Enfadado

1134 Words
Al llegar a casa lo primero que hice fue arreglar mi maleta, sentía nostalgia porque ese era el lugar que me había tenido por muchos años y ahora debía dejarlos por cinco años. De repente Benito entró a la habitación, tan rápido lo hizo me abrazó, sabía lo que estaba haciendo por mi misma. —Espero que este matrimonio no te haga daño, quiero verte bien— Dijo Benito conmocionado. —Seré muy fuerte, quiero seguro viviendo, así que espero que mi corazón me dé muchos años más de vida— Le respondí. —Estaré muy pendiente de ti, no porque te vayas cambiará eso. —Lo se querido hermano, por favor cuida de Paola, y no discutan tanto. Quiero que sepas que si muero en este intento de salvación, ustedes quedarán millonarios, así que seguro que no todo será malo— Le respondo mientras lo abrazo. —No hablemos de muerte, mejor hablemos de vida, yo espero que vivas muchos años y respectó a Paola, trataré de no discutir tanto, pero ya la conoces, ja— Respondió riendo. Finalmente ya había recogido lo que necesitaba, así que después de eso, fui a la cocina para preparar mi última cena en casa. Dejé todo listo para Paola y Benito, la comida no pasaba por mi garganta. Al rededor de las 6:15 pm, Benito y Paola regresaron a casa. —Hola chicos, he dejado cena preparada para ambos— Les dije tan rápido entraron. —Gracias Valeria, no te hubieras molestado— Respondió Paola mientras me abrazaba. —Es como una especie de despedida, estoy esperando que vengan por mi, finalmente me casé, así que ya no podré vivir aquí por un largo tiempo— Respondí con tristeza. —Hermanita te vamos a extrañar, además no estes triste, nos veremos seguro a diario— Dijo Benito. De repente tocaron la puerta, así que respiré hondo y fui a abrir. Estaba el chofer de Alejandro allí parado. —Buenas noches señorita, el señor Cooper me envía por usted, ¿Está lista?— Pregunta el chofer. —¡Si, estoy lista!— Respondí. Me despedí con un abrazo de Paola y Benito, luego tomé mi maleta y salí de la casa, una lagrima cayó por mi mejilla. El chofer fue muy amable en quitar la maleta de mis manos y hacerse cargo. Finalmente al rededor de las 7:00 pm llegué a mi nueva casa. —¿Cual es su nombre?— Le pregunté al chofer mientras me guiaba hasta dentro de la mansión. —Me llamo Arturo, estoy a su orden— Respondió. —Mucho gusto Arturo, mi nombre es Valeria— Le respondí mientras extendía mi mano. —Señorita es un gusto conocerla, pero creo que no está bien que usted extienda su mano para saludarme— Respondió un poco confuso. —¿Por qué no?— Pregunté. —Usted es la señora Cooper y yo solo seré su chofer. —Arturo eso no importa, así que por favor no dudes en extenderme tu mano— Le respondí. Tomé la mano de Arturo y la uní con la mía. Finalmente después de esos breves segundos, entramos a la mansión. —Buenas noches querida, te estábamos esperando— Dijo una señora muy elegante. —Buenas noches señora, mi nombre es Valeria Clerk— Le respondí tímidamente. —Es un gusto Valeria, mi nombre es Brígida, soy la madre de Alejandro— Respondió con amabilidad. —El gusto es mío señora Brígida. —Solo llámame Brígida por favor. Ven conmigo, te enseñaré tu habitación— Respondió. Brígida muy amablemente me enseñó la que sería mi habitación. Al entrar era muy amplia, había de todo un poco allí. —Es muy grande esta habitación— Dije en voz alta. —Está será tu habitación, así que por favor ponte cómoda, si necesitas algo, no dudes en avisarme— Respondió Brígida, seguido de eso se marchó. No podía creer que estuviera en una casa tan graves, jamás pensé que eso sería posible, pero aquí estaba. Guardé mis cosas en el closet, exploré un poco la habitación y luego decidí salir para ver hacer lo mismo con la gran mansión. Mientras estoy bajando las escaleras, escucho una voz alterada, así que imaginé que había sido de Alejandro. Me acerco hasta donde la voz de guía, la puerta del despacho está un poco abierta, así que solo puedo ver cómo Alejandro habla por teléfono enfadado. Me doy la vuelta para irme, pero en ese momento mi nombre es pronunciado. ‘Valeria’, dijo Alejandro. Entró finamente al despacho, el corazón se quiere salir de mi pecho, no esperaba ser descubierta. —Buenas noches— Dije apenada. —¿No le enseñaron que no se escucha detrás de las puertas?— Preguntó enojado. —¡Si, disculpe! Estaba explorando y sin querer llegué hasta aquí, lo siento mucho— Le respondí. —Espero que sea la primera y última vez que usted haga eso Valeria. —Si, no se preocupe, no va a volver a pasar, pido disculpas una vez más. —Retírese— Fueron sus últimas palabras. Salí avergonzada del despacho, no soy una persona acostumbrada a escuchar detrás de la puerta, pero estaba vez sentí interés por hacerlo. Traté de encontrar la cocina para hacerme un té para calmar los nervios, así que mientras lo hacía me encuentro con una mujer joven y elegante. —Buenas noches, tú debes ser Valeria— Dijo ella. —¡Si, soy yo! ¿Y usted quien es?—Pregunté. —Técnicamente soy tu cuñada, soy la hermana de Alejandro— Dijo mientras me abrazaba. —Es un gusto conocerte, ¿Cuál es tu nombre?. —Me llamo Amaya, espero que seamos buenas amigas. —Lo mismo espero, porque no quiero sentirme tan allá en esta enorme casa. —No te preocupes, ya verás que la pasaremos bien. ¿A donde ibas?— Preguntó. —Quería encontrar la cocina, necesito un té para los nervios. —Te llevaré hasta allá, yo también necesito uno—Respondió amablemente.
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