Carla—. ¿Ya vienes?.
Adiel—. Estoy llegando. —me bajo del auto y corro a la biblioteca, no fui al teórico porque el entrenamiento se alargó, voy cargado de cosas, cuando llego con el codo golpeo la ventana asi me abre—. Uuhh gracias.
—Vienes cargado de cosas.
—Traje para unos mates, ¿tomas?.
—Si, obvio. —dejo la bolsa de papel con unos panes con chicharrones que hizo mi mamá, y el equipo de mate.
—El otro día deseaba tomar unos buenos mates mientras estudiamos. —me saco todo lo que puedo, la gorra, la campera y acomodo las cosas—. Espérame que ya acomodo todo, andar con tantas cosas es una locura.
—La verdad que traes muchas cosas. —cuando ya acomodo todo preparo el mate—. Fuuaaa, que buen equipo de mate que tienes.
—Si, me lo regaló mi papá para mi cumpleaños, lo cuido muchísimo. —tomo el primer mate porque es el mas fuerte—. Sírvete, mi mamá los hizo, me dijo, llévale a la chica que debe tener mucha paciencia en enseñarte, tiene toda su fe en mi. —se tapa la boca riendo—. La verdad que re confía en mi.
—No seas malo.
—No, si la amo, pero dice cada cosa. —saco un pan asi ella ya come, se ve que estaba esperando a que saque primero, y le doy el mate—. ¿Seguimos por donde quedamos?.
—Si, ¿repasaste aajjj. —tose hacia un lado y saca la lengua.
—¿Qué?.
—Recontra amargo esta, aajjj, ¿lo tomas así o no trajiste azúcar?.
—No tengo, tomo de cualquier manera en realidad.
—Voy a conseguir azúcar, ya vengo. —la quedo mirando como va pidiendo azúcar en cada mesa y trae en una bolsita—. Listo, con un poquito asi no están tan amargos.
—Bien, veamos si puedo hacerlos como te gustan. —en realidad no consumo azúcar y no porque me cuide, igual, como cosas dulces, pero ahora voy a tomar como ella los toma—. Veamos, prueba y me dices.
—Esta bien, tengo pastillas para la acidez.
—Aaggg. —toma haciendo caras de asco, saco otro pan cortándolo a la mitad—. ¿Y?.
—¿Te duele la verdad?.
—No, dime.
—Estan buenos. —aplaudo asintiendo—. Veamos que pasa con los demás.
—Vas a ver que vas a decir que uno es mejor que el otro y cada vez que nos veamos vas a querer que te cebe.
—Aaammm.
Nos ponemos a estudiar aprovechando el momento y que lo hacemos contentos porque tenemos mates y comida, ¿Quién no estudia feliz asi? A veces me digo que menos mal que mi mamá cocina y que prácticamente me obliga a comer porque yo llegaría y a la cama y a otra cosa, porque a la mañana entreno en el club de dos a tres horas y tambien me dan el desayuno, de ahí me vengo directo para la universidad, como lo que mi mamá me prepara todos los días, me prepara un bolsito con un tapersito térmico que le pongo agua caliente, viene como un piquito donde ahí le pongo el agua hirviendo asi no como frio, me pone pan, y según que es, queso rayado, aderezos o si manda sopita me manda cilantro picadito, una botella de jugo, fruta y yogur, me quedo hasta las cinco de la tarde en la escuela, vuelvo a la casa, meriendo con mis papás, salgo a correr, siempre con uno de mis hermanos, cenamos temprano, y los días que no hay iglesia a las nueve o nueve y media ya me acuesto, porque al no dormir siesta me acuesto temprano ya que a las seis ya estoy arriba de nuevo, ni hablar de cuando tengo partido, ahí si que quedo muerto, y cuando viajamos intento llevarme mis cosas de estudio y cuando llego dormir bien.
—Terminamos.
—Si, ya no veo mucho. —busco la plata así le p**o.
