La firma

1340 Words
No lo podía creer, había recibido una llamada de parte de Alejandro Cooper. Así que hoy estoy en sus oficinas de tecnología, no entiendo lo que sucede pero quizás sea algo bueno o quizás no. Sin esperarlo el hombre que había dicho que teníamos que irnos el día de la entrevista, se paró frente a mi. —Valeria, ven conmigo por favor— Dijo Aquel hombre. —Me sorprendió que me llamaran, usted mismo escuchó lo que dijo el señor Cooper— Le dije tratando de investigar un poco. —No te preocupes, así son las cosas a veces, por cierto mi nombre es Santiago, soy amigo y mano derecha de Alejandro Cooper— Dijo presentándose muy amablemente. —Es un gusto Santiago, ya sabes mi nombre— Dije sonriendo. Finalmente llegamos a la oficina de Alejandro, entramos sin esperar más tiempo. —Alejandro aquí está la señorita Valeria— Dijo Santiago, después de eso se retiró. —Buenos días señor, ¿Puede decirme la razón por la que estoy aquí?— Pregunté con nervios y con mucha confusión. —Tome asiento por favor, aquí tengo un contrato para usted, por alguna extraña razón la he elegido para que sea mi esposa— Respondió sin ni siquiera mirarme a los ojos. —Eso es una sorpresa, porque pensé que él Don frívolo cumpliría su palabra— Dije con una sonrisa sarcástica. —Solo busco lo que considero que es mejor para mi, así que usted decide si firma o no el contrato— Respondió sin mostrar ningunas emociones. —Permítame por favor leer un poco, mi padre siempre me decía que todo lo que tocara tu mano y contuviera letras había que leerlo— Le respondí. —Tengo una breve reunión, te dejaré aquí en la oficina para que leas tranquilamente— Respondió. Alejandro puso en marcha su sillas de ruedas y salió de la oficina. Tan pronto me quedé sola en la oficina empecé a leer, las rodillas me temblaban, era muy extraño todo esto para mi. —No puedes amar a tu esposo, no puedes tocarlo, no puedes hablarle de amor, delante de las personas serán un matrimonio feliz, serás una esposa brillante, cada uno puede hacer su vida de manera privada, si surge algún rumor sobre la fidelidad de Valeria Clerk el trato podría cancelarse sin obtener ningún beneficio, no habrá sexo, tampoco una relación amistosa— Decía este maldito contrato. Estaba a punto de negarme a hacerlo pero no podía, recordé que necesitaba ese dinero. —Este contrato tiene una validez de cinco años, después de este tiempo, ambos se separan y continúan con su vida sin revelar la verdadera razón del divorcio— finalmente culminé en leer. Estoy completamente perdida, decía en mi propia mente. Mi corazón empezó a acelerarse repentinamente, debía de respirar profundo para calmarme. Tengo una enfermedad muy preocupante del corazón, así que debo cuidarme lo suficiente para poder cumplir con ese contrato. Finalmente tomé el bolígrafo y firmé el contrato, no había marcha atrás. Después de unos 20 minutos, Alejandro regresó a la oficina. —¿Ya tomaste la decisión?— Preguntó mientras se dirigía a su escritorio. —Ya he firmado señor— Respondí llena de dudas. —¿Que cosa debería saber de ti?— Preguntó. —Tengo 22 años de edad, vivo con mi mejor amiga Paola y mi hermano Benito, mi madre vive en España desde hace muchos años— Le respondí. —¿Algo más? ¿Está usted enferma? O ¿Puede aparecer algo que le impida cumplir con este contrato?— Preguntó. En ese momento sentí muchos nervios, no podía revelarle nada acerca de mi enfermedad porque seguro que cancelaba el contrato. —Estoy completamente sana señor, a veces uno se siente mal pero son cosas normales del cuerpo— Respondí con seguridad. —Valeria, no tenemos nada más que hablar, espere mi llamada para casarnos, no piense que haremos una boda, solo será por el civil y ya. —Eso es lo justo, no podemos engañar a las personas— Le respondí. —¡Puede irse!— Dijo con indiferencia. Me levanté de la silla y salí de la oficina, estaba finamente fuera de allí y podía respirar aire diferente. Tener a Alejandro frente a mi me hacía sentir débil, él es un hombre imponente y un carácter difícil. Narra Alejandro. Aún estoy dudoso de haber elegido a la mujer que me enfrentó, pero debo ser sincero conmigo mismo, pocas personas lo hacen o mejor dicho nadie lo hace. Mientras pienso en esto, Santiago entra a la oficina, casi no me doy cuenta de su presencia, sin embargo suelo tener los pies sobre la tierra. —¿Valeria firmó?—Preguntó Santiago. —Así es, ella firmó, pero te confieso que aún sigo dudoso—Respondí mientras pasaba mi mano derecha por mi frente. —Si el contrato está firmado no hay vuelta atrás, así que felicidades amigo mío, pronto tendrás esposa. —La esposa que realmente no quería, desearía que apareciera Fátima en este momento. —Alejandro es momento de que la olvides. Ella decidió irse, encontró otras cosas mejores que hacer— Dijo sin rodeos. Aunque las palabras de Santiago me dolían, él tenía razón en lo que decía. Fátima me había dejado porque no podía cuidar de un hombre en sillas de ruedas, desde ese momento pensé en que debía hacer todo por mí mismo. Narra Valeria. Llegada la noche preparé cena para Paola y Benito, debía darles la noticia sobre mi próxima boda, en especial a mi hermano. —Valeria supongo que tienes que decirnos algo, tú no haces este tipo de cenas sin ninguna razón— Dijo Benito al ver la mesa. —Quiero decirles que me voy a casar con Alejandro Cooper, el dueño de la empresa tecnológica más grande del país y de otros— Le dije con timidez. Benito se empezó a reír. No creía que estuviera hablando la verdad. —Benito lo digo en serio, voy a casarme, él me eligió como su esposa, ahora solo debo esperar la llamada para la boda falsa— Le respondí muy preocupada. —Valeria no te preocupes, el payaso de tu hermano siempre se toma las cosas a chistes— Dijo Paola mientras me abrazaba. —¿Entonces eso es cierto?— Preguntó Benito con seriedad. —Así es, voy a casarme, me ofrece una buena cantidad de dinero mensual, y quiero tomarlo para mi operación, el único detalle es que él no sabe que estoy enferma, para él soy una mujer sana. —No estoy de acuerdo con eso que hiciste, pero no puedo oponerme, no puedo darte todo el dinero que se necesita para tu operación— Dijo Benito, él se sentía un poco mal por lo que empezaba a suceder en mi vida. —Benito con que me apoyes está muy bien, quiero vivir, tengo ganas de vivir, y sin duda alguna quiero hacerlo, aunque muera en el intento— Le respondí. Benito me abrazó con fuerzas y luego se unió Paola, finalmente sentía el apoyo de ambos. Después de aquella noticia, fui hasta mi habitación para descansar un poco, estaba un poco impaciente, sabía que en cualquier momento iba a recibir una llamada y eso me aterraba completamente.
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