Después de unos minutos Declan tuvo que irse. Yo me recosté en la cama y di vueltas y vueltas, pero no logro dormir, no me gusta eso, porque cuando estoy sola en una cama intentando dormir los recuerdos de mamá vienen a mí mente seguidos de otros nada agradables sobre mi infancia cuando esos niños se burlaban de mi o se alejaban por mi sangre, no quiero pensar más en eso.
Finalmente decidí levantarme y salir de la habitación, sigilosamente, me pase a la habitación de Dylan esperando que no tenga una chica ahí, al entrar noté que está solo y fue un alivio cuando me acerque sus ojos se abrieron y un gruñido salió de su boca con los colmillos saliendo de su boca.
–Draco, soy Aly –intente hablarle a su lobo. Draco se mantiene siempre en alerta ante cualquier peligro, además Dylan está muy conectado a su lado lobuno que a veces parecen uno mismo. Volvió a cerrar los ojos y se movió.
–Aly –murmuró Dylan que cambió de rol con Draco.
–¿Puedo dormir contigo? –pregunté.
Dylan sigue con los ojos cerrados, pero se movió de la cama para darme espacio y me recosté a su lado, él me rodeó con sus brazos y sentí ese calor que emana su cuerpo.
–Gracias por no tener una chica aquí –mencioné.
–Le dije que se fuera, supuse que vendrías –respondió.
–Lo siento.
–Somos demasiado grandes para seguir haciendo esto, Aly –suspiro mientras movió su mano en mi espalda como siempre lo hacía desde que éramos niños.
–Solo está noche y no somos tan grandes –hice un puchero.
–Lo somos, tu tienes tetas y yo un pene enorme –soltó tan casual como siempre.
–No es taaan enorme –comenté, de inmediato detuvo su mano y abrió un ojo para verme. Oh no, me sacará de su cama –. Digo, si es enorme, el más grande que he visto.
–El del lacayo no cuenta –volvió a cerrar los ojos y continuó moviendo su mano en mi espalda.
–No solo he visto el de él –mentí.
–Deja de mentir y duérmete –me ordenó. Cerré los ojos, pero los volví a abrir para verlo de nuevo.
–¿Y mis tetas son las más grandes que has visto?
–No –respondió con simpleza –. Pero son muy lindas no te preocupes, ahora duérmete o sal de aquí.
Mejor no hubiera dicho nada, se supone que Dylan tiene una pareja destinada para él por la Diosa Luna, sin embargo, parece no importarle mucho y no la busca, Derek tiene a una chica que siempre está a su lado, Tamara es la bruja más tóxica que he conocido, tiene esa cara odiosa y yo sé que Derek no la quiere, pero es una bruja de sangre pura y por eso está con ella.
Solo me queda Dylan, pero no sé que voy a hacer el día que él encuentre a su pareja. Tengo que buscar la forma de que Declan y yo estemos juntos, por ahora no puedo decirle a papá, pero si logro que me dé el poder del reino podré elegir a Declan como mi pareja. Sí eso haré, él me quiere, me acepta y lo más importante es que quiere estar conmigo, cerré los ojos para dormir, fue muy rápido con Dylan a mi lado.
*
Cuando el sol me pegó al rostro, lo arrugue y me di la vuelta, extendí mi mano por toda la cama y me di cuenta que Dylan no está. Seguramente debe estar entrenando, mejor me voy a mí habitación, me levanté primero al baño y luego de husmear en sus cosas no encontré nada útil a excepción de una caja de condones. ¿Con cuántas chicas se acuesta? Da igual, decidí tomar un par por si Declan regresa, no creo que lo noté. Luego arregle un poco mi cabello y me fui a mi habitación, cuando salí y me crucé, mi sorpresa fue que encontré a Ezra a punto de tocar mi puerta, por el sonido que hice se giró y frunció el ceño cuando me vio salir de la habitación de Dylan, tarde en reaccionar en lo que posiblemente pasaba por su mente.
–Oh, no no no –balbuceé como tonta –. Solo no podía dormir.
Su gesto se hizo más duro y note que eso sonó peor, caminé poco a poco hacia la habitación y luego recordé las palabras de Declan y que no tengo que darle explicaciones a Ezra.
–Es mi hermano y así nos criaron –rodé los ojos al abrir mi puerta –. ¿Qué haces aquí? No tenías que ir con papá.
–Me pidió que me quedará a cuidarte, pero creo que no lo necesitas –escupió siguiéndome dentro de la habitación.
–No, puedo cuidarme sola –me crucé de brazos –. Puedes irte, me quiero bañar.
Bajo la mirada al cesto de basura. Oh no, el condón que uso Declan anoche se podía ver.
–En la cena se hablará lo que harán con lo que está pasando, no faltes –se dió la vuelta y se fue.
¿Qué? ¿Acaso me acaba de ayudar? ¿Por qué me diría eso? Estoy segura que papá no lo envió a decírmelo porque no quiere que sea parte de esto. Bueno al menos sé que harán y luego tendré que regresar al reino.
Me di una ducha y fui a la cocina donde me prepararon varios platillos, tenía que aprovechar porque en casa solo tenía un límite de ingredientes así que terminaba comiendo casi lo mismo siempre.
