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1226 Words
Cuando llegamos a la casa trato de no observarla, porque quedo realmente hermosa. Debo sacarla de mi mente, ella es completamente prohibida para mí. No solo por su padre y hermano, sino también porque mi corazón le pertenece a una sola persona y lastimosamente ella murió. Me observo en el espejo mientras abotono la camisa de mi traje. La vida de Chiara me causa mucha curiosidad así que llamo a Maximiliano para que me dé información. -              Hola señor Romanov- dice él cuando contesta. -              Max, necesito una información sobre una persona – digo mientras continúo acomodando mi camisa – pero debo advertiré que si la información que me darás se filtra y le sucede algo a esa persona. Cuando te encuentre desearás morir antes de caer en mis manos. -              Lo entiendo señor – responde -              Chiara Santoni – respondo asomándome a la ventana que da directo a la de su habitación. -              Un momento por favor – dice y lo escucho tecleando rápidamente. En ese momento una imagen me roba el aliento, veo a Chiara en ropa interior de encaje gris a juego con su vestido frente al espejo poniéndose los pendientes. Pasó saliva observando su magnífico cuerpo. -              Señor – lo escuchó decir mientras observo a la hermosa castaña en la ventana. – es algo muy extraño, pero no aparece información sobre ese nombre. -              ¿Cómo es eso posible? – pregunto frunciendo el ceño sin apartar mis ojos de ella. -              ¿está seguro que el nombre es correcto? – pregunta -              Por supuesto que estoy seguro – respondo molesto – continúa investigando quiero saber todo sobre ella. -              Así será – responde mientras cuelgo. Cuando es hora de irnos voy hasta el salón donde se encuentra Donato y Guido esperando por Chiara. -              ¿está todo listo? – pregunta mi jefe viniendo hasta mi con un trago en la mano. -              Todo listo señor – respondo y él me observa. -              Quiero que esta noche estés pegado a Chiara todo el tiempo, además quiero que refuerces aún más la seguridad – me pide justo cuando entra Chiara enfundada en el hermoso vestido luciendo como auténtica reina. -              Pero que hermosa hija – dice Donato olvidándose de mi por completo y yendo hasta ella. -              No es para tanto – responde ella riendo mientras su padre besa su mejilla – hay algo que debo decirte. -              ¿pasa algo? – pregunta preocupado -              Debo regresar lo más pronto posible así que no estaré mucho tiempo en la fiesta contigo – responde ella con dulzura. – pero te prometo en cuanto termine lo que debo hacer vendré a quedarme una semana completa contigo. -              Voy a pedir el avión – dice Donato sacando su celular -              Sabes lo qué opino de eso – responde ella frunciendo el ceño de una forma adorable – ya reservé mi vuelo así que solo voy a estar contigo un par de horas. -              Esta bien hija – responde mi jefe resignado - ¿es bueno el caso? – pregunta ganándose una hermosa sonrisa de parte de la castaña quien comienza a contarle lo que debe hacer.   Salimos de la casa y voy en una camioneta con ella y mi jefe. Guido decide irse en un auto él solo. Durante el camino confirmo mi sospecha. Ella es médico y al parecer está ganando una muy buena reputación como cirujana plástica. Mientras conduzco presto mucha atención a cada una de sus palabras. Le cuanta a su padre que el caso que la hace viajar tan urgente es un niño que fue atacado por un perro el cual le desfiguró el rostro. También le cuenta que está nerviosa ya que es primer caso que lleva en el que tiene que tratar a un niño. Observo a través del retrovisor como Donato la observa con adoración, una mirada dedicada solo para ella y que solo se la he visto con ella, ya que para el resto del mundo solo hay frialdad en sus ojos.   -              Si necesitas algo no dudes en llamarme – dice su padre y ella rueda los ojos sonriendo. -              Lo sé papá – responde al tiempo que llegamos al hotel donde se lleva a cabo la fiesta. Bajo rápidamente del auto para abrirle a Donato y luego voy abrirle a ella, quien me regala una mirada que no logro identificar. Le tiendo la mano para ayudarla a bajar y ella la acepta. Su toque hace que mi piel se erice y cuando pasa por mi lado su olor me excita.  Sacudo la cabeza sacando esos pensamientos de mi mente para caminar tras ellos. Guido se les une y juntos entran al salón donde ya se encuentran todos los invitados. No me aparto del lado de ellos, pero no por mi jefe o Guido, sino por ella, desde que la conocí siento que es mi deber protegerla, no quiero que nada le pase y me enferma la sola idea de que alguien pueda dañarla. Así que me quedo muy cerca de ellos mientras los invitados comienzan a acercarse para saludar a Donato. No la presentan, veo que ella habla con los invitados mientras Guido la abraza por la cintura, pero en ningún momento la presentan. Es entonces que se por quién la están haciendo pasar y mi pensamiento se confirma cuando Donia aparece junto a mí. -              Así que el vestido era para la puta de turno de Guido – habla con cierto rencor y lo entiendo, ella Guido han tenido una relación algo extraña desde que los conozco. -              No es ninguna puta – respondo molesto, pero caigo en cuenta de mi error. -              Te gusta – dice ella sonriendo maliciosamente a lo que yo le doy una fría mirada de advertencia – veo que a ti solo te gusta lo que Guido a tenido. Solo sus sobras. -              Si lo dices por ti estás en lo cierto – respondo molesto de que piensen así de Chiara, aunque es una buena forma de protegerla. -              Eres un imbécil – dice molesta y yo le sonrío. -              Pero te gusta que este imbécil te folle – respondo y veo que sus ojos se llenan de lujuria. Le recorro el cuerpo en la mirada y debo admitir que me calienta lo que veo. Donia es una mujer muy hermosa, cabello costo y castaño, ojos del mismo color, un cuerpo más que perfecto para pecar y una sensualidad que te envuelve. Esta noche está enfundada en un vestido que no deja nada a la imaginación, es de color n***o con un gran escote, muy ceñido al cuerpo. Pero al verla no siento lo mismo que siento cuando veo a Chiara, ella es más que perfecta en todos los sentidos. -              No sabes cuánto me encanta – dice muy cerca de mí y noto como Guido se nos queda viendo al igual que Chiara quien frunce el ceño visiblemente molesta. Pero es lo mejor, no puede haber nada entre los dos. Unas horas más tarde veo cómo Chiara habla con su padre quien le hace una señal a Guido y ambos hermanos salen de la fiesta. Observo como se van deseando que sea la última vez que la vea, no quiero volver a verla. Así que cuando los pierdo de vista voy en busca de Donia y la saco de la fiesta. Dejo encargado a varios hombres de la seguridad de Donato mientras yo subo a una de las habitaciones del hotel donde la follo fuertemente tratando de sacar de mi mente a la hermosa castaña que me trae loco desde que la conocí.
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