Gabrielle suspiró una vez, dos veces, tres veces… la tela del vestido era tan liviana y suave que daba la sensación de estar desnuda y al mismo tiempo sentirse como joya andante. -¿Se van ya? -preguntó mirando a Babe por el espejo de su tocador. -El duque nos ha dado la noche libre a todos. -explicó Asunta muy entusiasmada. -Rafa ya se ha ido con Renata y Airam, los demás nos vamos ahora pues tenemos cena pagada por su excelencia en un buen restaurante que estará cerrado solamente para nosotros, mientras que usted, mi querida duquesa, viajará con el duque a Paris. -Los únicos que se quedarán son por supuesto el equipo de seguridad, pues el palacio no puede quedarse sin vigilancia. -agregó Babe retocando su peinado listo para marcharse con Asunta. -Estás tan hermosa como una princesa… -