—¿Quieres que te siga pagando asi o te puedo transferir tambien?.
—Prefiero que me des la plata en la mano.
—Bueno, te la doy, y tambien te puedo pagar varias clases juntas, por ahí te puede servir mas.
—Como te parezca comodo, ¿pero cuantas clases vas a tomar?.
—Como explicas quiero todas las que puedas de todas las materias que sepas, hay muchas clases que me las pierdo porque debo viajar.
—¿Viajas mucho?. —la miro dudando y ella alza las cejas—. ¿Qué?.
—Nada, bueno, viajo y me pierdo las clases, entonces ahí viene el problema, porque me pierdo las clases teóricas por lo general, y despues no entiendo nada, pongo todo para leer y entender pero la mayoría de las veces nada, no tengo idea de nada.
—Hagamos esto, vamos de a una materia, si en un caso de que tengamos dos o tres parciales a la vez, bueno, le metemos juntos.
—Si, buenísimo, me salvas.
—Buenísimo entonces, y si tomas mas clases te cobro la mitad, porque es muchísimo lo que vas a invertir.
—Tu tranquila, lo que cobras no es mucho para lo buena que eres explicando, —junto las cosas del mate para dejar todo limpio o no nos lo van a prestar mas ya que cuando salimos vienen a ver en que condiciones dejamos la zona—. Tuve otros profesores y hasta mis papás me explican pero no hay caso, no entiendo nada, siéntete halagada porque eres la primera.
—Eso es bueno, me gusta y tu me ayudas, pero vuelvo a insistir, te dejo a mitad de precio las clases, porque si vas a tomar varias horas es demasiado.
—Esta bien, —me pongo la mochila, me pongo el gorrito y abro la puerta antes que ella asi sale.
—Gracias. —salimos juntos de la biblioteca.
—¿En qué andas? ¿Necesitas que te lleve?.
—Tengo auto.
—Que bueno, si algún día necesitas que te lleve me dices, no tengo problema.
—Gracias, eres muy amable. —me bajo mas el gorrito sin mirar a nadie—. ¿Y tu? ¿Auto o moto?.
—Auto, mi papá ni loco me deja tener moto, mi cuñado tiene una y le da pánico cuando salen con mi hermana.
—¿Pero quieres moto?.
—No me llaman mucho la atención, Fede es mi cuñado, él me ha llevado varias veces y no, no me llama mucho.
—Yo le tengo terror a las motos, por eso manejo bastante lento, hace dos años choque a una moto.
—Nooo, que garrón.
—Si, tuvo la culpa él porque venia esquivando autos y bueno, me quedó un poco el miedo.
—Eso es verdad, muchos no respetan nada. —llegamos al garaje bastante rápido.
—Este es mi auto.
—Wou, que lindo que lo tienes. —es un Renault 12 verde, es un modelo bastante viejo pero impecable.
—Me lo regaló mi papá cuando cumplí dieciocho.
—Esta genial, quiero que me lleves algún día.
—Cuando gustes. —me inclino dándole un beso en la mejilla.
—Nos vemos mañana seguro, vengo a la clase teórica.
—No te olvides del mate.
—Tu del azúcar, ¿o quieres edulcorante?. —hace como que vomita cosa que me da mucha risa.
—Estos rollos no los conseguí por el edulcorante, yo traigo azúcar. —voy a mi auto casi corriendo, me subo trabando las puertas y ahí la veo pasar, salgo detrás de ella para ir a mi casa, en eso llama mi papá.
—Pa.
—¿Ya vienes?.
—Voy manejando, recién salgo de la escuela.
—Pasa a comprar pan hijo, por favor.
—¿Llevo para la merienda?.
—Tioooooo, ¿puedes tlael toltita de colchoate?.
—Siii Kezi, te llevo todas las tortas que estén llenas de chocolate.
—Aaajjjj. —me rio porque es re exagerada—. Glacias tio, te amo.
