******* El viento chocaba con mi rostro mientras lo perseguía, mi cuerpo seguía como un imán a mi amado de cabellos negros. Sonreía, una sonrisa que se podia notar que estaba llena de pura felicidad. Intentaba alcanzarlo, pero se me era imposible. —Princesita corre o te ganare. El era demasiado rápido tanto que subió la colina sin muchos problemas, por mi parte resbalaba cayendo en aquel césped. Sentía dolor, mis ojos se aguaron levemente mirando la pequeña herida de mi rodilla. —¿Estas bien? Mi rostro se alzaba, solo podia notar sus labios sin verle su rostro. —Alejandro, que malo —le sacaba mi lengua—deberías dejarme ganar. —¿Por qué? Tu me dijiste que si yo ganaba te ibas a casar conmigo —una enorme sonrisa se dibujaba en su rostro— recuerda Blayr, cuando seamos mayores tu vas a