—Pensé que no llamarías ¿tan mal me comporté la última vez?
—No, pero debes entender que mi agenda está ocupada y no eres el único de mi lista.
—Te perdonaré solo si encabezo dicha lista. Anda, cuéntame tu día.
—No hay mucho por contar, recién acabo de llegar y me estoy poniendo cómoda. ¿Y qué hay de ti?
—Me encantaría verte. Por mi parte tengo una nueva inquilina en el edificio de enfrente, todavía no la conozco, pero su silueta es bella.
—¿Y está en casa ahora?
—Sí, recién vi que iba a la recámara, quizás está poniéndose cómoda como tú, también gusta de estar sin ropa por toda la casa.
—Dijiste que no la habías visto.
—Dije que solo su silueta y eso me basta para saber las prendas que se quita cada noche.
—Me encantaría verlos, debe ser excitante saber qué tanto se espían.
—Para mí sería más interesante que corrieras la cortina y te masturbaras en la ventana.
—No lo sé, quizás al vecino no le agrade mucho la idea.
—Sería un imbécil si te pone alguna queja, con tu sola voz me basta para calentarme… Maldito bastardo suertudo, tiene la mejor vista de todas.
—Entonces hagamos algo, desnudémonos y abramos las cortinas, imaginamos que nos vemos y regalamos un espectáculo a la vez.
—Me encanta la idea, que sea en la ventana de nuestras salas así será más interesante.
—Muy bien, ya estoy lista, avísame para abrirlas.
—No me provoques antes de tiempo, preciosa, pero sí, ábrelas para mí.
—Interesante, parece que mi vecino tuvo la misma idea.
—Parece que soy tan afortunado como tu vecino porque comparto la misma vista.
—Nunca me dijiste que vivías aquí.
—Y nunca me dijiste que te mudarías aquí, pero no te distraigas, aún debes abrirlas para mí.
—Entonces siéntate y disfrutemos del espectáculo.
—Sabes, creo que tendré que ser un mejor vecino.
—Cuando quieras te enseño a serlo, pero no te distraigas que mis piernas abrirán el telón y mostrarán a la actriz principal.
—Odio los asientos tan lejos de la tarima; nunca puedo apreciar bien la obra, promete que más tarde me darás primera fila.
—Te daré paso al camerino y te deleitarás con el elenco.
—Tanto o más a como lo hago ahora con tus dedos perdiéndose en tan maravilloso centro.
—No te detengas.
—No lo haré si tú no lo haces, pasa tus uñas por tus piernas.
—¡Ahh! Mierda, como quisiera que entraras.
—No lo contengas, suelta tus gemidos hermosa, presiona esas tetas para mí.
—Ve más rápido.
—Pídelo.
—Por favor, ve más rápido.
—No creo soportar mucho más, tenía el vibrador encendido antes de llegar.
—Ponte en cuatro e inclínate bien.
—Dame un minuto, tengo una mejor idea.
—Más te vale que…
—¿Más me vale qué?
—No creí que fueras tan flexible.
—Ballet desde los cinco hasta los veinte.
—Benditas sean esas clases, lo mejor es la increíble vista de tu culo y tu coño.
—Lo mejor será que vengas o tendré que jugar sola como hace unos días.
—Dame cinco minutos y no vayas a usar ese maldito juguete o juro que te partiré sin piedad.
—¡Uff! Me encantan los retos, que sean tres minutos, buena suerte, fortachón.