El sonido del mar me calma. Es algo que siempre ha tenido ese poder. Amo los días soleados y caminar descalza sobre la arena. Me recuerda los días donde las preocupaciones y problemas no existían. Eso quedó en el pasado. Hoy estoy en problemas. Y ese problema tiene nombre y apellido. Alessandro Caruso. Estoy enamorada de él. Tengo que admitirlo. Estoy aterrada, y quisiera que todo fuera diferente entre los dos. Me hubiese gustado conocerlo en otras circunstancias. Pero, soñar, no cuesta nada. Ahora tengo que decidir si trato de ignorar estos sentimientos o intento hacerme un espacio en su corazón. Sin embargo, decirle ahora eso es imposible. Sé que, en el momento en el que yo pronuncié esas palabras, él se va a alejar. —¿Por qué eres tan difícil? —susurro mirando el mar y