—¿John a quien buscas? —comentó Betty El apuesto pelirrojo salió del establecimiento para asomarse si veía a la morena pero no hubo rastro de ella, ya que cruzó por una vereda cercana a la panadería. De inmediato, Betty, una señora como de unos cincuenta años, bajita, de tez blanca, un tanto corpulenta, de ojos azules, cabello oscuro con corte tipo Bob; era la asistente de John por más de una década. Betty era la que organizaba su agenda, que iba a comer, y quera lo haría en todo el día ya que John se había convertido en una una figura pública. John era un millonario dueño de dos equipos famosos de futbol: futbol americano y futbol normal el cual los norteamericanos denominaban “soccer”. El pelirrojo millonario era hijo de una familia muy importante de gran Bretaña, cuyos padres eran