dijo ese canalla? Escuché todo lo que dijo, Ava. Cruzó una línea.― dice Andrew más tranquilo. ―Lo se, lo se, solo que no todo lo que dice es falso. Si estoy involucrada con el jefe. ― susurro agitada aun. ―Y te vas a casar con él y los rumores seguirán circulando te guste o no te guste.― Abro los ojos impactada con su tono duro y la mención de mi compromiso.― Si, Maxon me lo contó apenas me vio. Felicidades, de verdad. Cuando me contó que te quería llevar de viaje hace un par de meses nunca pensé que terminaría en esto.―  El comentario de Andrew me hace recordar la conversación con Maxon, y el hecho de que Andrew en realidad está casado y no viva con su esposa.  Trato de enfocar mis pensamientos en otra cosa. ―Estoy muy alegre de que estés de vuelta, Andrew, no sabes lo mucho que nos preocupamos por ti. No tienes que preocuparte por nada esta semana. Ya llevé todo a tu oficina y en tres horas tenemos reunión para darte las actualizaciones. Casi todo está listo para el lanzamiento de invierno y ...― Andrew me frena― Vale, vale, ya veo que de verdad estas muy feliz de que este bien― ríe y yo sonrio apenada― Solo dame un par de horas para ponerme al día y luego te llamo para hablar los detalles. ― Andrew me mira como si fuera a decir algo más pero opta por no decirlo.  ―Bienvenido de vuelta― le digo mientras camino hacia él para abrirle la puerta. Apenas estoy a un paso de distancia, brinca hacia atrás con miedo, haciendo que me asuste al igual que el ―Lo siento no iba a tocarte, Maxon me comentó que tu piel está muy sensible―. Mi tono sale con lastima aunque no quiera, pero solo puedo pensar en lo duro que debe ser para él. Pobre Andrew que aún sigue viviendo las secuelas del accidente. Jesse al menos podrá caminar como si nada en un par de semanas, pero Andrew jamás tendrá la piel que solía tener. ―Lo siento, estoy un poco paranoico. Todo me causa dolor, incluso la ropa que cargo puesta, pero prefiero estar pasando dolor aquí mientras que trabajo que en cama sin nada con que distraerme.  Asiento con entendimiento.― Les diré a todos que no se acercan mucho a ti, si es lo que deseas. Queremos que te sientas lo más cómodo― digo y automáticamente quiero tomarlo de vuelta.  Soné como si fuera la jefe de Andrew, y también había dicho “queremos” como si esta también fuese mi compañía. Si Andrew pensó algo acerca de mi comentario no lo dice, solo me sonríe de despedida y se va. Cuatro horas mas tardes, tengo un espacio en la tarde después de todas las reuniones con Andrew,  en donde aprovecho y voy hasta el médico para suministrarme la nueva dosis de mi inyección anticonceptiva. El medico esta a no mas de 5 cuadras, por lo que decido caminar y disfrutar un poco del frío seco. Al llegar allí me registro y espero en la sala. Usualmente tengo que hacerme una prueba de embarazo antes de hacerlo pero esta vez, gracias a que tengo el periodo, solo paso con la enfermera y estoy lista para irme. Al salir ya son las 4:30 por lo que decido no volver a la oficina y en cambio tomo el tren hacia mi apartamento. Llego a mi casa al cabo de 15 minutos y camino en modo automático mientras le escribo un mensaje a Maxon de que venga a mi casa cuando salga, y que aparte le tengo una sorpresa que puede que no le guste.  Sonrio porque se que mi mensaje ambiguo lo tendra intrigado por un rato. Guardo el teléfono en mi maletín y empiezo a buscar las llaves dentro de este. Sin saber de donde ni como, una mano me jala de la chaqueta de invierno, haciendo que me voltee hacia mi derecha. Mis ojos se abren en sorpresa y miedo. ―¿Que-que haces aquí?― tartamudeo. ―Tenemos un asunto del que hablar.  
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