Solange nunca pensó que Luka le preguntaría algo así. Estaba segura que la obligaría a trabajar con la boda como una manera de castigarla por no haberle dicho las cosas como eran desde un principio, sin embargo, estaba teniendo la opción de decidir si quería continuar con el proyecto o no. — ¿De verdad puedo no hacerlo? —preguntó incrédula. — No tienes que hacerlo. — Yo creo que no tengo opción más que hacerla. — ¿Por qué lo dices? — Le prometiste a Gina que te encargarías de manera personal con su boda. Luka guardó silencio un momento. — Lo siento —se disculpó al ver que había metido a la chica en problemas. Aquel día Solange y Luka se hicieron más cercanos. Desde ese momento pudieron entender qué descubrirse, un poco, el uno al otro no resultaba tan desastroso como ambos creían