Solange estaba enfurecida por el hambre que estaba pasando. Saber que el culpable de haber desperdiciado un desayuno le estaba hablando, le hacía sentir aún más furia. — ¿Con qué descaro me pides ir a tu oficina cuando me has dejado sin comer? — respondió Solange furiosa. — Vamos sol no eres la única que se ha quedado sin desayuno Ven a mi oficina ahora —con esa frase Luka terminó la llamada. La muchacha refunfuñó. Se levantó de su lugar resignada yendo a la oficina de Luka. Apagó su computadora y le avisó a su jefa qué había sido llamada de nueva cuenta por el señor presidente. Llamó a la puerta de la oficina. Las asistentes que estaban siempre atentas lo que sucedía no le quitaban la vista de encima. Agradeció haber estado dentro y cerrar a su espalda cuando Luka le dio la orden de e