La virgen del millonario

Natacha lo tenía todo, sin embargo no era feliz.

Capitulo 6

Barak, saludó a Natacha, con gran admiración, tomó una de sus manos, enloqueció al verla, su alegría era tanta, en ese momento le avisó Adriel, lo feliz qué se sentía, con ella.

Natacha, volvió a recorrer aquel largo pasillo, en su alma sentía alegría, qué desde hacia mucho, tiempo no había sentido, él perfume de Barak, quedó penetrado en sus manos.

Adriel, llamó a Natacha, le ordenó, qué se metiera en él último cuarto.

Barak, preguntó por ella.

Adriel respondió.

—Me dejó un aviso, qué debió salir de urgencia.

—En otro momento volveré por ella, dale mis saludos.

Adriel, respira con alivio, en cuánto Barak, abandona la mansión, Natacha se viste con él, uniforme de empleada doméstica, mira a través de la ventana, sonriente, es Barak qué se encuentra en él sitio de afuera y le pide a su chofer, qué lo lleve hacia su empresa.

Barak, se queda observando aquella bella mansión, tratando de ver aquella mujer, qué lo dejo perdido de amor, vuelve a la mansión, había dejado él celular sobre él escritorio, se da cuenta qué Natacha, viste con otra ropa, queda pensativo, la mira sorprendido y pregunta.

—Natacha, ¿Eres tú?

Corre, hacia adentro sus ojos humedecidos por las lágrimas, Barak, le exige una explicación al dueño de casa.

—Amigo, ¿Qué ha pasado con ella?

—Mm, La verdad, no es mi prima, sino mi empleada.

Adriel, le dió explicaciones, justo ese día estaba cambiada para salir, se había equivocado de vestido.

Natacha, permaneció oculta en la habitación, deseaba qué su vida cambiará, de una vez por todas, su corazón herido, había pasado mucho tiempo, en ese lugar secuestrada.

A Barak, le parecía extraño, no dijo ni una sola palabra, comenzó a preguntar y averiguó sobre la vida de Adriel, lo qué descubrió, fué qué estaba metido en una organización de trata de blanca, también habían niños siendo violados, llegó hasta un lugar dónde habían distintos grupos de mujeres, qué tatuaban para qué no se escaparan, conocía todo aquel movimiento.

Barak, volvió aquella mansión pidió hablar con él jefe, este lo recibió un poco nervioso.

—Quiero llevarme a esa chica conmigo, ¿Cuánto, vale?Estoy enamorado de ella.

Adriel, era un hombre ciego, por la avaricia, llamó a Natacha, con palabras suaves dijo:

—Temo, qué no serás, mi cocinera, te irás con ese hombre.

Natacha, pensó, "seguro me enviara a matarme" Comenzó a llorar, se despidió de Cristal.

—Me tengo qué ir, ¡no se qué será de mi!

—Todo estará bien.—Acotó Cristal.

Barak, ansioso en él salón de entrada, afuera lo esperaban sus hombres.

Natacha, se vistió, elegante, bellísima, bajó las escaleras temblando, no tenía idea lo qué había sucedido, pensó lo peor.

Barak, se acercó a ella, le dijo al oído.

—Tengo, un precioso regalo para ti.

El coche de Barak, transitaba por las calles más transcurridas, Natacha qué no veía la cuidad, hacía mucho tiempo, se detuvieron en un lugar muy sofisticado, con música suave, sentía muchas emociones, juntas.

—El regalo, es ... Qué te compre, ahora eres libre, ya no estarás nunca más secuestrada.

Natacha, no sabía qué sería lo mejor, si reír o llorar, estiró su manos hacia él y agradeció por lo qué había hecho por ella.

Estaban en la habitación, Natacha debió desnudarse, le dió a entender, qué no la quería para nada malo, su convivencia la de ambos era tranquila.

Por otra parte, en la mansión de Adriel quedó Cristal, en manos de aquel hombre, esta vez con tenía cero compasión, la envío de nuevo aquel feo lugar dónde tenía qué estar con hombres, 30 veces al día, llevó a otras mujeres para qué hicieran la limpieza y trabajarán en la cocina.

En casa del millonario, Barak, por momentos Natacha, se sentía confundida, lo tenía todo, dentro de su alma, sentía un gran vacío, extrañaba a sus padres, le compró celular, computadora, joyas valiosas, sus lágrimas siempre aparecían, le agradece a cada instante, todo lo qué había hecho por ella, se sentó frente a la computadora, puso la foto de perfil, con él nombre de su madre y padre, aún guardaba él osito de peluche, recordaba su perro, cuándo salió de casa.

Una tarde, cómo siempre entra a su f*******: , habían dejado un mensaje, qué decía:

—Hola, hija crei qué estabas muerta, mostraron un cuerpo parecido al tuyo, por eso no te busque más, me alegro de encontrarte.

Natacha, no encuentra las palabras justas para hablar con Barak.

—Amor, te encuentro distinta ,¿Tienes algún problema?

—Si ... —Contestó, con temor.

—¿En qué, puedo ayudarte?

—Me ha escrito mi madre...

Un silencio, total en aquella sala, la miró con gran ternura y dijo:

—¿Qué deseas qué haga por ti?

—¡Quiero qué me dejes ir!—Exclamó Natacha, con lágrimas en los ojos.

—Está bien, te dejaré ir con tú familia.

Cristal, permanece en aquel horrendo lugar, es una mujer fuerte, muchas chicas de las más jóvenes no llegaban a estar vivas, con todo lo qué le hacían, la habían tatuado, en la parte de abajo, era la única forma de evitar qué no escaparan, al lugar comenzaron a llegar niños, habían distintos grupos, no veían ni un peso.

Pasaron, años Cristal seguía en él mismo lugar, hasta qué un día decidieron enviarla a un local nocturno, allí si le daban dinero, qué solo le servía para drogarse, sus padres no pudieron dar con ella, la habían cambiado de lugar varias veces.

Una mañana Cristal, ahogada de dolor, decidió no vivir más, alto un cordón en él techo, intento y fracasó, la llevaron de urgencia hacía él hospital más cercano, Cristal sobrevivió; Había, gente de seguridad por todas partes, pasaron los días, de a poco se iba recuperando, esperaba él momento justo para escapar, en la parte de la sala afuera, estaban dos hombres armados cuidando de qué no se escapara.

Una mañana se presentó un médico con muchos estudiantes, la oportunidad justa para escapar, se levantó entremedio de todos sin qué la pudieran ver, la noche estaba fría, Cristal comenzó a caminar sin rumbo, su cuerpo temblaba estaba débil, caminó por calles iluminadas, cruzó una plaza, siguió avanzando hasta llegar a una iglesia, aún sus puertas permanecían abiertas, entró temblorosa, dió unos pasos, se desmayo, en aquel lugar se encontraba gente buena, existía una fundación para ayudar a gente en situación de calle.