Llegado el medio día, dejé todo recogido en mi escritorio, me acercó a Alejandro para informarle que no iré a casa.
—No iré a casa, estaré toda la tarde y parte de la noche fuera— Dije mientras me acercaba a su escritorio.
—No hay problema, no tiene que pedirme permiso, solo puede irse y punto— Respondió sin darle importancia a lo que le estaba diciendo.
—Solo lo decía para que no se preocupara por no verme.
—Valeria no tengo que preocuparme por usted, debería entender que solo nos une un maldito contrato por cinco años.
—Tiene razón, en realidad solo trato de ser amable con usted, pero veo que no se deja, que pase un feliz día— Le respondí.
Salí de la oficina un poco enojada, no entendía la necesidad de ser tan grosero como alguien que se supone que será tu esposa por durante 5 años
