Volviendo a casa.

1372 Words
Capitulo 7 El auto qué viajaba junto a sus padres se estacionó, justo en la entrada principal, Natacha al fin había vuelto a casa, fué bajando despacito, estaba emocionada, volver a su mundo, le daba un gran placer, se acercó a su madre, la abrazó fuerte. —¡Madre los extrañé tanto! Nunca pensé qué volvería a estar con ustedes, Barak me compró, es un hombre bueno me dejó ir, lo aprecio mucho, dejó su número telefónico por si las dudas, preciso alguna vez de él. Estaban adentro de casa, cuándo su perro se acercó hacia ella, estiró sus patas y tocó su falda, entró a su habitación le habían cambiado él decorado, tenía un color rosa más oscuro, se estiró sobre la cama y se acomodó sobre la misma, luego abrió la mesita de luz, allí aún estaba todo igual, cómo lo había dejado, sus lágrimas volvieron aparecer, de pronto apareció en la puerta Mariza, una de las empleadas domésticas, qué trabajaban en aquella casa. —Hola, hermosa me enteré qué llegabas y es por eso me arrime a tú habitación, ¡Qué bueno hallas salido ilesa!, me pone muy contenta, vino Braian, tú compañero de secundaria a preguntar por ti, también tus amigas, deja de llorar, tienes qué comenzar de nuevo. —Me resulta muy difícil, olvidar todo lo qué he pasado, a sido una pesadilla, lo qué no saben mis padres, qué soy ahora una excelente cocinera, aprendí mucho, les daré una gran sorpresa quiero qué me ayudes. Natacha, bajo al salón principal, se encontraban reunidos juntos a una hermana de su madre, Natacha entró a la cocina, envío a comprar a Mariza los ingredientes qué faltaban para preparar una hermosa torta, le pidió el delantal a Mariza, sus padre se miraron entre sí. Natacha, preparó y decoró la torta, puso una palabras llenas de amor para sus padres, qué decían " Los amo mucho" una tarde muy especial, hacía frío, Natacha, miró por la ventana, comenzaban a caer los primeros copos de nieves, lloró esta vez de satisfacción y agradeció por todo, se encontraba otra vez junto a sus padres, hasta le parecía un sueño por todo lo qué había tenido qué pasar. La estufa a leña, estaba a Full, Natacha, cubrió sus hombros con una hermosa manta, espero qué Mariza les sirviera él café, junto con la torta, Natacha pasó él dedo, y dijo: —Me quedó exquisita la torta, quisiera seguir la carrera gastronómica. Todo había cambiado en la mentalidad de Natacha, se acercó a sus padres, los abrazó, cómo queriendo no soltarlos nunca más, era invierno. En él telefono había quedado muchas fotos guardadas, era la primera vez qué Natacha, comenzaba a mirar aquellas fotos, se encontraba Barak, de apariencia varonil, muy elegante vestido, un gran paisaje dónde ella se subió a unos de los montes y él la rescataba, apagó él teléfono, de pronto suena aquel móvil, con una suave música, miró la pantalla, era Barak, aquel hombre qué la había rescatado del secuestro, al hablar con él, sintió alegría al mismo tiempo, sus palabras se escuchaban entrecortadas. —Hola, ¿Eres tú?, estoy en casa, me siento muy feliz, gracias por todo. —No, me tienes qué agradecer, debía ayudarte, no hice tanto. —Cuéntame ¿Cómo estás tú? —¿ De verdad lo quieres saber? —¡Te extraño mucho! No debí dejarte ir, no me acostumbro sin tenerte. Natacha, trataba qué aquellas palabras no alcanzarán a llegar a su corazón, debía estar fría y distante. —Barak, quiero qué sepas, qué estoy muy agradecida, por lo qué has hecho por mi, debes comenzar tú vida, de otra manera. Una lágrima, cubrió él rostro de Barak, se había enamorado, de Natacha, aún qué era demasiado tarde, para darse cuenta, cuánto le hacía falta, sintió un nudo en la garganta, debía dejarla ir de sus recuerdos y su corazón, se despidió de ella con un hasta nunca. Barak, puso sus manos sobre él hermoso escritorio, luego su rostro, lo acomodó, por encima del mismo, sentía un vacío extremo, Estuvo por un rato, sollozando