—Raven, tenemos noticias. —¿Sobre qué? —preguntó ella confundida. Louise se acercó a ella por detrás. —El cumpleaños de la señora Rose. Todos los años lo celebra, y este año será en una especie de rancho que tiene cerca de las montañas —le dijo a Raven emocionada—. Tienes que venir. Raven no era el alma de las fiestas, y menos que nada, una persona demasiado sociable para convivir en una fiesta en el campo abierto, además, era la chica más nueva entre todos los empleados. No le parecía correcto ir a una fiesta de empleados cuando era tan buena, y apenas podía comprar pan para su alacena. ¿De dónde sacaría un regalo acorde para su jefa? —No tengo dinero para un regalo, Louise. Louise lo pensó unos segundos. —No quebrar más platos sería un gran regalo de cumpleaños —le dijo la chica