Recuerdos del ayer.

1253 Words
Con gran pesar tomé las manos de Catherine y las llené de besos, sus dedos y sobre todo allí donde se pronunciaban los nudillos por la presión que ejercía, luego con su mano sujetando la mía fuertemente caminamos hasta quedarnos fuera de la residencia, hacía poco que había nevado y el clima era helado, con los ojos brillosos y las mejillas sonrojadas hizo una pregunta que me descolocó, su voz denotaba angustia al entrecortarse llegando al final de sus palabras. _ ¿Frank vas a volver? _ Claro que sí cariño, serán unos pocos meses y me aseguraré de escribirte cada vez que tenga oportunidad -dije colocando mi frente sobre la suya, su dulce sonrisa me derritió y deseé quedarme junto a ella, con tristeza tomé mi mochila y subí a mi camioneta- te voy a extrañar mi pequeña -pronuncié sentado en el puesto de conductor, sin cerrar la puerta, la abracé fuertemente y besé fervientemente- Te amo cariño, volveré por ti, espérame por favor. Así pues, me llevó casi una eternidad poderme desprender de su abrazo, lo peor que sucedió y me rompió el alma fue dejarla, ver su carita llena de tristeza en el retrovisor me hizo casi dar la vuelta, pero no podía volver, tenía que irme ahora antes de que fuese más tarde, prendí la radio y en coloqué una emisora ochentera, I Want to Break Free inundaba el ambiente, tarareé la melodía para distraer mi mente y así en unas pocas horas llegué a mi destino, BioMed era mi destino, el laboratorio de una importante farmacéutica a nivel internacional, se encontraban sintetizando y probando un nuevo medicamento que generaría una revolución médica en el mundo, me había inscrito en la lista de sujetos de prueba y me había salido elegido para ello, a cambio me harían entrega de una gran suma monetaria que serviría para costear la vida que anhelaba. Como estudiante de medicina sabía que estos medicamentos pasaban por diversos procesos y sólo hasta que supere los test de calidad es que los probaban en humanos, normalmente los efectos secundarios eran incómodos, pero no tóxicos, síntomas leves como mareo, náuseas, insomnio, entre otros, con suspiro estacioné la camioneta y me dirigí al piso ocho, allí estarían esperando a todos aquellos que habíamos sido admitidos para este proceso, observé el lugar mientras esperábamos en unos bancos metálicos que se encontraban tibios por la calefacción, había personas de todas las edades y contexturas, lo normal en éstos casos, a mi lado se sentó un afroamericano llamado Carlos y comenzamos a charlar de varias cosas, así pude conocer que provenía de Estados Unidos, pero había nacido en Cuba, tenía poco meses en el país y esta le había parecido una buena oportunidad de ganar mucho dinero, así podría traer a su familia y asentarse todos, me habló también de su dulce esposa “Joaquina” y sus hijos que aún no habían salido de la cálida isla tropical, rápidamente hicimos amistad e intercambiamos nuestros números telefónicos, lamentablemente la conversación se vio interrumpida por el vicepresidente y el personal científico que ingresaron en la sala, en menos de un segundo el auditorio estaba en un completo silencio. _ Buenas tardes mis estimados y estimadas participantes, les agradezco su presencia el día de hoy y les felicito por tener la valentía de entrar en nuestro sistema, sin duda habla muy bien de ustedes como… -mi mente hizo clic y quedó en blanco agobiado por la palabrería, aprovechando que me hallaba casi al final entre las filas saqué mi teléfono, prevenido lo había silenciado antes de bajarme de mi camioneta y respondí un mensaje que me había enviado Catherine, Philippe mi mejor amigo estaba molesto por haber congelado el semestre al faltarme sólo este para graduarme, me disponía a responderle cuando Carlos me dio un suave empujón con el hombro e hizo señas para que prestase atención, el vicepresidente sujetaba un reloj y lo estaba describiendo- tendrán que utilizarlo en todo momento, por su propia seguridad ya que mide sus signos vitales y en caso de que presenten un signo muy fuera de los parámetros normales recibiremos un mensaje, así podremos auxiliarlos en la brevedad posible -se generó un parloteo ansioso en la sala- por favor mantengan la calma, tenemos postulantes con hipertensión arterial, diabetes, asma, epilépticos, entre otros, igualmente hemos tenido casos de personas que presentan alguna patología y no lo saben, es sólo y meramente preventivo, una vez firmen el contrato el Dilog (reloj que tenía en sus manos supongo), se sellará y no podrá retirarse hasta una vez finalizado el trimestre de pruebas, ¿alguna duda? _ ¿Por qué tenemos que entregarles nuestros dispositivos electrónicos? -dijo un musulmán que se encontraba tres filas por delante de mí- ¿cómo voy a comunicarme con mi familia y trabajar?, necesito mínimo mi laptop para poder realizar mis actividades… _ Entiendo perfectamente mi estimado, así que todos aquellos que, por motivos, laborales, personales o escolares que no puedan cumplir con las reglas previamente descritas, están en todo su derecho de marcharse, nosotros no podemos ni vamos a obligarles a realizar algo que no deseen. Al final seguí adelante sin sospechar nada, ya habían confirmado que podíamos escribir cartas y recibirlas, sólo pocas personas salieron de la sala en ese momento y los primeros meses todo funcionaba con normalidad, una vez a la semana asistíamos al área de enfermería para recibir nuestra dosis inyectable, exactamente seis días después y un día antes de la siguiente dosis, nos realizaban exámenes y evaluaban nuestras muestras sanguíneas, algo tedioso pero con el tiempo terminas acostumbrándote, por suerte hicimos una petición y Carlos compartió habitación conmigo, junto a Davis, un ex recluso al cual se le dificultaba conseguir trabajo y éste sería el gran apoyo que necesitaba para abrir un food trucks, nuestro cuarto compañero era un friki que abandonó los estudios para ser streamer y esperaba utilizar el dinero ganado para invertir en su futura carrera transmitiendo en vivo. Algo era seguro y es que yo no era el sujeto al que le administraban el efecto placebo, puesto que con el tiempo los efectos secundarios aparecieron, no sólo en mí, sino en todos mis compañeros, comencé a sufrir insomnio, fuertes dolores de cabeza y repentinos cambios emocionales, sobre todo me costaba controlar la ira, se hicieron frecuentes las discusiones en la habitación, el comedor, las salas recreacionales y todo empeoró al tercer mes, Davis se encontraba enloquecido luego de ducharse, resulta que al secar su cuerpo, se le quedó la piel en su totalidad pegada a la tolla, mientras tanto él estaba al rojo vivo con los tejidos a la intemperie y con pequeñas gotas de sangre recorriendo su cuerpo, se hallaba completamente enloquecido y sus gritos recorrieron todo el pasillo, su Dilog no paraba de emitir un pitido y los enfermeros lo sujetaron para inyectarle un calmante, luego de esto se lo llevaron, fue un duro golpe para nosotros, en silencio limpiamos la habitación y me acosté en mi cama en completo shock, ¿me pasaría lo mismo? ¿tendría esto algo que ver con que no me llegaban cartas del exterior en semanas?, antes recibía una casi todos los días o varias que se acumulaban, principalmente de Catherine, llevé mi mano hasta la boca y la mordí angustiado, había un rumor recorriendo la estancia, algunas personas habían desaparecido y de cien personas sólo quedábamos menos de la mitad, acomodé la almohada y pasé casi toda una noche de insomnio, ¿sería yo el siguiente?

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