—Yo te amo mas, dile al papi que ponga la pava asi llego y tomamos mates.
—Yo tomo mate, ¿puedo tomal con bustedes?.
—Si, obvio que puedes.
—Si, tio, colto asi pasas a complal tlanquilo.
—Dale, ya voy. —paso a la panadería que le gusta a mi mamá, siempre compramos aca porque ella es fanática, obra de mi abue que nos hizo adictos a los trabajos que hacen—. Buenas tardes, busco pan de salvado y con semillas.
—¿Cuánto quieres?.
—Dame cuatro de esos... cuatro de cada uno. —le señalo unos que tiene que son largos—. ¿Ese de qué es?.
—Este es de papa.
—Dame cuatro tambien. —miro las vitrinas a ver que mas llevo para los mates—. ¿Esa torta de qué es?.
—Tiene relleno de frutilla y crema moca.
—¿Y alguna que tenga relleno de chocolate?.
—Mmmm. —las mira todas y yo tambien—. Esta, tiene una crema de arándanos y una ganache de chocolate.
—Buenísimo, quiero esa y esa tambien, la que tiene gomitas.
—Hola. —me giro donde me tocan, es un muchacho de unos quince años.
—Hola.
—¿Me puedo sacar una foto contigo?.
—Si, —me saco el gorro y me da un abrazo, la madre nos saca las fotos, bueno, me saco con varias personas—. Gracias.
—¿Me firmas la remera?.
—¿Tienes birome?.
—Toma. —le sonrío a la chica que me estaba atendiendo, le firmo la remera y las zapatillas a otro muchacho.
—Listo.
—Gracias. —p**o bastante incómodo, no me acostumbro a esto, me da muchísima vergüenza.
—¿Me firmas la remera?, tengo mi sobrino que es tu fan.
—¿Cómo se llama?.
—Batista.
—Bien. —salgo ya sin poder esconderme.
—Hola, —le sonrío a una señora con unas chicas—. ¿Te puedo pedir una foto?.
—Si, claro, guardo esto primero. —subo todo al auto y ahí me sacan fotos.
—¿Podrás mandarle saludos a mi hijo que cumple años?.
—Si, ¿Cómo se llama?. —cuando pasan estas cosas soy un maniático, porque miro que no me sigan, mi papá insiste en que debo tener un seguridad, pero no quiero. En la casa sonrío cuando sale Elias con Kezi a esperarme—. Hola mi cielito.
—Al fin tio, te espelamos un montón.
—Bueno amor, perdóname. —le doy un abracito riendo—. Pero te traje la torta mas grande y chocolatosa que vi.
—¿Puedo vel?.
—Obvio que si, —nos damos la mano con Elias, no nos vemos a diario donde tenemos diferentes actividades y donde tiene mujer e hijos—. Mira, ¿no me vas a decir que es una locura?.
—Woouuu tio, mmmm. —se lleva las manos a la boca riendo—. Se ve eliciosa.
—Vamos adentro asi la comemos.
—¿Van a entrar o no?.
—Eli baja el pan, traje para todos.
—Uuhh el que me gusta. —entramos con Kezi que despeja la pasada porque estan todos mis sobrinos jugando por todos lados.
—Cuiao Samu, el tio viene con tolta.
—Buenas, perdon, me tardé un poco. —dejo las tortas en la mesa asi saludo a todos—. Hola Sefo.
—Que tortita te trajiste. —me abraza apretándome.
—Kezi me pidió y esa me llamó la atención, traje pan para todos.
—Menos mal porque no tenemos. —Eli entra comiendo un pedazo, alzo a Eve que grita tirando de mi campera dándome risa—. Oojj preciosa, que hermosa que eres.
—Mmm Adi, tenemos que practicar.
—Si, cuando vuelva de correr practicamos.
—Dale.
—Al fin llegas. —le doy un beso a mi mamá y mi papá aprieta mi hombro.
—Vamos a merendar, todos te estábamos esperando.
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