Al regresar, noté que los demás se iban levantando de sus asientos ¿A dónde iban? ¿Tan pronto había terminado? —Disculpe ¿A dónde van todos? —pregunté al mozo. — Al salón, señorita. Hay una fiesta dentro. — ¿Un baile? —pregunté con tanta ilusión que el mozo se echó a reír. — Así es señorita ¿Quiere que la llevé? — Emm no, no es necesario. No deseo distraerlo de su trabajo —fue mi respuesta, alejándome de la mirada de este mozo demasiado amable. Las luces y los brillos en cada esquina que miraba capturaron mi mirada de inmediato. Era como estar dentro de un cuento de hadas. Muero ante tanta belleza. De esto me había perdido muchas veces por no sentirme segura de asistir ante antiguas invitaciones. Recordé la última vez que estuve en un lugar similar. — Fue hace tanto… —pensé