Iker se despidió de Gabrielle y la dejó a cargo de Asunta y Babe para que la vistieran como una princesa para aquella noche especial, luego se marchó a su empresa un poco harto de sus obligaciones. Él solo quería estar con Gabrielle y pasar el día disfrutando de su compañía. Nada más llegar uno de sus asistentes con un insoportable asiento francés demasiado pijo para el gusto de Iker, comenzó a seguirlo por los pasillos explicando lo que tenía planificado para las tres reuniones que tendría aquel día. -Vas a tener que cancelar dos de ellas, muchacho. Ahora mismo mi reunión con el arquitecto y los accionistas es la más importante en este instante. Lo demás puede esperar. También quiero que confirmes mi vuelo a Paris de esta noche, no quiero que mi piloto se retrase. -iba ordenando Iker mi