Luego fui al pueblo a caminar un poco, el sol se sentía bien aquí y no como en el reino que era casi opaco por el material que habían colocado arriba para ayudarlos a cubrirse, después de todo los vampiros no podían estar en la luz del sol directa, por alguna razón yo sí podía, seguramente era por mi madre, al regresar a la casa de la manada después de almorzar con Dylan y mis tíos, salí al bosque a tomar el sol tenía que aprovecharlo todo lo que pudiera, me recosté sobre el pasto a disfrutar del día, definitivamente me encanta este lugar. ¿Cómo será vivir con los humanos? Tía Alexa vive allá, yo podría hacerlo, aún tengo una parte humana que me permitiría entrar a su territorio, esa vida sería más sencilla que siempre esforzarme para ser más fuerte aquí y al final ser insuficiente. Cerré los ojos y escuché el sonido de los árboles, algunos mensajes se enviaban por ahí.
De pronto sentí una gran lengua en mi rostro que me hizo levantarme y escupir del asco, el gran hocico de Draco me olfateo y movía su cola.
–Que asco, Draco –seguía escupiendo, pero se coló entre mis piernas –. Si, yo también extrañé el entrenamiento, pero no puedes hacer eso.
Draco se detuvo y vio un punto fijo hacia un grupo de árboles con ligero gruñido, entonces lo sentí. ¿Por qué no lo había sentido antes? Debe ser porque he estado mucho tiempo con una rutina de humanos, comiendo y saliendo al sol, mi sangre de vampiro dismuye y casi no siento la oscuridad cuando pasa. Ezra está a la sombra vigilando, ya no sé qué se trae entre manos, pero estoy fastidiada de que todos piensen que soy débil.
–Lo sé, es un fastidió –murmuré –. ¿Quieres hacerle una broma?
Levantó su hocico en mi dirección entonces se colocó sobre sus patas y me subí a su lomo rápidamente, Ezra se puso de pie, pero no podrá seguirnos porque la dirección que tomamos es un valle sin árboles y no hay ninguna sombra. Después de un par de kilómetros bajé del lomo de Draco cerca de un pequeño río, el agua toma ligeramente su rumbo hacia abajo entre rocas y una pequeña cascada. Draco se acercó a tomar agua y utilice un hechizo del agua para salpicarle encima, él retrocedió y se sacudió cerca de mí a propósito.
–Que ni se le ocurra salir a Dylan –los amenace –. No hay nada de ropa aquí.
Por practicamente salir huyendo no hemos traido nada para ellos.
Draco me observó y luego se acercó otra vez a lamerme a propósito, había aprendido a comunicarme con este lobo, fue sencillo después de un tiempo, estuve ahí en su primera transformación y al poco tiempo comenzamos a entrenar, los vampiros no lo necesitan, pero yo lo hago por mi parte humana y poder estar a su nivel.
En algún momento pensé que Derek también se transformaría, pero no lo hizo y aunque se encerró en la hechicería, lo conozco demasiado bien para saber que le afecto más de lo admite, intente acompañarlo cada vez que podía porque un brujo en una manada de lobos, no podia tener muchos amigos. Dylan siempre trato de animarnos y es el más feliz de los tres aunque ya han pasado seis años no veo que tenga ningún interés en buscar a su pareja o tomar las responsabilidades de la manada.
Draco volvió a lamer mi rostro sacándome de mis pensamientos.
–Deja de hacer eso –le reclamé –. Ve a cazar que ahora me tengo que bañar.
Se dió la vuelta y se alejó, seguramente cazará un par de ardillas; me levanté y me quite algunas prendas quedando solo en ropa interior que por suerte llevaba porque Dylan no es el único que no le gusta andar con mucha ropa, me lance al agua y nade un rato, el agua es poco profunda y podía tocar el fondo con mis pies.
Mamá solia venir mucho con tía Lily a practicar la magia y todo eso, realmente creo que nunca pertenecio al reino, solo estaba ahi por papá, soliamos pasear juntas por aquí y venir al bosque con ellos, era muy lindo compartir con todos, incluso antes de que enfermará encontraba la forma de sonreír para mí.
Salí cuando escuché a Draco en la orilla del río llamándome.
–¡Ya te escuché! –le grité nadando a la orilla, camina inquieto de un lado a otro y volvía a verme. Al salir tomé mi ropa y me cubrí encima obviamente se mojo toda, pero no me importo porque me enfoque en el enorme jabalí que Draco ha cazado.
–¿Cómo pretendes que llevemos esto a la manada?
Es demasiado grande para cargarlo hasta allá, pero Draco señaló mis manos con su hocico, quería que usará la oscuridad para transportar al animal.
–No me iré con ese animal cerca –lo señalé con asco.
Él camino impaciente y volvió a señalar mis manos. Vi el cielo despejado un instante.
–No creo que pueda hacerlo, no tengo mucha fuerza ahora –intente explicarle.
No quiso escucharme y siguió insistiendo, no se rendiría y a mí me acompañaría un asqueroso animal muerto de regreso a la manada.
–Bien, tú ganas –rodé los ojos –. Espero que no pierdas el tiempo y llegues pronto a casa, está anocheciendo y debemos ir a la cena.
Se sentó sobre sus patas traseras y movió la cabeza, no me quedó de otra que tomar al animal y transportarnos.