La cara de Alejandro era un poema, me observaba detenidamente antes de responder a aquella pregunta muy cuestionable. —Valeria mejor salga de mi despacho, tengo muchas cosas que hacer, venir aquí me ha retrasado con el trabajo— Fue su respuesta. —Solo quiero saber… ¿Por qué te preocupas? Yo no te importo, lo has dejado muy claro. Solo te pido que no me confundas por favor— Le dije poco antes de salir del despacho. Lo único que le importaba a Alejandro era tener el control de todo, no soportaba que algo pasara a su alrededor y no lo supiera. Llegada la noche, bajé a cenar a la hora correspondiente, eran a penas las 7:00 de la noche, sin embargo al hacerlo, Alejandro estaba en la sala con su madre y su hermana. —Buenas noches— Dije algo tímida. —Buenas noches cuñada, te estábamos esper