Corriendo a tomar el ascensor antes de que a Edzel lo alcanzará y tuviera que compartirlo con él. Me metí sin darme cuenta que ya había alguien ocupandolo. — Él es igual de idiota —dije en voz alta. — ¿Acaso hablas de mí? Sorprendida de que estuviera detrás de mí, me di la vuelta chocando mi espalda contra la puerta del ascensor. — Zeus, lanzame uno de tus rayos y destruyeme —dije en mi mente—. Buenos días, Derían. — Lamento no decir lo mismo. ¡Cielos! Este hombre siempre estaba de mal humor. Derían Bogani, un tipo de 30 años mandíbula cuadrada y sin vellocidad. Alto, fuerte, de cabello castaño y ojos azules claros. Agradable de aspecto físico, pero con el alma tan podrida como Kyle, por algo eran amigos. — Apenas hablamos, pero siempre tienes que mostrarme esa mirada con ganas