por ella, secó sus lágrimas, la había dejado ir, de verdad la amaba, debía continuar su vida. Barak, un hombre bueno, respetuoso, de clase alta, empresario distinguido continúo viajando por muchos lugares del mundo, lo hacía por trabajo. Natacha, comenzó a estudiar en la facultad de gastronomia, está vez era más cuidadosa, no confiaba en nadie, decidió comenzar a visitar a un psicólogo, había quedado traumada por todo lo qué había pasado, recordaba a Cristal " ¿Qué será de ella"?, llamó a Barak. —Buenas, tardes ¿Con quién desea hablar? El teléfono lo contesto una voz femenina. —El señor Barak no se encuentra, está viajando por diferentes partes del mundo.¿Para qué lo necesitas? —En cuánto regrese te pido le digas, qué necesito hablar con él. —De acuerdo, se lo diré. Natacha, aprieta él botón de encendido da un respiro, está en casa, aún le parece un sueño, sale al patio, se encuentra su mascota, qué mueve la cola al verla, luego se acomoda en una de las reposeras junto a la piscina de aquella hermosa propiedad. Braian, había sido su compañero de colegio, Natacha había dejado por lo qué le había pasado, siente él sonido del timbre que suena repetidas veces, Mariza la ama de llaves, se aproximó hacia la puerta principal, era su compañero de estudio, estaba por terminar. Natacha, vestía ropa atrapante, botas de cueros por arriba de la rodilla, mini falda, su mirada, iluminada. —Brian pasa, ¿Qué cuentas de bueno? —Viajaré hacia la provincia de la uva, para poder estudiar de enologo. Natacha, se aproximó hacia la cocina, y preparo jugó, sacó de la alacena, un paquete de galletas dulces, había pasado mucho tiempo, cuándo sintieron él ruido del motor del auto, de su padre. —Me tengo qué ir, vendré en otro momento. Brian, se despidió de ella, con un abrazo siempre había sentido más qué amistad por ella. El padre, de Natacha traía su carro lleno de regalos, había extrañado tanto a su hija, sentía qué debía darle lo mejor. —Padre, llame a Barak. Comentó Natacha. —Hija, de qué se trata, ¿Porqué lo llamas a él? —Necesito hacer algo por alguien. —Hija, no te entiendo. —Es, por Cristal, la debe estar pasando muy mal, debemos ayudarla, le pediré a Barak qué la busque, y la compré. Su padre le pidió qué dejara todo eso atrás, luego llegó su madre, qué la atrapó con su dulzura, Natacha se sentía feliz, junto a su familia, tubo suerte de haberla recuperado, pasaron algunos días, la casa qué Natacha habitaba estaba tranquila, sintió la suave música de su teléfono móvil, atendió sonriente. —Hola, qué gusto me da escucharte, te llamé unos días atrás, me respondió una voz femenina. —Estoy para lo qué necesites de mi. —Quiero qué hagas algo por alguien, su nombre es Cristal, ve y búscala y la compras, a ella no le fué tan bien cómo a mi. Una Tarde, Natacha entró a la habitación de su padre, le pidió qué la acompañará, a casa de los padres de Cristal, Gerardo tomó las llaves de su auto, se dirigieron hacia él lugar, en la entrada de encontraban los señores de seguridad, entraron de inmediato. Natacha, se quedó en la parte de afuera esperando a la madre de cristal, una mujer elegante, vestía moderna. —Buenas tardes, señora. —Pasen por favor... Los padres de Cristal, se encontraban en él amplio salón, había un pequeño niño, al parecer sería hermano de Cristal, se sentaron en él sofá de tela gris, las cortinas hacían juego con él mismo, de pronto hubo un silencio profundo, Natacha, dió un respiro profundo antes de hablar. —No sé cómo empezar, Cristal su hija se encuentra en buenas manos. La madre de Cristal, se levantó de aquel sofá, se acercó hacia ellos. —¡¿Te refieres a mi hija?!—Exclamó en una forma sorpresiva, la mamá de Cristal. —¡Tú hija se encuentra muy bien! Natacha, le explicó con detalles, la madre de Cristal les agradeció mucho, abrazó a Natacha.
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